El panorama que tenemos por delante está complicándose en lo político, y, como siempre pasa, lo político termina arrastrando a lo económico, y lo económico arrastrando a lo social. La radicalización política que ya estamos viviendo, resultado del reinicio de actividades de la oposición, es muy posible que se refleje en una radicalización económica. Podemos anticipar que se nos viene encima una nueva etapa de turbulencia, y que es bueno estar preparados.
Como siempre, anticipar lo que pueda pasar, está sujeto a ciertas premisas, las cuales, si son válidas, entonces, las proyecciones tienen alguna probabilidad de ser acertadas. Entre ellas, hay dos que tienen un peso como de separación de aguas, porque son sólidas, y si no son tenidas en cuenta en su integridad, entonces las perspectivas tendrán una baja probabilidad de cumplirse:
- Para el gobierno de EE UU, somos “una amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad interior”, debido a lo cual no permitirán que el gobierno de Venezuela tenga ningún excedente económico que –para ellos- pudiera ser usado en su contra, y
- el gobierno de Venezuela no puede entregar el poder de ninguna manera, por la cantidad de amenazas vitales que se ciernen sobre sus funcionarios clave.
Con esos dos elementos como referencia, todas las noticias sobre alivianar sanciones, o sobre elecciones libres y justas, deben ser puestas en un nivel más profundo de análisis. Porque las más de las veces son titulares, que, cuando se leen en detalle, resulta que el “podría” se convierte en la palabra clave que debería ser leída como “no se podrá”.
Entendiendo lo anterior ya podemos poner en perspectiva el conjunto de posibilidades que tenemos por delante. En principio hasta fin de este año 2023, pero también la experiencia nos muestra que la inercia de lo que ocurra hasta diciembre suele sostenerse al menos hasta bien entrado el primer trimestre del año siguiente, en este caso, 2024.
Debemos estar claros en que el límite máximo que tiene nuestra economía para crecer está dado por la disponibilidad de energías primarias (gasolina, gas y gasoil) y por la disponibilidad de electricidad. Y no hablamos de generación eléctrica, sino de disponibilidad del servicio a nivel residencial, comercial, industrial, pesado y extra pesado (metro, agua, refinerías y siderúrgica, por ejemplo). El PIB de un país está dado por la electricidad que tiene… el PIB es la electricidad de la que dispones.
O visto desde otro ángulo, está limitado por la electricidad de la que no dispone. Y en nuestro caso estamos en un proceso continuado de desinversión que hace que nuestra disponibilidad real sea precaria e inestable, y está muy apalancada en la mística heroica de los trabajadores eléctricos en el campo. Sobre sus espaldas recae diariamente la continuidad del servicio.
Debemos combinar los resultados de la caída sostenida del PIB desde 2014 que alcanzó 80%, que se profundizó con la pandemia, que se reactivó un poco con la postpandemia, que nos llevó al efímero “Venezuela ya se arregló”, y que posteriormente nos trajo a una fuerte caída del consumo, que arrastró a la baja el nivel de actividad económica.
Porque la caída del consumo impactó en el aumento de inventarios, que se reflejó en la baja de importaciones y de producción nacional, lo cual, a su vez, impactó en el empleo, el formal y el informal. Lo cierto es que hoy nuestro PIB está en el orden de los 60 mil millones de dólares, el nivel de utilización de capacidad instalada está en el orden de 40%, pero donde más se nota, es en la construcción que está en el orden de 15% y en la industria con 30% de ocupación de planta.
La inflación puede evidenciarse con la caída del poder adquisitivo que “es tan pronunciada que actualmente se requieren 400 dólares para adquirir lo que a principios de 2019 se compraba con 100 dólares”. No obstante lo cual, y comparado con los niveles de inflación de 233,33% mensual al 1 de septiembre de 2018, al estar ahora por debajo de 10% mensual, puede pensarse que se ha mantenido acotada en ciertos rangos de razonabilidad (para nosotros aquí adentro, porque para el resto del mundo eso es híper). Pero del otro lado, la demanda posible luego de salarios congelados durante al menos dos años (más algunos bonos), hace que los precios suban muy por encima de los salarios congelados.
Lo cual ha ido consolidando una brecha que solo podrá comenzar a cerrarse si la oferta se va adaptando a las posibilidades de la demanda. Si un comprador tiene dinero para comprar 100 gramos y el vendedor solo tiene paquetes de 1 kilogramo, entonces ni el comprador satisface su demanda, y ni el vendedor mueve su inventario… ni su flujo de caja.
Hace falta mayor flexibilidad en los procesos de negocio, lo cual debe arrancar con un cambio en la mente del gerente y empresario; debemos reconocer que estamos en una nueva Venezuela que avanza a consolidarse en unos niveles de actividad como el que ahora tenemos, y cuyo crecimiento dependerá de si este modelo dirigista se consolida, o es reemplazado por uno de mercado y libertades.
El otro tema que hay que entender con respecto a la potencialidad de negociaciones similares a las que se han sostenido en el pasado en República Dominicana, Barbados, Oslo y México, es que cada una de las partes debe tener algo que la otra quiera, y que por eso están sentados negociando.
Hasta ahora, la oposición nunca ha tenido nada que ofrecerle al chavismo; y, en el otro lado, la oposición siempre le ha pedido algo al chavismo (p.ej. permitir elecciones libres y justas). En las mesas anteriores, para tener algo de peso, la oposición podía invocar una representatividad de EE UU, que era quien sí tenía para ofrecer cosas que el chavismo quería (p.ej. levantar sanciones).
Pero al haberse cortado el lazo formal que les daba el interinato, ahora el gobierno de EE UU se comunica directamente con el gobierno de Venezuela, sin necesidad de contar con la oposición. Lo cual significa que ahora no hay una motivación clara para reunirse a negociar con la oposición.
Y en cuanto a la relación entre el chavismo y el gobierno de EE UU solo está sostenida por el negociador de rehenes de la Casa Blanca, quien de cuando en cuando trata de concretar algún deal para liberar a alguien. En el pasado ha sido para liberar funcionarios o relacionados con el chavismo a cambio de algún prisionero norteamericano, o también algo relacionado con las sanciones. Pero en realidad, no hay negociaciones abiertas, ni vías de comunicación que pudieran dar alguna esperanza.
Porque se sigue con lo último que se puso sobre la mesa en México que era elecciones libres y justas a cambio de levantar sanciones. Y no ha pasado ni la una, ni la otra. Y todo indica que en mucho tiempo no pasará.
Político
El panorama político se va enrareciendo y tendiendo a radicalizarse, por lo de las primarias y los esfuerzos del gobierno para impedir que ocurran… o que si ocurren tengan poco peso. Esto último es poco probable, pero es posible.
El tema es que se ha ido despertando el ánimo político en la sociedad, y si bien en el pasado arrancó en la clase media y no fue posible incorporar a las bases de la pirámide socio económica, esta vez está ocurriendo al revés y son las bases las que están saliendo, y la clase media se va reanimando.
El click entre María Corina Machado y las bases populares está ocurriendo más allá de lo esperado. Es una permanente prueba de campo que va ocurriendo en el interior, y que se va moviendo a las grandes ciudades primero, y cuando la presión social haya sido suficiente, seguramente se moverá hacia Caracas, donde realmente se verá si las gigantescas marchas opositoras de clase media del pasado podrán ser reeditadas.
Y en realidad el caldo de cultivo para que la gente salga a la calle está poco influido por el liderazgo opositor, y se encuentra más en las terribles condiciones en la que está viviendo la sociedad de bajos recursos. Ese click entre el líder y su pueblo no se daba desde hace mucho tiempo ya. Y ahora está ocurriendo… el mensaje que antes no llegaba, ahora llega en forma atronadora, y la gente que no buscaba un líder, ahora la ha encontrado. Por eso la ecuación está funcionando con fluidez.
Desde principios de año (y para algunos temas desde antes que eso) yo les comentaba sobre la alianza entre Capriles y Rosales, como la fuente de la candidatura de oposición a la medida del chavismo, la cual, sin duda, va a ser derrotada, y asegurará su continuidad.
Pero está bien… porque es imposible que ningún candidato opositor gane esa elección… es impensable una salida del chavismo del poder. Por lo que, siempre será mejor que el que pierda sea un candidato con menos de 8% de aceptación, que ver como pierde alguien que comparativamente, dentro de la oposición llega casi a 70%, y tomando al país como un todo, se acerca a 35%. Siendo ella la candidata que supera a cualquier otro potencial candidato de gobierno u oposición.
Nos encontraremos con situaciones complejas que siempre será mejor anticiparlas, que evitar que nos exploten en la cara.
Social
En la trampa económica en la que nos encontramos, el factor de ajuste es la creación de nueva pobreza. Los números que circulaban el año pasado ya no son más creíbles, porque este principio de 2023, mandó por debajo de la línea de pobreza a una gran cantidad de gente que antes tenía algún ingreso, y que ahora la está pasando muy mal.
La figura de familias completas buscando su sustento en la basura, ya se ha vuelto algo cotidiano, y solo podrá ser mitigado con crecimiento económico del sector privado, porque el sector público está muy limitado de ingresos para tenderlos. Los comentarios sobre el CLAP son de una baja en la frecuencia, y también baja en los componentes… no solo en la cantidad, sino principalmente en el nivel proteínico.
La pobreza, que estadísticamente es un número impresionante, ya no puede esconderse en barrios y en el interior. Ahora están visibles, aunque aún debajo de la alfombra… y se nota el bulto. Hay que hacer algo pronto porque estamos perdiendo a la infancia y a la adolescencia que se quedó en el país. Porque crecer sin proteínas impide de plano que haya una capacidad para ser educados y entrenados para cualquier etapa de crecimiento económico que podamos tener en el futuro.
La pobreza es un problema para atender ahora. No dales algo para que sigan siendo pobres atendidos, sino para sacarlos de la pobreza… y en eso nos estamos jugando el futuro de Venezuela.
Económico
En este nivel de precario equilibrio inestable, pareciera que, si alguna variable se sale de los límites, sus valores se dispersarían y ya no podrían regresar al punto de donde salieron. Que, aunque no era un punto bueno, pero es el que vemos todos los días, con la inflación deslizándose hacia arriba, igual que el tipo de cambio, y en sentido opuesto, el nivel de actividad disminuyendo.
Y uno de los factores que le da una cierta homogeneidad al sistema, es el control de la liquidez, la cual, si de alguna manera se saliera de los parámetros, podría ocasionar daños irreversibles, y acelerar el desplome. Y algo así ocurrió en octubre de 2022 con la inyección de recursos, lo cual en conjunto con la medida del IGTF, y con el inicio de la campaña de desdolarización, revirtió el discreto progreso que se había logrado en los dos años anteriores.
Si se bajara el porcentaje de encaje y el crédito volviera por sus fueros, nos encontraríamos, rápidamente, con un disparo en la inflación y en el precio del dólar. Por eso mantienen la cautela en lo del encaje, y con la inyección de dólares para suavizar el ritmo de devaluación.
No hay que perder de vista el componente estructural de nuestra inflación con una muy limitada oferta de bienes y servicios al mercado, haciendo que cualquier monto con el que se cuente el lado de la demanda, por más restringido que trate de mantenerse, siempre superará a la oferta, convirtiéndose en la causa más dura de la inflación.
Sería deseable que hubiera mayor inversión y pudiéramos aumentar la producción, pero eso no es posible por la rigidez de la disponibilidad de energías primarias y eléctrica, por la falta de confianza, por las dudas sobre la seguridad jurídica, y en general, por el nivel de ideologización y politización de nuestra economía.
Y si bien es cierto que las sanciones afectan al sector privado indirectamente, de alguna manera nos las hemos ido arreglando para convivir con esa situación. Que, si nos ponemos a ver, una vez que hemos logrado adaptarnos y pagar los costos de su presencia, resultan menos grave que todo lo demás… no debería ser que todos los días haya que estar esperando a que el humor del alto gobierno y sus relaciones traumáticas con el resto del mundo hagan que las cosas se muevan para un lado, o que, de repente, se muevan para el otro.
La premisa en el gobierno es que los empresarios son opositores por esencia, y, así declaren lo contrario, si se acercan a la política será para atacarlos. Por eso es que las relaciones entre los empresarios y el gobierno deben manejarse con cuidado y en forma profesional. No pueden depender de que un dirigente empresario sea “talibán” o sea “complaciente” … debería ser una relación evaluada con herramientas formales como el análisis de entorno o una sala situacional, para que, en cada caso, y en cada declaración, se puedan anticipar las reacciones.
Por otra parte, el gobierno aún no quiere entender que cualquier posibilidad de reactivación pasa por un sector privado fuerte e independiente. Y el dirigente empresarial no quiere entender que si se acerca mucho a la política puede presentar un panorama confuso y que termine perdiendo.
Lo anterior debe entenderse como una filosofía equivalente en cascada, donde el gobierno de EE UU no le deja recursos disponibles al gobierno de Venezuela por temor a que los use en su contra. Y al gobierno de Venezuela no le interesaría un sector empresarial fuerte que pudiera financiar a la oposición… y es por eso, y tantas cosas más… es que la economía privada fue interrumpida a finales del año pasado, todo de cara el proceso político traumático que estamos comenzando a vivir.
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Internacional
Nuestra economía, medida en términos de PBI es un poco más grande que la de Haití, y un poco más pequeña que la de Guatemala. Comparación injusta, que no refleja una realidad en la que la infraestructura que tenemos es para un país con un PIB cinco veces más grande, aunado a las reservas de todo tipo que tenemos bajo tierra. Pero que no tenemos la inversión suficiente como para asumir por cuenta propia ese crecimiento.
Lo anterior es para hacer notar que cuando se habla de la importancia inmediata que tenemos como país, para solucionar los problemas de Europa, perdemos de vista que no podemos ni siquiera alimentar a nuestra gente, ni a los que se quedan, ni a los más de 7 millones que se fueron… por eso, entre otras cosas, es que se fueron.
Lo cual significa que no somos un factor determinante en la toma de decisiones de ninguna potencia; lo que sí seguramente quisieran es que nos organicemos y volvamos a la democracia y al mercado, para así, si ven que podemos reactivar pozos, que podemos restablecer los sistemas logísticos y de transporte, y que las reglas funcionan, entonces, tal vez, nos verían de otra manera, y podrían pensar en levantar sanciones. Pero ahora, por cómo están las cosas, es muy difícil sostener esa fantasía.
Recomendación
- Al gobierno: que, en vez de transferir recursos a los diferentes planes y misiones sociales, realmente le acrediten los fondos a cada persona beneficiaria en una tarjeta; y que con eso pueda comprar un CLAP en cualquier supermercado del país, a los precios subsidiados. Y que la diferencia de precio entre el de mercado y el subsidiado, el comerciante la descuente del IVA mensual o de cualquier otro impuesto. Hay que hacerlo rápido porque la gente ya no tiene para comer. Y cuentan con el sistema patria, que resultó ser una herramienta muy poderosa.
- A la dirigencia opositora: que mantengan la estrategia que han venido sosteniendo de forma tal de convertirse en la referencia institucional de la oposición. Y así dejar en evidencia a los que están por fuera, los cuales, así se llamen a sí mismos opositores, hay serias dudas de dónde están sus lealtades. Estaba claro que la estrategia era la unidad, y para eso estaban las primarias. Y los que se quedan por fuera, seguro que no están buscando la unidad… además de que sus números son escandalosamente bajos… entonces, ¿por qué lo hacen?
- A la dirigencia empresarial: que se pregunte qué aprendimos desde la última tormenta, así como qué hacer para no repetir lo que pasó. Porqué algunas empresas se hundieron y otras no. Que se planteen la formulación de planes y hojas de ruta, y que refresquen sus estrategias. Esta nueva etapa de turbulencia le presentará al empresario una ruta con minas que no hay que pisar para no volar por los aires. Hay que pensar estratégicamente y formalizar las lecciones aprendidas.
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