La llegada de una seudoriginal ideología política al gobierno venezolano se transformó en un conflicto que ha desangrado a la otrora nación rica en un chiquero donde mucha gente ha de hurgar en basureros para poder calmar algo su prolongada hambruna. Son dos décadas crueles e interminables que han supuesto el éxodo de 3 millones de ciudadanos, miles de muertes a manos de la represión de las fuerzas de seguridad, centenares de asesinatos por mafias y hampones protegidos por el gobierno y fallecimientos incontables de enfermos adoloridos, a quienes se les imposibilitó la medicina necesaria para calmar sus dolores o lograr la cura de sus males.
El socialismo del siglo XXI no ha sido más que un enfrentamiento a la democracia, una traición a la Constitución y una burla al ciudadano, a quien se le desprecia y somete a sacrificios como si de una venganza diabólica se tratase, dividiendo a toda la sociedad. La hipérbole del odio y resentimiento que anima a esta indeseable dirigencia ha intentado crear un mito que logró arraigo y perdurabilidad de dos Venezuela: la de los bolivarianos, los rojo rojitos, los hijos de Bolívar y los del carnet de la patria, por un lado; y por el otro, los saqueadores o explotadores del pueblo, los escuálidos o los que Uslar Pietri bien llamó “pendejos”.
Desterrar el maligno mito y desenmascarar a los verdaderos culpables es nuestra obligación inmediata, publicar y difundir el origen de la debacle nacional no puede quedar en una nebulosa que permita aberraciones como las enunciadas por el animador del programa Con el mazo dando, que pretende colgar las culpas de la carestía de alimentos y medicinas en las personas de la oposición, que además él sabe cuán aislados están.
Es precisamente el intento permanente de crear un falso mito para consolidar una posible actuación futura en la política o aliviar las sanciones que el mundo comienza a imponer sobre los responsables de tantas y dolorosas tragedias, que hace imperativa la documentación y presentación de un análisis histórico riguroso y no sesgado de cómo un grupo de hombres pequeños asaltó a la nación y creó la más increíble operación de desbarajuste de un país en tiempos de paz.
No serán suficientes todos los programas de radio y televisión, ni la compra de todos los periódicos, para esconder la realidad de la autoría, pues bien lo dice el dicho: “No se puede tapar el sol con un dedo”, y agregamos, ni con un mazo.
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional