El reloj marca las 9:00 pm. El marcador se mantiene 0-0 entre Venezuela y Paraguay después de que el árbitro colombiano Andrés Rojas invalidara el gol que Yangel Herrera marcó para la Vinotinto en el minuto 77:35. En las gradas la fanaticada vinotinto que llena el Estadio Monumental de Monagas, con capacidad para 51.796 personas, espera impaciente. Yeferson Soteldo camina por el área central mientras pide aplausos. El público lo complace. Frente al sistema VAR, los jugadores esperan a que se tome una decisión; tras breves minutos de tensión, el árbitro le concede el penal a Venezuela en castigo a Iván Piris por una jugada con mano en el área de Paraguay.
Salomón Rondón se camina al punto penal. Las gradas corean «Sí se puede, sí se puede», todos sacan su celulares, cámaras y dispositivos para registrar el gran momento: si anota, Venezuela podría adelantar finalmente el marcador. Por segundos, mientras se prepara para patear, los fanáticos contienen el aliento. Anota Rondón. Venezuela gana.
La ovación y la alegría se extiende y pocos notan que Paraguay intenta, desesperadamente, conseguir el empate en el tiempo de descuento. Aunque mantienen un dominio del balón y se acercan peligrosamente al arco venezolano, los 7 minutos no son suficientes para que el equipo empate. A penas culmina el período extra, el éxtasis invade el lugar. Aplausos, gritos, pitos, cornetas, cánticos y hasta fuegos artificiales anuncian oficialmente que Venezuela le ganó a Paraguay en su segundo choque de las eliminatorias hacia el Mundial 2026.
Una victoria que no se conseguía desde las eliminatorias de Rusia 2018 cuando también se impuso 1-0. Solo en otras dos oportunidades Venezuela le había ganado a Paraguay: en las eliminatorias de Brasil 2014 y en las de Japón 2002. Este choque fue el último que ganó en calidad de local la Vinotinto. El equipo llevaba 21 años sin vencer a Paraguay como local.
«Me quedo con algo: ganamos el partido en el minuto 90. Tenemos que mantener la mentalidad de que podemos ganar hasta el último momento. Vamos a disfrutar lo que logramos hoy (ayer), ganar un partido de eliminatoria no es tan fácil. Debemos prepararnos y que el rival sepa que Venezuela es una selección difícil para jugar. Cuando llegue el momento hablaremos de la logística y el seguimiento de lo que venga», expresó Fernando «Bocha» Batista en la rueda de prensa posterior al encuentro. Antes del argentino, de 53 años de edad, el entrenador paraguayo Guillermo Barros hizo un análisis del juego en un ambiente de tensión frente a los medios de comunicación.
Durante su intervención, el técnico mostró su descontento por el resultado que llega después de un empate 0-0 frente a Perú durante su debut en las eliminatorias. Hizo énfasis en lo parejo que fue el partido y el buen dominio que tuvo su equipo en el segundo tiempo. Antes de retirarse, señaló que en el choque contra Perú hubo tres jugadas que no se revisaron con el VAR y aquí tampoco hubo comprobación en algunas de las jugadas de los venezolanos. Claramente molesto, se retiró de la sala de prensa tras afirmar que «Venezuela nunca tuvo una acción de juego que haya preocupado a Paraguay».
Venezuela ahora se prepara para enfrentar a Brasil y a Chile mientras que Paraguay se enfrentará medirá con Argentina y Bolivia en los próximos partidos de las eliminatorias. Este año, para el Mundial 2026 se sortearán 6 plazas y una por repechaje, lo que aumenta las posibilidades del equipo de concretar, por primera vez en su historia, el sueño mundialista.
«Necesitamos ganar»
Las puertas del Estadio Monumental Monagas se abrieron a las 3:00 pm, tres horas antes del inicio del juego. Sin embargo, hubo fanáticos que llegaron al sitio dos horas antes, tiempo que estuvieron en una larga fila. Aunque la logística estuvo bien planificada, con agentes de seguridad ubicados en distintas zonas del lugar así como personal de protocolo debidamente identificado, algunos mencionaron aglomeración al momento de entrar en el recinto, el más grande del país.
Es complicado, explican, dejar entrar en orden a tan grande número de personas pero al final lo lograron. «Eso es lo importante», destaca César Cedeño, de 16 años de edad. Fue un poco caótico, a su parecer, el proceso, lo que no ocurrió con la compra de entradas, que describió como sencillo con precios accesibles y para todas las posibilidades, desde 10 dólares hasta los 60 dólares dependiendo de la zona. Cedeño, antes del partido, pronosticó 2-1 con goles de Yangel Herrera y Yeferson Soteldo.
Tanto él como su amigo Gabriel Borjas, de 16 años, son parte del grupo de fanáticos que estaban seguros de que la Vinotinto ganaría. «Tengo fe, esa es la frase», añaden antes de explicar que posiblemente Soteldo o Rondón marcarían tantos en el partido. Pero también están los que se muestran menos convencidos. «Hay fe, sí, pero necesitamos ganar, hacernos fuertes como local, pero también sumar puntos afuera», comenta Chass Genner de 50 años, oriundo de Maturín. Para él el proceso de comprar entradas estuvo fácil, el problema llegó al entrar y no porque haya habido una mala organización. «El sol estaba inclemente, no perdona a nadie allá afuera, una vez entrabas, fluía rápido todo».
Desde las escaleras del estadio se ve la procesión de personas caminando hacia el estadio. La temperatura ronda 30 grados. La Federación Venezolana de Fútbol (FVF) habilitó 10 rutas de autobuses para trasladar gratuitamente, ida y vuelta, a los fanáticos hasta el estadio. Desde las 2:00 pm las rutas se cumplieron a pesar de que en las calles cercanas había tráfico por causa de dos alcabalas.
En el estadio había gente de todo el país. Entre ellos Julio Rojas, de 39 años de edad, quien acudió desde El Tigre, estado Anzoátegui. Salió a las 6:00 AM para llegar a Monagas a las 12:00 del mediodía y al estadio a las 3:00 pm. «Valió la pena para que mi hijo viva su primera experiencia vinotinto», comentó. El joven de 11 años de edad, fanático del fútbol que juega para el equipo El Peñalver de El Tigre, pronosticó que Venezuela ganaría 2-0 con dos tantos de Yeferson Soteldo. Ambos valoran el buen estado de las instalaciones y lo bien cuidado que se ve el campo, pero si destacan que fue «un poco tedioso» adquirir las entradas para el juego.
Juan González y Rachel Sandoval, ambos especializados en marketing, acudieron al partido juntos. En el caso de González, acudió desde Maracaibo, estado Zulia. Llegó un día antes y se quedará por tres noches en Monagas. «La logística bien, apretada pero organizada y los precios también. El deporte hay que cobrarlo para que pueda crecer», comentó. Al igual que la mayoría también pronosticó que la Vinotinto ganaría 2-1 con goles de Rondón y Soteldo.
¡𝙎𝙞𝙜𝙪𝙚 𝙡𝙖 𝙧𝙪𝙩𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝙛𝙖𝙣𝙖́𝙩𝙞𝙘𝙤 𝙚𝙨𝙩𝙚 12 𝙙𝙚 𝙨𝙚𝙥𝙩𝙞𝙚𝙢𝙗𝙧𝙚 𝙮 𝙖𝙘𝙤𝙢𝙥𝙖𝙣̃𝙖 𝙖 𝙩𝙪 @selevinotinto 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙙𝙞𝙤 𝙈𝙤𝙣𝙪𝙢𝙚𝙣𝙩𝙖𝙡! 🚍🇻🇪
¡Contaremos con 1️⃣0️⃣ puntos habilitados para ti, qué podrás chequear en este post! 👀… pic.twitter.com/ZqGm7fPe5j
— FVF (@FVF_Oficial) September 10, 2023
A partir de qué hora abrirán el Stadium el Martes ? Para el juego? Vamos viajando de #Tachira a #Maturin
— Alberto Castillo 🇻🇪 ⚽ (@alfred699) September 10, 2023
A las 5:15 pm los equipos están en la cancha haciendo su respectivo calentamiento. «Ay, te amo, te amo soy un idiota, te perdí pero te amo». El tema de Joan Sebastián «Un idiota» suena en la barra venezolana.
A las 5:30 pm comenzaron a presentar al equipo visitante. La ovación es abrumadora cuando anuncian a los jugadores de Venezuela. Los fanáticos enloquecen ante las menciones de Soteldo, Martínez y Rondón. Los tres más ovacionados son a los que los fanáticos quieren ver haciendo goles. Santiago Genner, de 15 años de edad, quien acudió con su papá Chass, pronosticó un 3-0 a favor de Venezuela con tantos de los tres.
Julianny Rodríguez, quien llegó desde Caripe, estado Monagas, también pronóstico un 2-0 a favor de Venezuela. La trabajadora de la Alcaldía de Caripe destacó el buen servicio al público por parte del cuerpo de logística.
Cuando faltaban 20 min para el juego, los jugadores se retiran y prendieron los aspersores en la cancha. El estadio a 70% de su capacidad. El lunes 11 de septiembre se estimaba que ya se habían vendido 30.000 entradas. Todavía quedan sillas vacías cuando faltan 10 minutos para el choque. Algunos siguen en la zona Fan Fest donde artistas, influencers y otros miembros de la FVF disfrutan del partido con aire acondicionado, comidas, bebidas, buena música y luces azules que brillan al ritmo de un Dj mientras tres niños pequeños, con los uniformes de la Vinotinto, juegan fútbol.
https://x.com/VictorGomez82/status/1701299868709364163?s=20
A pesar de que a un grupo de fanáticos les tocó del lado de la tribuna donde cae el sol directo, las camisas vinotinto y las banderas de Venezuela se mantienen. En la parte superior, un grupo extendió una tela para protegerse de los rayos. Cinco minutos después comienza a sonar la ovación enloquecida de la barra, los tambores, los pitos y los aplausos: en las pantallas del estadio se muestran imágenes de los choques anteriores de la Vinotinto. Están a punto de hacer la entrada oficial, todos se preparan para capturar el momento con sus teléfonos y cámaras fotográficas. Cuando los jugadores salen al campo el público enloquece. Mientras ingresan las banderas de los equipos los que se cubrían con la tela vinotinto desplegaron la lona completa en las tribunas.
Hay quienes que acudieron al juego en parejas, con sus hijos, con amigos o con su familia. Este fue el caso de Dailer Vicuña, de 25 años de edad que acudió con toda su familia, entre ellos la pequeña Ashley Gimón de 4 años de edad, quien ya ha ido antes a otros partidos de la Vinotinto. Junto a ella están su abuela, Eglenis Pedroza, de 42 años, Rossielys Gimón su mamá y Alexandra Rivero, una amiga de la familia. Todos estaban convencidos de que la Vinotinto ganaría y desde las 2:30 pm de la tarde, hora en la que llegaron, se prepararon para ovacionar al equipo.
La ovación se detuvo únicamente cuando comenzaron a sonar las notas de los himnos nacionales. La pista instrumental del «Gloria al bravo pueblo» iba por una parte distinta a la que se cantaba en las tribunas. A las 5:56 pm el estadio está lleno casi por completo antes de iniciar el partido. Solo pasaron 19 segundos cuando Paraguay llegó peligrosamente al arco venezolano. Sería una de las pocas oportunidades en las que el conjunto paraguayo se acercaría tanto al gol en el primer tiempo, lo que casi logra en el minuto 8. Desde el arranque, los de casa se esforzaron por dominar la pelota tras un saque que hizo a la fanaticada levantarse de sus asientos.
Tras cinco minutos, en las tribunas ya quedó establecida la única regla de la noche: cada vez que la Vinotinto tenga el balón en el área contraria, es necesario levantarse y apoyar con gritos, aplausos y vítores. La ovación es ensordecedora al minuto 15:30 cuando el 10 venezolano, Yeferson Soteldo, logra el tan ansiado tanto. Ninguna de las dos selecciones se deja anotar gol aunque los venezolanos logran dominar el balón en la zona contraria. Al minuto 25:43 el estadio se ilumina por las linternas de la fanaticada presente y dos minutos después el 10 de Paraguay cae al piso. Mientras el equipo médico le presta asistencia, una ola recorre el estadio.
Antes de que finalice el primer tiempo, el árbitro colombiano Andrés Rojas le muestra tarjeta amarilla en el minuto 36:45 a Josef Martínez. Cinco minutos después, en el 41:17, sacó la segunda amarilla, esta vez para el paraguayo Richard Márquez.
Segundo tiempo: un gol anulado en el mismo escenario
Al iniciar el segundo tiempo, Paraguay apuesta por un cambio: sale Richard Ortiz e ingresa Richard Sánchez. Venezuela mantiene su alineación y tarda algunos minutos más en buscar algún cambio de estrategia. La fanaticada está más silenciosa cuando comienza el segundo tiempo. Pocos aplauden cuando al minuto 49:40 Paraguay falló un posible gol.
La frustración se hace presente al minuto 50:35 cuando la Vinotinto estuvo cerca de anotar. En el 53:17 Bocha Batista opta por sacar a Martínez y entra Sergio Córdova. Los aplausos empiezan cuando el equipo se acerca al gol, una ilusión que no termina de concretarse. Los tambores de la barra suenan de fondo en todo momento. Hay en total 3 barras: la de Monagas, la de Caracas FC y la de Portuguesa. Las tres hicieron una tregua de su frecuente rivalidad en la Liga Futve para apoyar al equipo, incluso coordinaron para ensayar cómo apoyarían a la Vinotinto. Es en el minuto 57 cuando las ovaciones se hacen sentir de nuevo.
En los próximos minutos del juego, Paraguay domina más el balón que Venezuela. La fanaticada exclamar: «Sí se puede, sí se puede». Pasan varios minutos de tensión y las barras están más calmadas hasta que finalmente en el minuto 77:35 tras un rebote, Yangel Herrera giró y remató fuerte para vencer el arco paraguayo. Sin embargo, tras revisar el VAR, se anuló el tanto por mano. Se repitió la misma escena que se vivió el 13 de octubre de 2020 en Mérida. Ese día, durante las eliminatorias a Qatar 2022, el árbitro Andrés Rojas tomó igual decisión. Tras este choque, Herrera es el primer jugador en la historia al que le anulan dos goles por VAR, contra el mismo rival, con el mismo árbitro y por el mismo motivo.
El marcador vuelve al 0-0 en el minuto 80:52 con una fanaticada molesta y desilusionada. Poco faltó para que se perdiera completamente la fe antes de que la Vinotinto cobrara un penalti que lograría lo imposible. Anotó Salomón Rondón, quien anotó su gol 40 con la selección.
¿Merecía el triunfo?
En la rueda de prensa posterior el ambiente es más calmado. Los primeros en dar declaraciones fueron el entrenador paraguayo Guillermo Barros y el jugador Fabián Balbuena, quien responde las preguntas con el ceño fruncido.
«El primer tiempo fue parejo. En algunos momentos ellos lo manejaron y en otros nosotros. En el segundo tiempo lo manejamos mejor, nos faltó profundidad. Estuvimos bien defensivamente. Vamos analizar lo que vamos a hacer contra Argentina y Bolivia. No nos alcanza con esto, tenemos que sumar puntos porque nuestro objetivo es el mundial», reflexionó Barros.
A pesar del gol anulado y el penalti, el DT argentino insistió que como equipo hasta el último momento están dispuestos a luchar por ganar el partido. «Creo que fue un partido muy parejo, dividido», consideró. Mientras que Balbuena expresó: «Estamos tristes por todo lo que hicimos en estos dos partidos, nos faltó efectividad. Nos vamos tranquilos porque nos crearon pocas situaciones de defensa. Los resultados son los que mandan. A nivel de rendimiento, vamos tranquilos. Nos enfocamos en nuestro trabajo pero Venezuela hizo un buen ambiente para el juego».
El ambiente cambia cuando llega el turno de Bocha Batista y Miguel Navarro. Complacidos con el resultado, el técnico argentino explicó: «Fueron cuatro días de trabajo en campo y en lo psicológico, en las emociones, sabiendo que tenemos que prepararnos para lo que viene. Estábamos con la bronca de Colombia y nos genera alegría ganar el partido. Se trabajó mucho y se logró un triunfo muy trabajado contra una gran selección».
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