El mesianismo es una tendencia que se relaciona con una particular interpretación de la historia donde el cambio de un estado del desarrollo de una sociedad o tendrá origen en la llegada de un Mesías, al que corresponde el establecimiento de un nuevo orden que dará origen a un mundo mejor. El vocablo Mesías viene del hebreo Meshiach, significa ungido, para salvar o liberar al pueblo.
El universo está colmado de ejemplos de búsquedas fracasadas de Mesías, con frecuencia outsiders representantes de la antipolítica. Cito sólo recientes ejemplos del continente americano: Chávez, Bolsonaro, Bukele, Castillo, Trump. Todos de cuestionables o catastróficos resultados.
No es difícil adivinar que traigo el tema a colación, debido al resultado de las Primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) -especie de ensayo general de las elecciones argentinas- realizadas el pasado domingo, en las que sorprendió el 30% obtenido por el joven político Javier Milei, quien se convirtió en el gran ganador
¿Quién es Javier Milei? Un economista de 52 años que cultivó su popularidad como comentarista económico en televisión, que en las elecciones parlamentarias de 2021 con su partido La Libertad Avanza, logró dos bancas en la Cámara de Diputados. Una que ocupa él, la otra su precandidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel.
Se caracteriza por un estilo excéntrico provocador. Vive con su hermana y cinco perros mastín inglés, de los que dice que son su familia, cuatro de ellos tienen nombres de economistas que admira: Milton (Friedman), Murray (Rothbard), Robert y Lucas (ambos por el nobel estadounidense Robert Lucas)
¿Qué propone Milei? Está a favor de la libre compraventa de armas de fuego y de órganos humanos. Argumentando que no todo lo tiene que regular el Estado, y los individuos son dueños de su cuerpo. Es un claro opositor a la ley de interrupción voluntaria del embarazo y otras posturas que comparte con la ultraderecha planetaria que no tengo espacio para comentar.
Villarruel, su candidata a la vicepresidencia es hija de militares y se ha destacado por poner en duda los delitos cometidos durante el régimen militar que gobernó Argentina desde 1976 hasta 1983. Entre ellos, la tortura y desaparición de decenas de miles de personas por parte de las fuerzas de seguridad.
Agreguemos que es amigo de Bolsonaro, de Abascal, el presidente de Vox (eufórico con su triunfo) y admirador de Trump.
Su programa de gobierno se centró en la desregulación de la economía y el desarme de los programas sociales, que se resume en cinco ideas: La reducción del número de funcionarios .Una reforma laboral con salarios variables .Reforma sindical para reducir su poder y eliminar las aportaciones obligatorias: Reforma de la carrera docente. Y la peligrosa introducción del tema del control de la migración.
Algunos analistas consideran que parte del éxito consistió en que fue el único candidato que presentó un proyecto, que contó lo que quería hacer, que podía gustar o no, pero fue el único que lo hizo, mientras Patricia Bulrich y Rodríguez Larreta precandidatos del Juntos por el cambio, se desgastaron en una pelea a cuchillo para alcanzar la nominación (Atención oposición venezolana).
De acuerdo a Valentín Nabel, de la consultora Opinaia, Milei logró sintonizar con el hastío de los argentinos (una inflación que llega a 115% interanual y una pobreza en aumento, 40%). No fueron tanto sus ideas. No fue un voto a la derecha lo que sucedió, sino una sintonía con un tipo que está tan enojado como yo.
En su primer discurso tras conocer los resultados, con un lenguaje procaz y una gestualidad desquiciada afirmó haber logrado construir esta alternativa competitiva que dará fin a la casta política parasitaria, chorra (ladrona), inútil. «Estamos en condiciones de ganarle a la casta en primera vuelta», agregó en referencia a las elecciones previstas para el 22 de octubre. ¿Alguna coincidencia con el discurso del comandante eterno?
Pero no todo fue negativo en las recientes PASO, el peronismo se redujo a 27%, el peor resultado de su historia, a pesar de que tradicionalmente han logrado reinventarse, con distintos ropajes ideológicos, desde Menem hasta los Kirchner, es de desear que continúen opacados y que una cierta sensatez se apodere de los votantes argentinos y de los conductores de Juntos por el cambio para lograr superar la votación de este peligroso outsider. Lo deseo por América latina, por Argentina y por mi hija y mis nietos que viven en ese país.
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