Muy grata la realización de la Feria del Libro en el Jardín Botánico de la UCV, valga subrayar, hazañosamente recuperado. El reciente encuentro cultural de acceso gratuito, faltando poco, extraordinariamente compaginado con un conjunto de conferencistas y de intérpretes del sano humor que públicamente extrañamos, fue una magnífica propuesta y mejor desempeño de Mauricio Krivoy, Rosalexia Guerra, Albe Pérez y Xariell Sarabia que tanto agradecemos.
El auditorio Tobías Lasser del edificio sede, inspiración y hechura de Carlos Raúl Villanueva, acogió –por ejemplo- un par de específicos encuentros relacionados con una galaxia de la que aparente y sólo aparentemente hemos sido expulsados en el presente siglo. Creyéndola el fenómeno solitario de una excéntrica y extrema simplicidad, delimitada por la consabida fórmula de amigo-enemigo, nos disponemos al redescubrimiento, al traumático redescubrimiento de un universo de matices y complejidades que reclama libertad, propio de la ciudadanía y de su cabal ejercicio que ha de fundarse en la dignidad de la persona humana para que lo sea: la política.
La presentación del libro El poder y la justicia de Rafael Tomás Caldera y los comentarios suscitados por el excelente panel nos colocó en la órbita de la vocación de poder que ha de ser la de servicio, la experiencia y la vivencia que tejen igualmente con el compromiso y la trascendencia que la explican. Nos reconfortó el ordenado comentario que hizo Ramón Guillermo Aveledo, también ordenadamente correspondido por Caldera y, en el ínterin, apreciar el testimonio de un joven abogado que dista y muchísimo de los coetáneos que militan en la causa del sojuzgamiento hambreador del socialismo del siglo XXI; acotemos, también con sus equivalentes en la acera opuesta.
Más que editor, Sergio Dahbar fue el inteligente periodista que concibió la presentación del novísimo título de Michael Penfold, haciéndolo hablar con la soltura del denso analista que se supo ante una audiencia que lucha por salir del canon de una opinión pública sometida a la persecución, (auto)censura y bloqueo informativo. En todo momento, respiramos la preocupación en torno a una situación que exige de un limpio talento, habilidad e inspiración política que, toda una noticia para las más recientes generaciones, está fundada en principios y valores que requieren de la acción y del pensamiento para realizarse.
A la prolongada y poderosa versión del poder establecido, requerimos de una eficaz reflexión y decidida difusión de la otra dimensión de la política que lo es, en la misma medida que contraemos un compromiso honesto, real y palpable con una arboladura de principios de raíces firmes y profundas. Estemos atentos a estos encuentros culturales que, en propiedad son de creadora resistencia frente al régimen del oprobio.
@Luisbarraganj
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