La Sala Trasnocho Arte Contacto (TAC) cumplió en julio 20 años. En un medio cultural profundamente afectado por la crisis del país, la fotógrafa, curadora e investigadora Costanza De Rogatis asumió el reto de continuar el legado de la sala ubicada en el Centro Comercial Paseo Las Mercedes como nueva gerente general, cargo que hasta este año ocupó Yuri Liscano. Dispuesta a apoyar más exposiciones que exhiban el trabajo de mujeres, toma la dirección interesada, sobre todo, en fomentar sus conocimientos y equilibrar su desempeño institucional con su labor creativa.
Para la artista de 47 años de edad estar al frente de un espacio como la Sala TAC resulta interesante y complejo a la vez. La Sala TAC no solo tiene un alto nivel en cuanto a las exposiciones que ofrece sino que también realiza una buena cantidad de charlas, talleres o muestras de catálogos, dice. En un período como el actual, es muy necesario para el medio cultural contar con un espacio como el que ofrece la sala donde se puede decir libremente y establecer discursos artísticos.
“Equilibrar la responsabilidad institucional con mis propios intereses como artista, eso es algo que estoy tratando de entender y conciliar. Quiero llevarlos paralelamente y nutrirlos. Tratar de aprender e incorporar aspectos de uno y otro ámbito de mi vida”, comenta. Asume el cargo con una trayectoria de más de veinte años en el mundo de las artes visuales. Egresada en Artes de la Universidad Central de Venezuela (UCV), De Rogatis trabajó como investigadora en el Museo Alejandro Otero durante seis años antes de estudiar fotografía en la Escuela de Fotografía Fondazione Studio Marangoni en Florencia, Italia.
Cuando regresó al país se desempeñó como freelance en un período en el que colaboró con algunas colecciones haciendo investigaciones para las exposiciones. Trabajó e investigó para el Museo de la Estampa y el Diseño Cruz-Diez, la Sala Mendoza y el Centro de Investigaciones Visuales La Caja. Luego, se hizo cargo de la colección de la Fundación Empresas Polar durante seis años. “Allí me dedicaba a hacer las curadurías didácticas que desarrolla la fundación para la Casa de Estudio de la Historia de Venezuela Lorenzo Mendoza o Casa Veroes. Eran muestras dedicadas a niños, aparte hacía las exposiciones de la sala”, cuenta.
Costanza De Rogatis reconoce que el trabajo que hizo en ese entonces fue diferente al nuevo rol que desempeña en la Sala TAC. Con la Fundación Empresas Polar desempeñaba labores didácticas y pedagógicas así como también aportaba en el desarrollo de las colecciones y sus curadurías. Eso implicaba entender qué obras formaban parte de la colección y cómo se debían exhibir. Como curadora del Museo Alejandro Otero, en sus inicios, formó parte del equipo de museología, en el que cada investigador hacía propuestas curatoriales. “Allí éramos guiados por un gerente. Digamos que, aunque tuve otro tipo de responsabilidades, esta es la primera vez que me hago cargo de manera específica y exclusiva de una sala”.
Como curadora, aprendió cómo hablar de su propia obra artística y cómo explicarla con facilidad porque está acostumbrada, desde el punto de vista estructural, a establecer esos discursos. Y como artista está dispuesta a incorporar en su nuevo cargo la comprensión y consciencia del esfuerzo que hacen los artistas de poder levantar su propia obra y elaborar un discurso. “Quiero tratar de establecer respeto al trabajo de los artistas, eso es algo que siempre se ha hecho en la sala, pero deseo tratar de nutrir también desde mi experiencia como artista y nutrir la comprensión de los artistas que vamos a exhibir”, afirma.
El camino recorrido
Hace poco tiempo, Costanza De Rogatis se enteró de la vacante en la Sala TAC luego de que Yuri Liscano cambiara el rumbo de sus intereses en julio de este año. Se entrevistó con el director del Trasnocho Cultural, José Pisano y con Rafael Santana, quien forma parte del comité de exposiciones del centro cultursl. “Me preguntaron si me interesaba asumir esta responsabilidad. Para mí era una propuesta que implicaba un aprendizaje y poder vincularme con experiencias anteriores que había tenido dentro del manejo de instituciones culturales. Era una oportunidad interesante de abordar un nuevo reto”, cuenta la actual estudiante de la maestría de Filosofía de la Universidad Simón Bolívar (USB).
Su llegada coincidió con la inauguración de la muestra El encanto secreto de las pequeñas cosas. Obra gráfica de Alejandro Otero que permanecerá hasta finales de septiembre. La programación de la sala, explica, suele prepararse con mucha antelación porque preparar una exposición requiere un trabajo multidisciplinario. La exposición estaba planteada desde 2022 y su llegada coincidió con la inauguración. “La muestra sigue un interés de la sala TAC por abordar ciertos aspectos de la obra de Alejandro Otero. Se ha realizado anteriormente una exposición sobre los coloritmos de Otero y otra de las esculturas cívicas. La sala tiene interés por el tema de los maestros venezolanos y Otero forma parte”, comenta la artista.
Costanza De Rogatis detalla que próximamente se decidirá la programación para 2024. Confiesa, sin embargo, que ya tienen una buena cantidad de propuestas que discutirá con el comité. “Voy a tratar de apoyar aquellas iniciativas que me parezcan que se acercan más a estos intereses que tengo. Haré caso a lo que la gente del comité, que tiene muchísima experiencia al frente, tiene que decir al respecto y proponer. Dentro de las propuestas seguramente apoyaré a aquellas que estén más cercanas a mis intereses de los temas relacionados con la mujer”.
Por ahora, asume el cargo segura de que sus predecesores le dejaron “un buen camino recorrido”. Se suma a un equipo totalmente integrado bastante identificado con la Sala. El equipo, asegura, tiene un gran espíritu de trabajo, conoce su historia y colabora mucho. “Ellos mantienen el trabajo. Lo interesante es que Liscano forma parte del actual comité de exposiciones, permanece dentro de quienes deciden la programación. Lo que se hizo fue un empalme, hay un seguimiento de lo anterior que me permite trabajar con lo que ya se venía proponiendo y favorece poder ajustarme lo mejor posible a un escenario nuevo. Han sido amables y generosos conmigo en ese aspecto”.
La próxima exposición que se inaugurará en la Sala TAC será una colectiva de obras gráficas con Gladys Feldman, Leonardo Nieves y Luis Romero. A finales de año, con colaboración de Henrique Faria Fine Art, se presentará una individual de Mercedes Elena González.
Apoyo a las mujeres
Costanza De Rogatis llega a la gerencia de la Sala TAC con el deseo y la intención de apoyar a las mujeres artistas así como está dispuesta a fomentar nuevas formas de arte contemporáneo. Eso no depende del todo de ella: la programación de la Sala TAC se discute en un comité de exposiciones que balancea la calidad de las propuestas así como la probabilidad de que se pueda ejecutar con los recursos disponibles. Hay una gran cantidad de aspectos a tomar en cuenta antes de realizar una exposición, detalla. “Espero poder ir abriendo un espacio para que cada vez haya más oportunidades para artistas mujeres que quizás han sido infrarrepresentadas en el mundo del arte en Venezuela”.
El debate no se trata, reconoce, del papel que ocupa la mujer en el arte venezolano sino cómo se ha leído, a lo largo de los años, el rol que desempeña y qué tanto espacio y reconocimiento se les da a las mujeres para que muestren su trabajo. Para De Rogatis no hay duda: las mujeres han estado presentes en el arte, pero no siempre han sido apoyadas. Eso causó, explica, una intermitencia que quizás las haya desanimado. Para la mujer artista es más difícil desarrollar una carrera. “Se debe tratar de asumir y entender que eso ocurre así. Hay que entender que verdaderamente ha habido una infrarrepresentación de artistas mujeres. Una visión machista o hetero-patriarcal ha limitado el acceso, la representación o que se considerase el trabajo de muchas mujeres importantes así las temáticas vinculadas a ellas como importantes”, explica.
Para que las mujeres accedieran a los espacios del arte se les limitó a hablar de ciertos y determinados temas. Costanza De Rogatis considera interesante que actualmente se revise cómo se contó la historia, cómo se narró esa manera de la mujer de pertenecer al mundo del arte. “Hay que entender que abrir esos espacios para que las mujeres participen va a alentar a muchas artistas y nuevas generaciones a indagar en su trabajo. Van a tener la confianza para proponer algo que se tomará en cuenta”.
Considera que hay mujeres haciendo buenos, interesantes e importantes trabajos. Incluso dentro de la comprensión que tienen de haber sido mujeres artistas marginadas en muchos aspectos. Las creadoras, considera, están conscientes y expresan de forma directa o indirecta en su arte cómo sus derechos fueron minimizados e incomprendidos. “Esa misma lucha la integran dentro de sus obras y está presente en sus discursos. Es interesante y necesario en un momento como el que vivimos mostrarlo”.
Los jóvenes lo tienen difícil
Interesada en fomentar nuevos discursos del arte contemporáneo, Costanza De Rogatis está consciente de lo complicado que es para los jóvenes desempeñarse en las artes actualmente. A esta nueva generación, comenta, le ha tocado un vacío de muchas seguridades que en generaciones anteriores no existieron.
“Antes había un marco institucional museístico y educativo que ayudaba a los jóvenes a tener una mayor cantidad de referentes. Hoy en día les ha tocado difícil. El desarrollo de exposiciones para jóvenes artistas implica una gran dificultad”, afirma. Hay galerías en Caracas que están dispuestas a apoyar a jóvenes que están haciendo o han hecho a través del tiempo una investigación. También hay quienes apoyan a los que están haciendo nuevas propuestas e incluso se arriesgan por ellos en un contexto complicado. Una galería, recuerda, necesita ganar dinero y vender. Es difícil, señala, pero la venta de obras de artistas de jóvenes es todavía más difícil.
En el caso de la Sala TAC, explica, hay un aspecto físico que dificulta las muestras individuales de jóvenes artistas. “Para poder exhibir debes tener una obra lo suficientemente consecuente para poder exponer en el espacio las propuestas que tengas. Un artista joven aún no tiene la cantidad de obras para desarrollar en un sitio como este un discurso”, explica. Es complicado realizar una individual pero una colectiva de artistas jóvenes no lo ve imposible. De hecho, para ella es totalmente deseable.
“Nosotros esperamos poder concretar en el marco del aniversario de la Sala TAC una serie de actividades que justamente involucren a los jóvenes. Siguiendo la tradición de la sala queremos invitarlos a hablar de su trabajo. Próximamente se irán decantando esas actividades. La idea es tratar de poner en diálogo, desde una sala como esta, la posibilidad de que nuevas generaciones hablen”, revela.
Venezuela, digna de estudio
A Costanza De Rogatis le parece particular e interesante lo que ocurre en el mundo del arte venezolano, porque muchos artistas continúan trabajando a pesar de las dificultades. Incluso en la época de más aprietos económicos, durante 2017 y 2018, los artistas seguían trabajando. “Buscaban soluciones materiales para poder llevar adelante la obra y responder de alguna manera a ese momento histórico que nos tocó y nos sigue tocando. Tanto artistas jóvenes, como de media generación y artistas mayores siguieron produciendo obras”, afirma.
La situación llevó a las galerías a asumir un rol que le correspondía a los museos del país pero que el chavismo hizo inviable. Tuvieron las galerías, entonces, que desarrollar un trabajo crítico y curatorial. “En realidad no es parte de la labor de una galería fomentar una obra de un artista a nivel crítico, desarrollar textos o tener iniciativas institucionales que debe tener un museo”.
Señala que en el país hay una peculiar mezcla de galerías que asumieron un rol institucional y artistas que siguen trabajando autogestionándose para buscar espacios y mostrarse. “Hay una serie de iniciativas de artistas jóvenes que buscan espacios para poder exponer el trabajo, organizarse y no depender de una institución. Extrañamente hay una cantidad de cosas sucediendo en el panorama de las artes en el país”, evalúa.
Se trata, a su juicio, de una mezcla de situaciones que se están generando por la simple voluntad de la gente de querer seguir proponiendo y que no perezca la actividad cultural. “Es a partir de la voluntad individual de los artistas y de la voluntad institucional de galeristas, coleccionistas e instituciones que no son estatales que se impulsa el arte en Venezuela”. Reconoce que falta apoyo económico y también se requiere un mayor desarrollo de actividades que se realizan por voluntades individuales. Pero De Rogatis está consciente que con voluntad no siempre se consigue dinero para financiar actividades. “A pesar de eso, se siguen gestando cosas y es bastante interesante y loable”.
Continuar el legado
Entre sus expectativas como gerente está continuar con el legado de la Sala TAC manteniendo el pulso que ha tenido en la ciudad. Desea ofrecer exposiciones para que la gente que visite el Trasnocho Cultural se acerque y muestre interés en sus exhibiciones. Además, quiere desarrollar actividades paralelas a las exposiciones que sigan convocando público. Espera que la sala continúe llevando propuestas para la colectividad y que eso sirva de apoyo tanto para el medio del arte como también espacios de diálogo con todos los actores que están proponiendo e investigando.
Como gerente general, Costanza De Rogatis asume la dirección interesada en, más que en cambiar lo que se ha hecho hasta ahora, proponer una mayor cantidad de exposiciones dedicadas a mujeres. También quiere afianzar más el lenguaje contemporáneo. “Quiero tratar de proponer algo para un medio tan necesitado de propuestas culturales, ya allí hay un reto bastante importante. El mantenerse como institución y seguir siendo una referencia dentro del medio cultural es un gran compromiso”.
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