Debilitado por haber apartado a Kylian Mbappé, el PSG y su nuevo entrenador Luis Enrique comienzan la defensa del título de campeones de Francia lastrados por la incertidumbre y las dudas, empezando por las que rodean el futuro de su estrella.
Tras llegar a París para tomar el relevo de Christophe Galtier, el exseleccionador de España no se esperaba seguramente vivir unas primeras semanas tan movidas.
Nada más llegar a la capital, el técnico se vio privado de su jugador estrella para la gira de pretemporada en Japón. El atleta fue castigado por la dirección del club después de haber anunciado su intención de no renovar el contrato más allá de 2024.
La posibilidad de ver marchar libre al capitán de Francia dentro de un año, provocó una onda de choque en el seno del club. Actualmente, la situación continúa totalmente bloqueada: Mbappé, que se entrena con los jugadores en la rampa de salida del Parque de los Príncipes y juzgados como «indeseables», se mantiene firme en su posición. Mientras, el PSG está decidido a vender esta misma pretemporada al cabeza de cartel de su proyecto.
«Queremos que se quede, lo podemos repetir dos o tres veces. Pero no se puede ir gratuitamente. Es el acuerdo verbal que tenemos con él, y él dijo entonces en las entrevistas que no se iría libre. Y no es negociable», lanzó el presidente Nasser Al-Khelaifi, el 5 de julio, después de la presentación de Luis Enrique.
Según una fuente interna del PSG, se formuló una propuesta al francés con una cláusula de «venta garantizada» al terminar la temporada, pero la rechazó.
En estas condiciones, es prácticamente seguro que Mbappé no estará convocado para recibir al Lorient el sábado en el Parque de los Príncipes, durante la primera jornada de Ligue 1. Un escenario que podría alargarse al menos hasta el final del período de traspasos, el 1 de septiembre.
En este pulso único en su especie entre un club y uno de sus mejores jugadores, el asturiano Luis Enrique debe arreglárselas mientras espera el final de un culebrón que parece muy incierto.
Sin su mástil de proa, el PSG no brilló durante sus cuatro amistosos en Asia (2 derrotas, 1 empate y una victoria) y parece más debilitado que nunca.
¿Auténtico cambio de era?
El español mide también los efectos colaterales de la crisis con el «consejero deportivo» Luis Campos, muy cercano a la familia Mbappé y que llegó el año pasado, durante la renovación anunciada por todo lo alto. La posición del portugués en el seno del club es actualmente muy frágil.
Pero incluso si el futuro de Campos en el club podría ir ligado al de Mbappé, el portugués ha estado muy activo en el mercado de fichajes. Contrató hasta a ocho jugadores (los atacantes Gonçalo Ramos, Marco Asensio y Lee Kang-in, los defensas Milan Skriniar y Lucas Hernandez, los centrocampistas Manuel Ugarte y Cher Ndour y el guardameta Arnau Tenas); a los que se les debería unir próximamente el francés Ousmane Dembélé.
Pero el París SG, que apuntaba a Harry Kane, ahora cerca de llegar al Bayern Múnich. También apunta a Bernardo Silva, que se quedará en el Manchester City, no ha fichado a ninguna estrella. Además la larga lista de recién llegados deja interrogantes sobre el nivel real del equipo de cara a la nueva temporada.
Más si se tiene en cuenta que las puertas de salida también están abiertas para dos veteranos parisinos: Neymar y Marco Verratti.
Como en el verano boreal de 2022, el club está «a la escucha de ofertas» por el brasileño según una fuente cercana a las negociaciones. La fuente evoca el interés del Chelsea, de equipos sauditas y de la MLS.
La pelota está ahora en el tejado de los pretendientes, que deben poder asumir las cifras astronómicas de las que gozó Neymar en París (30 millones de euros anuales brutos, 32,9 millones de dólares).
Verratti, uno de los favoritos del Parque de los Príncipes e histórico de la era qatarí, también desata interés en Arabia Saudita. Sin embargo, la propuesta financiera formulada al PSG, 30 millones de euros, está lejos de acercarse a los deseos parisinos. Así lo reveló una fuente cercana a las negociaciones.
Ha sido una temporada muy decepcionante, marcada por las repetidas crisis y sólo salvada por la consecución del 11º campeonato nacional, un récord. Ahora, el PSG parece querer optar por un auténtico cambio de era. Incluso el objetivo de ganar la Liga de Campeones ha desaparecido del discurso oficial.
«Hay muchas expectativas sobre la Liga de Campeones», declaró Nasser Al-Khelaifi el 5 de julio. «Antes debemos construir las bases».
Con o sin Mbappé.
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