Los Sanfermines 2023 de Pamplona celebraron este viernes su primer encierro de toros con una carrera de miles de personas delante de los animales que fue rápida, de dos minutos y medio de duración, y en principio limpia, con seis solicitudes de traslado al hospital, ninguno con heridas por asta.
La ganadería de La Palmosilla de Cádiz fue la encargada de abrir esta edición sobre un recorrido (de unos 800 metros) aún mojado por las intensas lluvias del día de ayer, pero que como corresponde al día grande de estas fiestas, que duran una semana, estuvo abarrotado de público y corredores.
Unos minutos antes de las 8 de la mañana, cientos de corredores se acercaron al santo para cantar la tradicional copla de «A San Fermín pedimos» con un periódico enrollado en la mano como manda la tradición, vestidos completamente de blanco y el emblemático pañuelo rojo de las fiestas en el cuello.
Tras escucharse las campanadas de las 8 horas desde el reloj de la Iglesia de San Cernin que marca el inicio de cada encierro, las puertas del corral de Santo Domingo (donde los toros pasan la noche previa) se abrieron para dar paso a la manada que, encabezada por los cabestros que les guían a la plaza, poco a poco fue cogiendo velocidad hasta el punto de encuentro con los corredores.
Cuesta arriba y haciendo forzar la carrera de los mozos, los bravos completaron este primer tramo con limpieza, excepto alguna caída, hasta llegar a la plaza del Ayuntamiento, donde uno de los astados barrió sin problemas su lado izquierdo.
Ya en la calle Mercaderes, otra de las principales del recorrido, la manada, compacta, enfiló hasta la curva, que superó sin llegar a caer, un punto que sirvió para que ya encabezados por los cabestros comenzaran a estirarse y atravesar en esa disposición la larga y famosa calle Estafeta.
Con los corredores intentando coger sitio ante las astas, la diferencia de velocidad entre unos y otros generó algunos huecos para lucirse, aunque también la rapidez de los animales propició algunas caídas de los participantes.
Rapidísimos atravesaron el tramo conocido como Telefónica, con un toro negro que amagó un barrido a su izquierda sin consecuencias, al parecer, por lo que ya muy estirados entraron en la plaza, los primeros directamente a chiqueros (la puerta por la que salen los toros al ruedo en las corridas), pero no así algunos de sus hermanos.
Un toro castaño y después otro negro, entraron sueltos al coso, donde uno de ellos se mostró reticente a seguir a los demás, aunque finalmente lo hizo sin incidencias.
Fue la tercera participación de los toros de Tarifa (Cádiz) de La Palmosilla en la Feria de San Fermín, en las tres ocasiones con carreras veloces y limpias. La ganadería fue el pasado año una de las triunfadoras con un premio a la mejor corrida.
Los astados serán lidiados esta tarde por los diestros Rafaelillo, Manuel Escribano y Leo Valadez.
Esta edición de los Sanfermines recupera sus datos prepandemia con una alta ocupación hotelera y la llegada de más de 400 periodistas de 120 medios de comunicación de todo el mundo.
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