Con el certero golpe constitucional que Juan Guaidó propinó a Nicolás Maduro en el mes de enero, Venezuela ha vislumbrado una salida del laberinto en que la hundió Hugo Chávez.
Sin embargo, el camino de regreso a la democracia está plagado de entresijos que van consumiendo los días que le quedan a Guaidó como presidente interino. Mientras el trabajo soterrado de los que la han secuestrado toma una vez más la bandera del diálogo para ganar tiempo, el país se cae a pedazos.
En una reciente columna, el periodista Ramón Pérez-Maura, adjunto al director del diario ABC de España, expresó que no comparte el entrar en propuestas mediadoras para solventar la crisis en Venezuela, con países que reconocen a Maduro, como Noruega, China, Cuba, Rusia o Irán, “porque la negociación con Maduro debe partir del principio de que él no es un presidente legítimo, él tiene que dejar el poder y debe cesar la usurpación. Solo se llegará a una solución partiendo de esas premisas”.
Pérez-Maura, en sintonía con el secretario general de la OEA, toma sus palabras cuando este afirma: “Sobre la base de que Maduro todavía es un presidente legítimo no se van a resolver ni la crisis humanitaria, ni la crisis migratoria ni las violaciones sistemáticas de los derechos humanos. Al contrario. Se van a reforzar”.
Porque Pérez-Maura ha mantenido una posición firme que se traduce en sus escritos, y en conversación que sostuvimos fue enfático al afirmar que la situación en Venezuela no va a cambiar mientras Nicolás Maduro tenga el respaldo de Rusia y China: “Y tenemos múltiples señales de que ese respaldo se mantiene. Cuando China invierte en un país acaba quedándose con todo. China siempre gana”.
Y agrega: “La oposición creo que sigue muy fragmentada, pero hay un factor diferencial con lo que ocurre en cualquier otro país, que es la existencia de un presidente encargado, reconocido por medio centenar de países del mundo, por las grandes democracias, por varias grandes potencias, y eso introduce un escenario que no hemos visto nunca. Porque hasta ahora, cuando hemos visto presidentes encargados o presidentes que no tenían el poder verdadero, generalmente era porque habían caído del poder y seguían reclamando la presidencia».
“España, después de la Guerra Civil, tuvo un gobierno en el exilio con un presidente de la república en el exilio que se instaló en México, y México reconocía a ese presidente. Los encargados suelen ser presidentes que están de salida, y aquí lo que estamos viendo es uno de entrada, que es algo que políticamente no habíamos conocimos nunca, por lo que no es fácil trazar la línea ni saber qué ocurrirá. La política que está siguiendo Estados Unidos con la cúpula militar venezolana acabará dando resultado. No sé si tardará uno o seis meses, pero acabará dando resultado”, añade.
—Es una situación inédita en todos los sentidos, y, como usted señala, (Guaidó) es un presidente de entrada que es legítimo. Pero no tiene el poder de las fuerzas armadas. ¿Qué es más determinante para salir del régimen, las fuerzas armadas venezolanas o que Rusia y China le quiten el apoyo?
—Necesariamente es una combinación de las dos cosas. Las fuerzas armadas son determinantes; si ellas se levantaran contra el presidente, aquello se acabaría en diez minutos. Yo creo que él –Maduro– ha seguido una política muy inteligente, manteniendo los privilegios de la cúpula militar –que es la cúpula que señala Estados Unidos–, pero, teniendo un ejército tan numeroso, tienen muchos oficiales de rango medio y bajo sin ninguno de los beneficios de la cúpula y que son muy conscientes de lo que ocurre en las calles del país. Y eso es un caldero en el que se está cociendo una posible insurrección, y que le da base a cualquiera de los de la cúpula para que se sienta amenazado por Estados Unidos para tener un apoyo logístico de una parte numerosa del ejército. Ahora, como yo no conozco lo suficientemente bien las interioridades de la cúpula militar venezolana para saber cómo se puede estructurar un golpe a partir de ahí, lo que sí sé es que en el mundo entero no existe ni ha existido en la historia un ejército que tenga más generales que el ejército de Venezuela. Es que hay ejércitos en el mundo que tienen menos soldados rasos que los generales que tiene Venezuela. Rusia y China son un apoyo fundamental, y no creo que vayan a retirar su apoyo en ningún momento porque solo tienen qué perder. Aquí la izquierda española partidaria de Maduro dice que a Estados Unidos le interesa Venezuela por el petróleo, y a Rusia y a China, ¿por qué les interesa?, ¿por la pesca? No, les interesa por lo mismo. Rusia sabe que el día que cambie el régimen, difícilmente su situación va a ser la misma.
—Yo afirmo que Venezuela es una pelota en un campo de fútbol entre Estados Unidos y Rusia…
—No, yo no creo, porque la crisis venezolana ha generado algo que no habíamos visto nunca, y es que todos los países del Grupo de Lima, que son los más relevantes de América Latina, se han puesto detrás del presidente Guaidó. Eso es algo único. Venezuela es un objeto de deseo perverso por parte de China y de Rusia, y es un objeto de deseo democratizador por parte del hemisferio americano, con la excepción de México y de Nicaragua. Esto es algo que no había ocurrido nunca. Es que es muy relevante, cómo se ha llegado a la existencia de un presidente encargado salido de la Asamblea Nacional.
—Lo digo porque desde hace muchos años perdimos nuestra soberanía. Nuestro destino se balancea entre países que nos apoyan, con Estados Unidos a la cabeza, y regímenes que no nos quieren soltar.
—Yo creo que cualquier país que sea una dictadura puede estar sometido a esa situación, y creo que la injerencia humanitaria puede estar muy justificada, que no es necesariamente el envío de tropas y actuar militarmente. Puede ser, pero no es lo que estoy diciendo. Injerencia humanitaria es interferir en la política de un país a través de embargos, de sanciones, de presiones políticas, de apoyo a un bando frente a otro, y creo que esa injerencia está perfectamente justificada. Porque lo que tú no puedes es jugar con la limpieza de una democracia constituida cuando lo que estás es enfrentándote a una dictadura, porque entonces gana la dictadura, siempre.
—¿Y Cuba, que no la hemos mencionado?
—No la hemos mencionado porque Cuba ha sido un beneficiario durante muchos años, y sigue siendo el que controla el entorno directo del presidente Maduro. Cuba sabe que, como caiga Venezuela, esta vez a ellos no los salva nadie. Ellos están ejecutando, sobre todo, los mandatos de Rusia, porque al final ellos siguen teniendo increíblemente una dependencia de Moscú; no olvidemos que Moscú ha pretendido mantener las influencias allá en donde la Unión Soviética las tuvo.
—Maduro y el régimen castrista tuvieron un papel relevante en el proceso de paz de Colombia, con la inclusión de la guerrilla en la vida política. Venezuela y Colombia a la cabeza del continente son dos espacios que no los van a querer soltar.
—No. Estoy seguro de que no. Creo que Venezuela está cerca de vivir una guerra civil, de unos choques sangrientos en las calles. El grado de miseria que padece la población venezolana no sé cuánto tiempo se pueda aguantar. La miseria se aguanta más tiempo, cuanto más mísero es tu origen, por lo tanto, en Venezuela se aguantará relativamente poco tiempo porque sus clases medias han vivido en una situación de riquezas y de afluencia que en este momento no existe, salvo para una mínima, mínima cúpula militar, y un entorno mínimo del chavismo, pero la gente es consciente de cómo es su degradación, incluso en los barrio más pobres, los beneficios que obtenían antes ya no los obtienen.
—¿Por qué dice guerra civil?
—Creo en el riesgo de guerra cuando llegas a esta situación, cuando todo cambia a peor, y aun así el presidente se mantiene atado, y su pequeño entorno se mantiene atado a él. Eso no se puede aguantar. Si él no sale, acaba en guerra.
—Entre 2018 – 2019 es cuando más detenciones y desapariciones de militares se han producido.
—¿Por qué será?
—También el G2 cubano mantiene un sistema de torturas y de terror dentro de las filas castrenses. Hay mucho miedo. ¿Podría ser que el régimen esté buscando una guerra civil?
—No, el régimen no lo está buscando.
—El régimen castrista es perverso y lo ha demostrado en Venezuela. ¿Qué opina de la posición del gobierno español?
—La posición del gobierno español es absolutamente lamentable. El gobierno español, este gobierno español, ha intentado en todo momento dar amparo al presidente Maduro. Su compañero de filas, José Luis Rodríguez Zapatero, se presentó como un mediador y quedó demostrado que estaba alineado con una de las partes. Todos los intentos de mediación tenían como objetivos buscar fórmulas para prolongar la estadía de Maduro en la presidencia. Y el gobierno español acabó sumándose al reconocimiento de Guaidó porque había un verdadero clamor nacional, porque no lo podía evitar, porque habría dejado absolutamente marginado al presidente en España, con un coste importante para su popularidad. Dicho esto, la palabra fue muy bonita pero después nada hizo, nada más, no ha vuelto a apoyar en nada a la oposición, y al embajador del presidente Guaidó prácticamente ni lo han reconocido, y en cambio se sigue teniendo un trato fluido y cordial con el embajador del presidente Maduro.
—¿Por qué?
—Por razones ideológicas.
—¿Y Podemos?
—Como es lógico, sigue apoyando a Maduro porque son los alumnos del chavismo. Podemos ha sido financiado por Venezuela y por Irán, que es el otro aliado. Entonces, esa relación va a exigir como condición, entre un futuro acuerdo entre el PSOE y Podemos, el que se deje a Venezuela tranquila y a Maduro tranquilo.
—Ni Chávez fue socialista ni Maduro es socialista. Han sido comunistas.
—Y Podemos también. Podemos es comunista.
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