Chile empezó este lunes las tareas de limpieza y recuperación de varias de las zonas afectadas por las intensas lluvias que desde el jueves han caído sobre la zona centro-sur del país y que han dejado dos muertos, tres desaparecidos, casi 4.300 personas damnificadas y otras 9.600 aisladas, según el último balance del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres.
«Hubo un aluvión, con mucha lluvia, crecieron los ríos y soltaron las compuertas de las aguas que se acumulan para la cordillera. Nosotros somos el último pueblo que está más cercano a la playa, por lo tanto, recibimos todas las aguas que vienen de la cordillera», explicó a EFE Lastenia Núñez San Juan, vecina de la localidad de Licantén, en la región del Maule, a unos 300 kilómetros de la capital, uno de los territorios más afectados por el temporal y que lleva tres días sin agua y luz luego de que se desbordara el río Mataquito.
Según la damnificada, los avisos «fueron tardíos, y eso no permitió que pudiéramos rescatar nada: quedamos con lo puesto».
Por su parte, Francisca Núñez, otra habitante del lugar, comentó a EFE que cuando sonó la sirena de alarma «el agua ya estaba a cuatro o cinco metros de la casa y no hubo mucho que hacer».
«El agua subió a la altura de una silla o un poquito más, fue muy rápido y no se logró hacer mucho porque no hubo el tiempo necesario», añadió.
En opinión de los expertos, las abundantes precipitaciones, que no se veían en Chile desde hace 30 años, se deben a las altas temperaturas en las cimas de Los Andes, inusuales en este inicio del invierno austral, y son consecuencia de los efectos del fenómeno de El Niño.
«Menos Twitter y más poner los pies en el barro»
El presidente de Chile, Gabriel Boric, visitó este lunes el hospital comunal de Licantén –inundado por el desborde del río– y varias de las familias afectadas del lugar y llamó al gobierno a «ponerse las botas y ayudar» para «desplegarse en el territorio sin ninguna distinción de diferencias políticas”.
«Menos Twitter, y más apoyo y poner los pies en el barro para poder sacarnos adelante y ponernos de pie”, sostuvo el mandatario, que también prometió un nuevo hospital para la zona fuera de los espacios con riesgo de inundaciones.
Boric, que el viernes interrumpió su viaje a la Antártica para atender la emergencia sobre el terreno, ordenó a los ministros de Economía y Agricultura el diseño de un plan de recuperación económica para las industrias de las localidades afectadas.
Las lluvias cayeron con fuerza en la capital chilena el jueves y el viernes y obligaron a evacuar a miles de personas, principalmente en los sectores precordilleranos, en parte por la virulencia y la cantidad del agua caída en pocas horas, pero también por el abandono y la falta de infraestructuras.
Otras regiones duramente afectadas se encuentran al sur de la capital, donde llevan varios días aislados por el agua, con víveres escasos y sin posibilidad de salir excepto por vía área.
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