Corea del Sur aseguró este viernes que el plan de Japón para liberar después de un tratamiento el agua acumulada en la central nuclear de Fukushima tendrá «consecuencias insignificantes» en su población, entre la que ha cundido el pánico.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) dio esta semana su respaldo al plan de Tokio de descargar al océano durante décadas el agua acumulada en la central destruida por un terremoto y un tsunami en 2011.
El proyecto se topó con una amplia oposición y protestas en Corea del Sur, algunos de cuyos ciudadanos acudieron a hacer acopio de sal marina por temor de que este vertido contamine el océano.
Pero un estudio independiente encargado por Seúl estimó que el plan de Tokio se enmarca o incluso mejora las normas internacionales sobre residuos nucleares. Así lo dijo el ministro de Coordinación Política, Bang Moon-kyu, en una rueda de prensa el viernes.
Este análisis concluye que el vertido de agua tendrá «consecuencias insignificantes» en las aguas surcoreanas, dijo el ministro.
Oposición ante el agua de Fukushima
Según este estudio, el agua liberada en el océano tardará 10 años en llegar a la península coreana. Asimismo, lo hará con un nivel de radiación 100.000 veces inferior, aseguró.
El jefe del OIEA, el argentino Rafael Grossi, visita este viernes Corea del Sur, donde persiste el recelo hacia el plan japonés hasta el punto de que algunos diputados opositores iniciaron una huelga de hambre como señal de protesta.
«Japón quiere liberar el agua residual al mar porque es la forma más fácil y barata de hacerlo». Así lo dijo a la AFP Woo Won-shik, un parlamentario en huelga de hambre desde el 26 de junio.
Desde el accidente nuclear de 2011, se han acumulado en la central 1,33 millones de metros cúbicos de agua subterránea, de lluvia y del sistema de refrigeración de la planta.
El operador de la central asegura que el sistema de procesamiento del agua residual elimina casi todos los radioisótopos excepto el tritio. Además, señala que el agua tratada y diluida no dista de la vertida en otras plantas nucleares en el mundo.
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