Visto de cerca, su aspecto podría asemejarse al de una criatura extraterrestre en una película de terror. Pero, como suele ocurrir en estos casos, la naturaleza supera una vez más a la ficción.
Un equipo de científicos de la Institución Scripps de Oceanografía, con sede en la Universidad de California, ha descubierto cerca de las costas de la Antártida un extraño animal de 20 brazos y cuerpo en forma de «fresa» que forma parte de la familia Promachocrinus, también conocidas como estrellas de plumas de mar.
Los resultados de la investigación, que fueron publicados en la revista Invertebrate Systematics en julio, describen a un animal que puede variar su color de «púrpura» a «rojizo oscuro», y cuyo margen de hábitat va de los 20 a los 2.000 metros de profundidad.
Sus brazos, especifican, pueden llegar a los 20 centímetros de largo: los más largos son ásperos y protuberantes; los cortos, en cambio, tienen una apariencia más suave y plumosa.
El nombre científico con el que se ha catalogado, Promachocrinus fragarius, hace referencia a su forma, porque «fragum» significa «fresa» en latín, y a su tonalidad cambiante. En cuanto a su grupo, pertenece a la clase Crinoidea, que incluye estrellas de mar, erizos, dólares de arena y pepinos de mar.
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