La candidatura de María Corina Machado, coordinadora nacional de Vente Venezuela, coloca «en jaque» al chavismo y a la oposición, de cara a la carrera primaria que definirá al abanderado unitario que enfrente a Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de 2024.
«Ahorita hay mucha reunión tras bastidores. Hay mucho nerviosismo porque nadie ve forma de ganarle a María Corina Machado», dijo a El Nacional una fuente cercana a la Plataforma Unitaria Democrática, donde convergen los partidos del denominado G4, Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ), Voluntad Popular (VP) y Un Nuevo Tiempo (UNT).
La dirigente opositora lidera las encuestas con 32,88% de la intención del voto, según el último estudio de la firma Meganálisis, realizado entre el 24 y el 31 de julio. Mientras que los demás aspirantes a la primaria no superan 5% en la manifestación de apoyo de manera individual.
En este escenario, el consenso dentro de los factores opositores se mantiene como una opción, sobre todo, al tomar en cuenta la inhabilitación política que pesa sobre Henrique Capriles, Freddy Superlano y la propia María Corina Machado.
El consenso
«Si bien es cierto que el consenso es un poco difícil, no es imposible y puede llegar a convertirse en una necesidad por parte de la oposición. Es decir, que los partidos tengan que plegarse a un consenso aun cuando no nos guste», manifestó el politólogo Fernando Spiritto, coordinador de Investigación de Postgrado de la UCAB.
Esta necesidad pudiera surgir debido a las múltiples amenazas que todavía penden sobre el proceso primario. Entre ellas, mencionó, una posible prohibición por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que se mantengan las inhabilitaciones o que haya un adelanto de elecciones, como ha dejado entrever este viernes Nicolás Maduro.
«Ante una necesidad, la oposición debería unirse en función a un candidato, pero para eso tendría que pasar cosas muy graves», señaló.
Sin embargo, no ve recomendable la opción de alcanzar un consenso que deje por fuera a María Corina Machado. A juicio de Spiritto, «el efecto sería catastrófico desde el punto de vista electoral», puesto que generaría la desmovilización del pueblo opositor debido a la gran división que representaría.
«La oposición es mayoría, lo dicen todas las encuestas. El problema es que el gobierno tiene ventaja porque tienen un núcleo duro que sale a votar y, ante la desmovilización del pueblo opositor, eso le va a hacer ganar las elecciones», resaltó.
La desmovilización de la gente, continuó el consultor político y profesor universitario, es el principal problema que tiene la primaria. Esto, debido a que los ciudadanos no ven un candidato claro y están «muy escépticos» ante el liderazgo opositor.
«Si la oposición se divide el resultado sería catastrófico. Si tuvieras a María Corina por un lado y del otro un candidato del G4, llámese Capriles o Superlano, esa división sencillamente le daría el triunfo al gobierno», aseveró.
Un riesgo para el chavismo
Si bien dentro de las filas opositoras María Corina Machado causa «nerviosismo», para el chavismo no deja de representar una amenaza. Es por ello, que el pasado 30 de junio, la Contraloría General de la República extendió la inhabilitación política impuesta a la opositora en 2015 -por un lapso de 12 meses- a 15 años.
Para Spiritto, el gobierno de Nicolás Maduro sabe que la opositora es «una candidata fuerte», con la capacidad de movilizar a un sector de la población que pudiera ponerlo en un «serio problema».
«El gobierno sabe que es minoría por las encuestas, que tiene un núcleo muy duro que va a salir a votar por él, pero que si se moviliza, la oposición podría lograr mayoría, y eso lo sabe perfectamente», indicó.
Por ello, consideró, el chavismo estará dispuesto a pagar «el costo político» que significa la inhabilitación de María Corina Machado, así como asumió el costo de judicializar a partidos como Acción Democrática y, recientemente, al Partido Comunista de Venezuela.
«El gobierno estaría dispuesto a pagar el costo tremendo de inhabilitar a María Corina porque habilitarla sería un riesgo mayor para para ellos. Ven en María Corina una candidata fuerte o potencialmente fuerte ante el hecho de que ellos son minorías. No estarían dispuestos a pagar el precio de tenerla como candidata», subrayó.
En su opinión, el gobierno tratará de habilitar a un candidato que sea «más o menos a su medida» para crear unas elecciones «medianamente competitivas» que le den un triunfo electoral «más o menos merecido».
«El gobierno si va a ganar las elecciones, no puede darse el lujo de ganarle a un candidato débil. Tiene que, de alguna manera, justificar la pelea», apuntó.
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