Yamila (39 años) y Jonathan (44 años) Silberman son un matrimonio religioso judío, padres de cuatro hijos. Se presentan como shlujim (emisarios) del Rebe de Lubavitch, con el propósito de expandir el judaísmo. Trabajan en el ISEJ, instituto superior de estudios judaicos desde hace 14 años, coordinando la formación de jóvenes de 18 a 35 años.
Ambos tienen una fuerte presencia en redes sociales, tanto en Instagram como en Tik Tok, con su cuenta @itsorthodoxtime, donde muestran situaciones de su vida como judíos ortodoxos o comparten consejos de bienestar basados en el coaching ontológico y en las enseñanzas del judaísmo. Yamila hace standup (Monólogos de la peluca) y escribió un libro (¿Muy ortodoxa? Un camino judío a una vida más feliz) en el que cuenta cómo y por qué, a los 21 años de edad, decidió volcarse a la vida religiosa.
Shiduj, el arte de presentar posibles parejas
Joni lleva adelante un proyecto de Shidujim o presentaciones con fines matrimoniales a jóvenes que buscan pareja dentro de la comunidad judía. En pleno auge de las apps de citas son cada vez más los solteros y solteras que recurren a este método de presentaciones a ciegas con la esperanza de encontrar alguien a quien amar.
Una de ellas es Anto, una joven relacionista público de 35 años de edad que trabaja como ejecutiva de cuentas en una gran empresa y está buscando a su bashert. La persona que Dios tiene destinada para formar un matrimonio judío. Ella es baalat teshuvá, una mujer que antes era judía laica y decidió retornar a la observancia ortodoxa de las leyes de la Torá, el compendio de conocimientos sagrados del judaísmo.
Por eso, con el objetivo de concretar un matrimonio, aceptó la propuesta de Joni y Yamila de presentarle posibles candidatos a futuro marido. El sistema de shidujim como pudo verse en Netflix – La celestina del judaísmo (Jewish Matchmaking)- consiste en que acá en Argentina un rabino, como Joni, o una persona especializada, como es Aleeza Ben Shalom, la protagonista del reality en Estados Unidos, sean los encargados de organizar citas entre personas que buscan pareja.
Cuando en 2018 Anto comenzó su camino hacia la observancia religiosa, siguió por la rama del judaísmo conocida como jasidismo, dentro de la comunidad Jabad Lubavitch y empezó a acudir a las actividades para jóvenes del ISEJ.
“Tuve una entrevista superextensa de dos horas con Joni que me preguntó de todo: quién soy, cómo soy, dónde trabajo, con quién vivo, qué expectativas tengo con respecto a la otra persona, qué me gustaría que tenga, qué no me gustaría que tenga, qué estoy dispuesta a tolerar y qué no, qué puedo dar yo, qué características tengo y qué le puedo aportar a otra persona, entre muchas otras preguntas”, revela Anto. Con toda esa información, los casamenteros suelen evaluar las características de cada candidato o candidata y analizan las probabilidades y coincidencias que favorecerían la compatibilidad entre las dos personas. Entonces les proponen conocerse y organizan una cita.
Cómo son las citas organizadas por el shadján
Cuando encuentra un posible candidato para organizar una cita, Joni -a veces lo ayuda Yamila- llaman a los interesados, les brindan breves descripciones de la persona, les comentan por qué creen que pueden ser compatibles y coordinan el punto de encuentro, la fecha y el horario para una cita en la que se encontrarán personalmente.
Pueden o no mostrar la foto de la persona, pero ellos recomiendan no fijarse en la imagen para que no sea el aspecto físico lo que predomine como factor decisivo sino el conocer aspectos más profundos de la persona que también hacen a la atracción y a las posibilidades de elegir a una persona para compartir la vida.
Otra pauta para las primeras salidas es que la duración del encuentro sea breve. Anto destaca que para ella esta modalidad es un punto a favor del éxito en el proceso de shiduj. “A mí esto me vino bien porque al ser un tiempo corto me sirve tanto si la persona me gustó como si no. Si me gusta, me quedo con ganas de volver a verlo. Y si no me resulta atractivo es más fácil terminar el encuentro sin ofender al otro”, evalúa.
Una vez terminada la salida los participantes le comunican al shadjan su decisión: si quieren continuar conociendo a la persona y, por lo tanto, programar un nuevo encuentro o no volver a verse. Si ambos desean seguir conociéndose, Joni sigue organizando las citas y brindando consulta a los posibles enamorados todas las veces que sean necesarias hasta que las dos personas decidan que pueden continuar una conversación sin su intermediación.
Acercamiento al judaísmo
Si bien ya le presentaron algunos posibles candidatos, Anto todavía sigue en la búsqueda de pareja. Pero confía en la eficacia del sistema de citas coordinadas por un experto. “La verdad es que en todo este tiempo yo hice mi proceso de teshuvá, es decir, de acercamiento a la religión. Entonces, lo que me pasó es que año tras año me fui encontrando con nuevas versiones de mí. Por eso, lo que quería un año ya no lo quería al año siguiente. Entonces, al estar todo el tiempo en transformación personal, me fue un poco difícil encontrar una persona a la que yo sintiera compatible conmigo”, reconoce. Ahora busca un novio que quiera respetar, al mismo nivel en que ella lo está haciendo, el estilo de vida observante de las leyes religiosas judías. “Yo fui en ascenso en mi identidad religiosa y judaica y creo que hoy en día recién estoy en un lugar en el que puedo saber con mayor claridad qué es lo que estoy buscando para mí. Ojalá que pronto Joni y Yami con ayuda de Hashem me ayuden para que aparezca la persona que estoy buscando”, dice.
El candidato ideal
El perfil de Anto enumera varias características que el candidato tendrá que compartir: ser una persona religiosa, que come kasher, que celebra y cumple las restricciones del shabat (el día sabático se dedica al descanso y no está permitido hacer ninguna actividad que modifique el estado energético de las cosas. Por eso no se enciende fuego, electricidad, no se viaja ni se usa el teléfono celular). También tiene que ser shomer neguiá (no tener contacto físico con personas del sexo opuesto), con lo cual la persona que se cite con Anto tiene que saber que eso va a ser así hasta el día de la boda. Anto también viste con tzniut, un estilo de ropa con recato basado principalmente en usar faldas largas que cubran las rodillas, y camisas o remeras sin escote y con mangas que cubran los codos. Además, a partir del día de su casamiento ella va a usar peluca porque uno de los preceptos de la Torá es que la mujer casada se cubra el pelo así como el hombre se cubre la cabeza con una kipá. Además de todas esas características ella quiere que su futuro compañero sea atractivo, creativo, divertido y buena gente.
Taharat hamishpajá: cómo influye la relación de la pareja en la armonía familiar
-¿Cómo es un día en la vida de la familia Silberman?
-Yami: Nos levantamos por la mañana y arranca la rutina familiar. Decimos cada uno sus bendiciones matutinas, preparamos café para nosotros, les damos el desayuno a los chicos, preparamos las meriendas para los recreos y vamos a despertarlos. Esa tarea me toca a mí y Joni los lleva a la escuela. A partir de ahí comenzamos nuestros respectivos trabajos que no son rutinarios, ya que los horarios fluctúan. Intento comenzar el día entrenando. Algunas mañanas estudio filosofía jasídica. Después doy sesiones de coaching, a veces presenciales u online durante el día. Organizó la agenda del ISEJ, las clases particulares o grupales que haya que dar ese día. Por la tarde, alguno de los dos buscamos a los chicos después del colegio, coordinamos sus actividades extraescolares, cenamos, y una vez por semana vuelvo a la noche al instituto a dar clases. Además, manejo nuestras redes sociales y trabajo con el equipo que nos acompaña.
-Joni: Hago el rezo de la mañana en el templo, donde se colocan los Tefilin, estudio Torá, jasidut, cabalá y meditación. Comienzo luego el trabajo cotidiano, preparando clases, atendiendo gente, dando clases grupales o particulares. Retiro a los chicos de la escuela y dos veces por semana vuelvo por la tarde noche a dar clases a Isej y entreno.
-¿Cómo es el trabajo de reunir posibles parejas?
-Joni: El proyecto de presentaciones incluye entrevistar a las personas, hacer el chequeo de judeidad, armar un perfil de cada una de ellas, crear posibles shidujim (conexiones), presentarles la propuesta a los interesados, luego concertar las presentaciones y hacer el seguimiento de las mismas. Además en muchos casos brindo coacheo de parejas.
-Yami: Acompaño a Joni en la tarea haciendo entrevistas y ayudando en el armado de parejas.
-¿Cómo llegan los consultantes a este servicio?
-Joni: Habitualmente las personas llegan referidas por alguien que conocemos. Las citamos a una entrevista, ellos llenan un formulario que fue confeccionado junto con una psicóloga. Luego, en reuniones de equipo donde compartimos la información, se arman las potenciales parejas y se habla con cada uno por separado, contándole sobre la persona a presentar para ver si están interesados en conocerse. Si ambos quieren, se concreta la salida, y luego de ella se contactan con alguien del equipo, quien los presenta en general, para dar su devolución del encuentro. Si todo va bien, se los acompañará en el proceso tanto como necesiten.
-¿Este servicio lo brindan a personas ortodoxas, sólo judías o al resto de la sociedad?
-Joni: Este proyecto se encuentra en el marco de nuestro trabajo con jóvenes judíos, pero no está enfocado a jóvenes ortodoxos. Hay otros shadjanim o casamenteros, que se ocupan de este público. La innovación justamente reside en que el proyecto sea para jóvenes no religiosos. Buscando brindarles la oportunidad de conocer a una persona judía y formar una familia en un marco más cuidado.
-¿Qué leyes cumple el matrimonio judío ortodoxo en su forma de relacionarse?
-Yami: Cumplimos taharat hamishpajá, que es la ley de pureza familiar. En uno de los tres preceptos considerados especiales de la mujer. Junto con el encendido de velas de Shabat y amasar Jalá, el pan trenzado que se bendice cada viernes por la noche.
El precepto de pureza familiar impacta de todas formas a la pareja directamente e irradia su luz a toda la familia.
– ¿De qué se trata la pureza familiar?
-Yami: Mientras que la mujer tiene su período menstrual, o bien cualquier pérdida de sangre de su útero, se distancia físicamente de su marido, por una cantidad de días. En los que no deben mantener relaciones íntimas. Tampoco pueden dormir juntos ni tener contacto físico. Sí, por supuesto, siguen conviviendo bajo el mismo techo.
Luego de estos días, que mínimamente son 12 tras una cuenta que dispone (5 + 7), sacando casos particulares, la mujer tras hacer unos chequeos íntimos durante estos últimos 7 se dispone a sumergirse en las aguas de una mikve para cumplir con el baño ritual que devuelve al estado de pureza.
– ¿Qué es la mikve?
-Yami: Es un momento único para la mujer, de renovación, de reconexión consigo misma, lo que posibilita también la reconexión con su marido. Las puertas del cielo se abren en ese momento para escuchar todos sus pedidos y si Dios quiere las bendiciones son materializadas en este mundo. Es un momento muy especial que es difícil de describir con palabras. Luego de este baño ritual la pareja vuelve a reunirse íntimamente. En lo emocional es como vivir una luna de miel todos los meses.
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