La ejecución de una osa parda en peligro de extinción junto al Parque Nacional del centro de Italia en el que vivía con sus dos oseznos ha causado una oleada de indignación. Ha obligado a poner bajo vigilancia policial por amenazas de muerte al hombre que le disparó, lo que está siendo investigado por la justicia.
La muerte de la osa Amarena (Cereza Negra), tras una larga agonía después de recibir un disparo que le perforó el pulmón, ha sido especialmente sentida por los habitantes de las casas cercanas al Parque, sobre todo familias con niños entre los que la osa era muy popular, ya que solía hacer frecuentes excursiones nocturnas por la zona con sus oseznos, que ahora se han quedado huérfanos.
Tanto el gobierno como las asociaciones de defensa de los animales han mostrado su consternación por un hecho que han calificado de «muy grave», mientras que la muerte a tiros del plantígrado ha desatado una cascada de amenazas e insultos contra el autor del disparo y su identificación en las redes sociales ha obligado a proteger su vivienda.
La ejecución de una osa delante de sus oseznos
El individuo le dijo a la policía que le disparó con su rifle el viernes por la noche en el pueblo de San Benedetto dei Marsi. La causa es que el animal estaba en su propiedad y se sentía en peligro, según los medios locales.
Ahora la prioridad es localizar a los dos oseznos, que huyeron tras el incidente y que tienen muy pocas probabilidades de sobrevivir sin su madre. En esta labor se han movilizado durante toda la noche el personal del Parque y las fuerzas de seguridad. También la población local con todos los medios posibles, incluido un dron.
Considerada el «símbolo» del Parque Nacional de los Abruzos, Lazio y Molise, donde viven unos 60 ejemplares de oso pardo endémico que están en peligro de extinción, Amarena era uno de sus ejemplares más prolíficos y la madre de Juan Carrito, otro oso muy querido atropellado el pasado 24 de enero y cuya muerte también causó una gran conmoción en el país.
“El asesinato de una hembra de osa marciano es un episodio grave, sobre el cual hay que arrojar luz lo antes posible”. Así lo dijo el ministro de Medio Ambiente, Gilberto Pichetto. Mostró su «compromiso dirigido también a la protección de los cachorros del oso, haciendo todo lo posible para que permanezcan libres”.
Era pacífica
Tanto la región de Los Abruzos como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) han anunciado que se presentarán como parte civil en el proceso contra el acusado porque «es hora de adaptar la eficacia del sistema sancionador e invertir en la vigilancia del territorio en función preventiva y represiva”, según la organización ecologista.
Amarena era «totalmente pacífica». Además, «formaba parte de la imaginación colectiva y era motivo de orgullo en una tierra que tiene, en el oso, un símbolo”, dijo WWF.
«No hay ninguna razón para justificar el incidente, ya que Amarena, a pesar de haber causado daños a las actividades agrícolas y zootécnicas, siempre indemnizadas por el Parque incluso fuera de los límites del área contigua, nunca había creado ningún tipo de problema en el área circundante» dijo el Parque.
La muerte de Amarena se produce meses después de que la justicia interviniese para salvar, al menos de momento, la vida de otro oso. El mismo habría atacado mortalmente a un senderista en los Alpes. Las autoridades regionales pretendían sacrificarlo. Ahora se espera una audiencia judicial en diciembre próximo.
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