El hijo del presidente de Estados Unidos, el famoso Hunter Biden, portador de un poderoso imán para los escándalos y las drogas, ha generado nuevamente atención por parte de la prensa. Aunque esta vez el detonante no ha sido directamente él, sino su abogado, Kevin Morris, ciertamente hay un gran «bong» en el centro de la escena. Nada que sea de total asombro para la opinión pública; pero, como era de esperar, resulta llamativo.
En medio de la visita del problemático Hunter Biden, Morris, el célebre abogado de estrellas de Hollywood, fue fotografiado en el balcón inhalando de un bong (como se le suele llamar a una pipa usada regularmente para fumar marihuana, tabaco y otras sustancias), según exponen en varias fotografías obtenidas de manera exclusiva por Daily Mail. De tratarse de cannabis, no es ilegal, pero teniendo en cuenta el contexto, sí es curioso.
El periódico reveló que el hijo del 46º presidente viajó desde su piso de Malibú con el fin de reunirse con su principal abogado en Pacific Palisades, uno de los barrios más lujosos de Los Ángeles. En la fachada del inmueble se produjo la inesperada sesión de fotos. La visita ocurrió después de que «se revelara que un oligarca ucraniano sobornó a Hunter y Joe Biden con 10 millones de dólares», destaca el Daily Mail en la leyenda que acompaña las imágenes, que han sido compartidas y comentadas en las redes sociales.
Hace casi un mes Hunter aceptó declararse culpable de cometer delitos fiscales, como parte de un acuerdo con la Fiscalía, lo que frenó que entonces no fuera procesado por «mentir en un formulario federal de armas de 2018, al decir que no era un usuario de drogas ilícitas, cuando admitió en sus memorias que era un adicto al crack», constituyendo uno de delitos federales de los que se le acusa.
La publicación de estas fotos hace hincapié en un inevitable efecto: contemplar al abogado fumando un bong durante la visita de Hunter «podría traer recuerdos no deseados para el hijo del presidente, quien se fotografió y grabó en un video usando grandes cantidades de drogas, incluida el crack (cocaína en piedra), en juergas que duraron semanas durante años, según muestra el material de su computadora portátil abandonada».
El escándalo de la información acusatoria en la famosa laptop de Hunter ha sido diana de fuertes críticas y solicitudes de total transparencia, que, según parte de la opinión pública, no han sido debidamente expuestas. Incluso el Buró de Investigaciones Federales (FBI) fue encarado por legisladores republicanos. No pocos estadounidenses consideran que la controversia de la computadora de Hunter y las acusaciones de haber ejecutado presuntos «negocios turbios» con países de Europa del Este como Rusia y Ucrania, no ha sido aún clarificada ni procesada con todo rigor por tratarse del hijo del presidente, quien pudo haber limpiado las posibles pruebas y paliado las graves consecuencias con poder y dinero.
La secuencia fotográfica divulgada este viernes, muestra que Hunter llegó por la tarde en una camioneta negra, escoltado por un grupo de guardaespaldas que parecían del Servicio Secreto, vestido con una camisa azul, jeans y gafas de sol Ray-Ban Aviator, como las que usa su padre. Las fotografías reportan que Hunter fue recibido por una mujer que llevaba un vestido amarillo floreado, hasta el momento no identificada.
Esta visita, como señala el artículo de Daily Mail redactado por Josh Boswell, se produce luego de que el senador Chuck Grassley, republicano por Iowa, publicara una copia de un informe del FBI donde un informante confiable afirma que «Joe Biden y su hijo Hunter recibieron 10 millones en sobornos del propietario de la compañía de gas ucraniana Mykola Zlochevsky». Boswell, este mismo viernes, publicó otro artículo en el que asegura que dicha aseveración fue «corroborada en parte» por el FBI:
«Según una conversación entre una fuente confidencial y el director financiero de Burisma, Vadim Pojarski, en 2015, Hunter Biden fue contratado en el directorio de la empresa para protegernos, a través de su padre, de todo tipo de problemas (…). El director ejecutivo de Burisma, Mykola Zlochevsky, le dijo a la fuente: ‘Cuesta 5 (millones) pagarle a un Biden y 5 (millones) a otro Biden».
El informe FD-1023 del FBI, oficializado el 30 de junio de 2020, alega que el propietario de Burisma, Mykola Zlochevsky, utilizó la información sobre los pagos de 5 millones a cada uno de los Biden «para ayudar a cerrar una investigación criminal ucraniana sobre él y obtener un trato favorable para su empresa». Lo que supone un gravísimo acto de corrupción y soborno.
El reportaje de Boswell revela que el director del FBI, Christopher Wray, mostró a regañadientes una copia a los miembros del Comité de Supervisión de la Cámara el mes pasado después de que amenazaron con declararlo en desacato al Congreso. «El jueves, el senador Chuck Grassley, quien obtuvo una copia por separado, la hizo pública», algo que pone en tela de juicio, con más fuerza aún que las anteriores declaraciones, el proceder tanto del FBI como del presidente Biden y su hijo Hunter.
Todo esto, sumado a las fotografías del abogado Morris sacando su pipa al balcón durante la visita de Hunter, han encendido otra vez las alarmas de la opinión pública, incluso más allá de la nación americana. Otro dato que rodea a la figura de Morris y que varios medios de prensa reportaron hace poco más de un año fue la acusación contra el abogado de Hunter de mentir con el objetivo de tener acceso al set de filmación de My Son Hunter, película que escenifica la adicción a las drogas del hijo del presidente y donde se le interpreta en juergas y negocios de dudosa legitimidad.
Esta historia fue titular en varios medios en mayo de 2022. «Voló en un avión privado a Serbia, donde se filmaba la película, alegando que quería entrevistar a los productores para un documental que afirmaba estar haciendo sobre la corrupción de Biden», dijo el productor de My Son Hunter, Phelim McAleer. «Ahora que sé de su representación de Hunter Biden, sus preguntas mientras filmaban de repente tienen mucho sentido. Pensé que solo estaba haciendo un documental, pero ahora parece que estaba espiando engañosamente para su cliente Hunter Biden”, agregó.
En un comunicado de prensa, McAleer aseveró que Morris y sus colegas tuvieron acceso completo al set de filmación y lo entrevistaron a él, a la coproductora, su esposa Ann McElhinney, y a los actores durante varios días, incluso durante extendidas cenas. “Parecía que nunca apagaban la cámara, ahora sé por qué. Este fue un ejercicio de recopilación de información por parte de un abogado y sus asociados para su cliente”, expresó McAleer.
Los cineastas declararon que «Morris estaba particularmente interesado en el contenido de la película, incluidas las fuentes de información que tenían y lo que sabían sobre cómo la computadora portátil de Hunter llegó a manos de los medios». De ahí que la visita de Hunter a Morris, inmediatamente después de las declaraciones del senador Grassley y la confirmación del FBI, no pase inadvertida.
Kevin Morris, quien ha defendido a figuras de la industria del entretenimiento como Ellen DeGeneres, Scarlett Johansson, Matthew McConaughey y Chris Rock, fue apodado el «Sugar Brother» (hermano de azúcar) de Hunter después de que accedió a prestarle al Primer Hijo 2.8 millones de dólares para pagar sus deudas tributarias y se uniera a su equipo legal en medio de investigaciones criminales y del Congreso de Estados Unidos.
Aunque el bong suele usarse para marihuana, el texto que acompaña la publicación de la secuencia de fotos advierte que las imágenes por sí solas no pueden asegurar qué sustancia exactamente contenía la pipa de Morris. Además de que el uso de la marihuana como actividad recreativa es legal en California. De cualquier modo, no deja de resultar llamativo y hasta inquietante la imagen de Morris inhalando de su gran bong, mientras el cielo de América no deja de intoxicarse con graves acusaciones de corrupción y encubrimientos al más alto nivel.
¿Por qué el abogado de Hunter, en lo que se supone sería una importante visita de su cliente, no dudó en sacar su bong al balcón? No son pocos los que suponen que el caso de Hunter, el hijo conflictivo y al parecer incontenible del presidente Biden, ha impulsado a Morris a salir a aspirar un poco de cannabis en el balcón californiano. ¿Serán así de intensas las sesiones? Entretanto, pululan las dudas e ironías en las redes sociales.
Sin embargo, la pregunta más importante debería ser: ¿Tendrá acceso la opinión pública, sin manipulaciones discursivas ni pactos partidistas que empañen la verdad, a todos los detalles de esta trama que compromete la moral y credibilidad de la alta política estadounidense?
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