Sinéad O’Connor encontró en la música una terapia para escapar de una infancia turbulenta.
El resentimiento por el abuso que sufrió cuando era niña y su experiencia en un reformatorio de Dublín fomentaron su naturaleza rebelde.
Sin embargo, la música le dio impulso a un talento creativo que la convirtió en una estrella mundial, siempre lista para ser controversial y nunca seguir el juego de ser una estrella del pop condicionada por su imagen.
Con sus rasgos de duende y su cabeza rapada, fue una de las figuras más conocidas de la música pop de los 90.
Sinéad Marie Bernadette O’Connor nació el 8 de diciembre de 1966 en el próspero suburbio de Glenageary, en Dublín.
Fue la tercera de cinco hijos de Sean O’Connor y su esposa Marie. La pareja se casó joven y su relación, a menudo tormentosa, terminó cuando Sinéad tenía 8 años.
Su hermano Joseph una vez dijo que su madre había sido profundamente infeliz y perturbada, propensa al abuso físico y emocional de sus hijos.
O’Connor finalmente se mudó con su padre, pero a menudo desaparecía para robar en las tiendas.
Fue internada en el Centro de Capacitación An Grianan de Dublín, originalmente creado para encarcelar a niñas jóvenes consideradas promiscuas.
Una monja descubrió que la única forma de mantener a raya a aquella adolescente rebelde era comprándole una guitarra y poniéndola en contacto con un profesor de música.
Esa sería su salvación.
Una voluntaria de la institución tenía un hermano que tocaba en la banda irlandesa In Tua Nua. Grabó una canción con ellos, pero sintieron que era demasiado joven para convertirse en miembro a tiempo completo del grupo.
Unas posturas políticas controvertidas
A los 16 años, su padre la envió a un internado en Waterford, donde un maestro reconoció su talento y la ayudó a producir una cinta con dos de sus composiciones.
Un encuentro con el productor y compositor Colm Farrelly la llevó a unirse con otros músicos para formar la banda Ton Ton Macoute.
Tuvieron un impacto inmediato y cuando se mudaron a Dublín, O’Connor dejó la escuela para irse con ellos.
Luego se mudó a Londres y conoció al experimentado manager Fachtna Ó Ceallaigh, quien había trabajado para la banda U2.
Además de guiarla musicalmente, Ó Ceallaigh la involucró en sus intereses políticos. O’Connor causó revuelo cuando elogió al Ejército Republicano Irlandés Provisional, aunque luego se disculpó.
Siempre rebelde, rechazó firmemente los intentos de su compañía discográfica de cambiar su apariencia punk, para volverse más femenina.
«Ellos estaban describiendo a sus amantes”, dijo O’Connor más tarde al diario Daily Telegraph. “Cuando les dije eso no se lo tomaron muy bien».
Lágrimas en video
También se peleó con el productor que fue contratado para diseñar su primer álbum. Después de mucha discusión, la compañía discográfica permitió que ella misma lo produjera.
En ese momento estaba embarazada de siete meses de su baterista John Reynolds, con quien finalmente se casó.
El álbum The Lion and the Cobra, lanzado en 1987, fue un éxito rotundo. Presentaba lo que se convertiría en el sonido típico de O’Connor y su distintiva voz. Obtuvo una nominación al Grammy a la Mejor Interpretación Vocal Femenina de Rock.
A un sencillo, Mandinka, le fue bien en Estados Unidos y fue el que eligió cantar en el programa Late Night with David Letterman, su primera aparición en la televisión estadounidense en horario estelar.
O’Connor superó aquel logro con su siguiente álbum, ganador del Grammy, I Do Not Want What I Haven’t Got, que presentó su sencillo más exitoso, una versión de la canción de Prince «Nothing Compares 2 U».
La canción logró encabezar las listas en el Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos, impulsada por un video que presentaba mayormente un primer plano de su rostro y sus lágrimas mientras cantaba.
Lloró durante la grabación del video y luego dijo que le resultó difícil cantar porque la canción le recordaba la pérdida de su madre, quien murió en un accidente automovilístico en 1985.
La foto del Papa
Siempre la acompañó la controversia. Para presentarse en un concierto en Nueva Jersey, O’Connor exigió que no se tocara el himno nacional de Estados Unidos, como habitualmente se hacía, antes de que ella apareciera.
El lugar accedió a regañadientes, pero provocó un boicot de sus canciones por parte de varias estaciones de radio estadounidenses.
Un mes después del lanzamiento del álbum de jazz I’m Not Your Girl, O’Connor interpretó una versión de «War», la canción de Bob Marley, en Saturday Night Live de NBC, sustituyendo algunas de las palabras para que se convirtiera en una protesta contra el abuso sexual infantil en la Iglesia católica.
Para horror de los productores, levantó una foto del papa Juan Pablo II frente a la cámara y la rompió por la mitad. NBC recibió más de 4.000 quejas de los espectadores y muchas copias de sus discos fueron destruidas.
En una aparición posterior en vivo, la abuchearon tanto que no pudo actuar. A finales de 1992, volvió a vivir a Dublín.
Su cuarto álbum, Universal Mother, con contribuciones escritas de Germaine Greer y Kurt Cobain, no logró emular el éxito de su trabajo anterior. Fue su último álbum de estudio durante seis años.
Una ordenación sorprendente
Después de separarse de su esposo, se vio envuelta en una larga batalla por la custodia con el periodista John Waters, el padre de su segunda hija, llamada Roisin.
El estrés la llevó a un intento de suicidio en 1999.
En uno de los giros más extraños de su vida, fue ordenada sacerdote en la Iglesia Tridentina Latina, una iglesia católica independiente que no está en comunión con Roma.
A pesar de su desdén por la jerarquía eclesiástica, O’Connor siempre sostuvo que era una cristiana practicante y una católica devota.
En 2018 la cantante anunció su conversión al Islam.
Volvió a los estudios en el año 2000 para grabar el álbum Faith and Courage. En gran parte escrito por ella misma, no logró ingresar al Top 20 en las listas de álbumes excepto en Australia.
O’Connor tuvo un breve segundo matrimonio con el periodista Nick Summerlad antes de tener a su tercer hijo, Shane, con el músico Donal Lunny.
Sean-Nos Nua, el álbum del año 2002, presentó una reelaboración de canciones populares irlandesas tradicionales. Un año después, lanzó una compilación de pistas inéditas antes de anunciar que se retiraba de la música.
Tanto su salud mental como física estaban afectadas. Diagnosticada con trastorno bipolar, también luchaba contra la dolorosa condición de la fibromialgia.
En Jamaica grabó su séptimo álbum de estudio, Throw Down Your Arms, un trabajo con sabor a reggae que recibió críticas positivas.
Dio a luz a su cuarto hijo, Yeshua Francis Bonadio, en 2006 con su entonces pareja Frank Bonadio. Al año siguiente, lanzó otro álbum, Theology. No logró entrar en las listas de éxitos.
Disputa pública
Un tercer matrimonio en 2010 con su viejo amigo Steve Cooney duró menos de un año.
La cantante regresó al ruedo musical con How About I Be Me (and You Be You) lanzado en 2012, que alcanzó el número 5 en Irlanda y el 33 en las listas de Reino Unido.
Sostuvo una disputa pública con la cantante Miley Cyrus en 2013, después de que O’Connor publicara una carta en su sitio web criticando a Cyrus por sus videos abiertamente sexuales.
Cyrus respondió describiendo a O’Connor como «loca».
En 2014, O’Connor demostró que aún podía cumplir con los requisitos de la música con el lanzamiento de su álbum I’m Not Bossy, I’m the Boss. Apareció en la portada con una peluca y un vestido negro ceñido al cuerpo mientras acariciaba una guitarra.
Pero su salud mental seguía siendo precaria. En noviembre de 2015, después de recuperarse de una histerectomía, publicó un mensaje en Facebook en el que anunciaba que estaba en un hotel irlandés y contemplaba la idea de suicidarse.
Fue encontrada sana y salva y recibió tratamiento médico.
En junio de 2021, publicó un libro de memorias, Rememberings, y participó en entrevistas con los medios para promocionarlo, algunas de ellas tensas.
La cantante dijo que se sintió «muy desafiada» por una entrevista en BBC Radio 4 sobre sus problemas de salud mental y la cobertura de los medios.
En enero de 2022, su hijo Shane, de 17 años, se quitó la vida. La cantante publicó una serie de tuits preocupantes, en los que decía que consideraba suicidarse y les decía a sus seguidores que había sido ingresada en el hospital.
Sinéad O’Connor fue un talento precoz que usó la música como un medio para lidiar con los demonios dentro de ella. Una figura contradictoria en muchos sentidos que logró menos éxitos de los que merecía.
Sin embargo, la cantante no se disculpó ni se arrepintió de sus elecciones de vida. «Yo siempre digo, si vives con el diablo, descubres que hay un dios».
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