El número de desplazados por el conflicto iniciado en Sudán el pasado mes de abril supera ya los 4 millones, advirtió este martes la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), que mostró su preocupación por el deterioro de las condiciones sanitarias en los campamentos que acogen parte de esta población huida.
«La situación es insostenible, en un momento en el que las necesidades superan en mucho las que se pueden atender con los recursos disponibles», indicó en rueda de prensa el portavoz de Acnur William Spindler, quien subrayó que la situación también es límite en pasos fronterizos y centros de tránsito en países vecinos.
Según la fuente oficial, en el estado de Nilo Blanco, sur del país, la falta de medicamentos esenciales y otros suministros está afectando gravemente los servicios sanitarios y alimentarios en diez campos de refugiados a los que han llegado 144.000 personas desde Jartum, la capital sudanesa.
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«Los servicios mentales y psicosociales prácticamente no existen», añadió Spindler, quien denunció que entre mayo y julio se han registrado en Sudán al menos 300 muertes, sobre todo en niños menores de cinco años, por malnutrición o brotes de enfermedades como el sarampión.
«Si la financiación de los programas de ayuda sigue retrasándose, esta cifra probablemente aumentará», vaticinó el portavoz de Acnur, quien también anticipó un aumento de los casos de cólera y malaria en los próximos meses, a causa de las inundaciones y la falta de adecuadas instalaciones sanitarias.
En los países de acogida de refugiados sudaneses o poblaciones retornadas, como Sudán del Sur, la situación es igualmente preocupante, con al menos 57 niños fallecidos en territorio sursudanés a causa de malnutrición y enfermedades como el sarampión.
De manera paralela, en Chad la atención sanitaria sufre importantes carencias en puntos de acogida que reciben como media unos 130 refugiados heridos a diario, añadió el portavoz.
Entre los cuatro millones de desplazados por el conflicto entre ejército y paramilitares hay 700.000 refugiados que han huido a otros países, así como 195.000 sursudaneses que previamente habían entrado en Sudán para escapar de la violencia en su propio país y ahora han retornado a éste.
Acnur solicitó 566 millones de dólares para financiar sus operaciones de asistencia a estas poblaciones en Sudán y países vecinos, pero por ahora sólo ha recibido de los donantes un 29 % de esa ayuda.
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