La renuncia forzada del directorio del CNE y la decisión exprés de la an usurpadora de abrir el proceso para designar uno nuevo es un abuso de poder y un acto de ventajismo incalificable. No estaba justificada de ninguna manera, los renunciados estaban lejos de haber agotado su período y la ausencia de un rector chavista por haber pasado al TSJ podía haber sido cubierta por alguno de sus suplentes.
El chavomadurismo toma esa decisión por dos razones: Maduro no confiaba en los rectores chavistas renunciados y en su desesperación por reelegirse necesita en el CNE de cuadros dispuestos a hacer lo que sea para garantizar el continuismo. También para zafarse de la posibilidad de que el CNE facilitara la realización de la primaria de la oposición democrática porque saben que esa cooperación –incluso usando capta huella y otros mecanismos intervencionistas– no estaba en capacidad de influir en el resultado ni disminuir una afluencia masiva que aparte de expresar el rechazo mayoritario al régimen se convertiría en un anticipo de su derrota en el 2024. Todo un autogol.
Coincido plenamente con lo expresado por el colega politólogo Justo Mendoza cuando escribió: “Presentar como éxito de una propuesta candidatural la decisión de la CNP de realizar sin el CNE el proceso comicial de la primaria es un aprovechamiento cruel de un fracaso institucional indeseable…”
Solo un exceso de endogamia y de frivolidad puede llevar a privilegiar una pequeña victoria argumental y desdeñar el enorme daño que se la ha hecho a la posibilidad de que la primaria sea un evento masivo y de transversalidad geográfica y social. Esa operación oficialista es una carga de profundidad para el proceso de primaria y un caramelo envenenado para quienes se atribuyen un éxito.
La primaria abierta es un evento concebido para que millones de ciudadanos expresen con carácter vinculante su preferencia política, en este caso por quién debe ser el candidato (a) de la unidad democrática; y demanda para su éxito de la existencia de ingentes recursos financieros, logísticos, organizativos y de seguridad tanto para el material a utilizar como para votantes y el personal que trabajará en los centros de votación. Es conveniente recordar lo que se necesita para que el proceso sea un éxito desde el punto de vista material y operativo: centenares de locales para centros de votación, la impresión del material electoral (millones de boletas de votación, miles de cuadernos de votación, miles de formatos de actas de escrutinio y resultado, diversos materiales de oficina para respaldar el trabajo de los miembros de mesa y testigos, medios de transporte y depósitos para el material electoral antes y después de la votación, operativos de seguridad para custodiar ese material. Es fácil apreciar que se trata de un proceso complejo y costoso que requiere para algunas de sus etapas de la contratación de empresas privadas asunto que en las presentes circunstancias no luce sencillo aunque se tenga financiamiento por los costos y riesgos asociados para esas empresas.
Como se ve estamos ante un reto muy serio que no puede ser asumido con consignas y voluntarismo sino con el realismo y pragmatismo necesario. No se trata de que haya ausencia de voluntad o disposición de la Comisión de Primaria o de la dirigencia democrática para llevar adelante el proceso en el escenario creado por el sobrevenido estatus del CNE sino por la carencia de medios.
La Comisión de Primaria siempre fue consciente del tamaño, complejidad, costo y dificultades del asunto, por eso siempre fue partidaria de solicitar la cooperación del Estado vía CNE, conservando, en todo momento, la rectoría y control del proceso.
La Comisión de Primaria reacciono correctamente a la situación sobrevenida al igual que los precandidatos y partidos democráticos ratificando que la Primaria para escoger el candidato unitario va.
Habrá necesariamente que considerar los ajustes que la condición autogestionada impone y que me temo afectará su masividad, así como su alcance y cobertura geográfica y social por la carencia de medios.
La posible deriva nicaragüense a la venezolana que el régimen anticipa en su posicionamiento también impone a los sectores dirigentes llegar a algunos acuerdos para capear y superar las posibles acciones por venir dirigidas a afectar la realización de la Primaria (la no participación del CNE facilita las actividades de sabotaje), la competitividad de la alternativa democrática, la suerte de quien resulte designado candidato (a). Nos referimos a qué hacer si el elegido (a) es inhabilitado, si la Primaria no puede realizarse por ser directamente impedida por el régimen o por circunstancias de índole material.
Con relación al primero de los contratiempos debe acordarse un criterio y un mecanismo de sustitución; podría ser el de hacerlo sobre la base del orden de resultado de la votación: el segundo sustituye al primero y así sucesivamente en cascada si persisten las inhabilitaciones. En cuanto a lo segundo: acordar algún tipo de consulta a la sociedad sobre sus preferencias con relación a la candidatura de las fuerzas de cambio.
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