Gregory Saúl Bermúdez, migrante de 32 años, cayó del peligroso tren, conocido como «La Bestia», que conecta al sur con el norte de México el pasado 2 de mayo.
Según información de Versión Final, el joven podrá reencontrarse con sus hijos. Bermúdez afirma que se aferró al amor por sus hijos y que «Diosito lo escuchó». Actualmente aspira a tener una prótesis para continuar su camino a EE UU.
«La Bestia» es un peligroso sistema de trenes que conecta el sur de México con la franja más cercana a la frontera estadounidense.
Gregory cayó del tren el martes 2 de mayo al tratar de sujetarse a uno de los últimos vagones con la máquina en movimiento. El transporte le cercenó las piernas.
Bermúdez estaba dentro de los vagones con un grupo de migrantes. “Yo me considero una persona tranquila”, asegura.
“No venía inventando como otros compañeros que saltan de tren en tren”, recuerda.
El accidente ocurrió tras una parada en la que decidió bajarse a buscar comida para unos compañeros migrantes que lo acompañaban. En un momento repentino “La Bestia” arrancó.
«Yo logré salir corriendo y lancé la comida. Todo fue muy rápido. Traté de sujetarme a los últimos vagones y cuando me arreguindo en la escalera no pude sostenerme y me caí en las vías. En ese momento veo que me pasan las ruedas por encima y lo único que pude hacer fue jalarme las piernas”, según contó a CNN.
Un momento doloroso
Gregory recuerda estar tirado y convertido en un lunar de sangre en el camino que bordea al desierto. “Entonces puse en mi pecho la biblia que me dio mi mamá y me dije: “Si es mi momento de morir pido perdón por el mal que haya hecho”, contó
Comenzó a pedir ayuda, pero pronto se desmayó.
Vecinos de una colonia cercana se acercaron y mi socorrieron. Lo llevaron desde la colonia, en Torreón, hasta Gómez Palacios. Una joven identificada como Ana, y que fue parte del grupo de rescate del joven, habló sobre la experiencia.
«Mis familiares y yo le brindamos ayuda, pues fue atrás de la casa. Mencionó que es papá y que tiene dos niños y que un día antes la niña había cumplido años”
Agregó que Bermúdez viajaba con dos amigos que sí alcanzaron a subir al tren y seguir su camino.
Funcionarios de seguridad y rescate llegaron al sitio donde estaba Gregory y lo llevaron hasta el Hospital General de Torreón.
En el centro de salud le amputaron la pierna izquierda debido a las lesiones provocadas por las ruedas.
Casi un mes después, perdió la pierna derecha. Gregory despertó días después y se dio cuenta que no tenía piernas. «No me impresioné. Miré y vi la biblia en una mesita. Sentí agradecimiento de que, a pesar de todo, diosito me escuchó y no me dejó morir”, contó.
“Tenía la oportunidad de ver a mis hijos de nuevo”.
Gregory pasó 1 mes y 18 días hospitalizado. En ese tiempo no contó con el apoyo de ningún familiar, pero apoyo nunca le faltó.
Personal de la Cruz Roja y del Centro de Día para Migrante “Jesús Torre” siempre lo acompañaron.
Si algo tiene claro es que quiere tener suficientes condiciones para llegar a los Estados Unidos. “No quiero regresar a mi país”, aseguró. Su sueño es contar pronto con unas prótesis.
«Sueño con volver a caminar y que mis hijos no me vean así, en esta situación, que sepan que su padre salió de su país a buscar un mejor futuro para ellos, y que no los abandonó”.
Bermúdez es atendido en Posada del Peregrino de Cáritas, ubicada en avenida La Paz número 300 de la colonia Nueva California.
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