Las necesidades humanitarias del creciente número de solicitantes de asilo que llegan a Honduras desde el Tapón del Darién, Panamá, se agravan, denunció el lunes el International Rescue Committee (IRC, Comité Internacional de Rescate).
«Nuestro equipo ha estado monitoreando y respondiendo en áreas donde están llegando personas desplazadas y la situación es extremadamente preocupante», indicó la directora para el norte de Centroamérica del IRC, Meg Galas, en un comunicado de la institución.
Según el IRC, en agosto ingresaron por el oriente de Honduras unos 55.000 migrantes, principalmente de Venezuela, Cuba, Haití, Ecuador y Colombia.
EFE pudo constatar en agosto la llegada de miles migrantes, en su mayoría de Venezuela, a la ciudad de Danlí, departamento de El Paraíso, en el oriente de Honduras, que se han convertido en una de las nuevas rutas de los extranjeros que cruzan por el país.
«El acceso a los servicios de saneamiento es muy limitado y las mujeres y las niñas han informado que necesitan ayuda con artículos como ropa y toallas sanitarias», subrayó Galas.
Señaló además que la seguridad también es una preocupación importante para los migrantes y las personas desplazadas, ya que Honduras «sigue experimentando altos niveles de criminalidad y violencia».
«Honduras es todavía uno de los países más peligrosos de la región. Esto pone a las personas en movimiento en mayor riesgo de sufrir robos, extorsiones y violencia», añadió.
Según Galas, Centroamérica ha experimentado una crisis humanitaria continua.
Además, el Plan de Respuesta Humanitaria de Honduras identifica la necesidad de fondos suficientes para responder a las necesidades urgentes tanto de las familias hondureñas que han sobrevivido a la violencia y el desplazamiento, como de las personas refugiadas y en movimiento para fomentar soluciones a largo plazo que aborden las causas raíz de la migración, expresó la directora del IRC.
«A medida que nuestros países se convierten no solo en lugares de origen de personas desplazadas, sino también de tránsito para quienes huyen de todo el mundo, hacemos un llamado a la comunidad internacional para que dé un paso al frente y otorgue la financiación y el apoyo necesarios para responder», acotó.
El IRC provee ayuda humanitaria en el norte de Centroamérica desde 2017.
En Honduras el IRC trabaja desde 2018 para responder a necesidades de las personas experimentando crisis humanitaria, incluyendo a aquellas en riesgo de sufrir violencia y desplazamiento interno, así como a las que han sido retornadas.
Desde 2018 el IRC ha apoyado a más de 145.000 personas con programas de respuesta humanitaria.
La asistencia ha incluido intervenciones en aspectos como servicios de prevención y respuesta a la violencia de género, protección infantil, entrega de efectivo multipropósito para que las personas puedan decidir cómo cubrir sus necesidades prioritarias y acceso a información confiable a través de la plataforma «Cuéntanos», indicó el IRC.
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