La paliza que le han propinado a Pedro Sánchez y a algunos de sus grotescos aliados ha sido tal, que ya anunció un adelanto de las elecciones generales para julio. Por otra parte, la gran alegría de la derrota infligida a este presidente del gobierno de España, ha inundado de esperanza a América Latina donde esperamos con ansiedad la salida del gobierno Alberto Sánchez y Cristina F. de Kirchner en Argentina.
En el año 2022 el Reino de España, había terminado con un déficit fiscal equivalente al 4,8% del PIB y una deuda pública superior a los 1,5 billones de euros, nada menos que el 113% del PIB, !algo escandaloso! En cuanto a la inflación, España tiene la más elevada de la Unión Europea, como se ve en este gráfico de abajo refiriéndose al mes de octubre de 2022.
En un artículo publicado en la web, el inteligente y avezado economista Juan Ramón Rallo, ha definido a Pedro Sánchez como el animal político (zoon politikon) por excelencia ya hace todo por el poder, sin importarle un comino sus consecuencias. Así hizo un pacto con el diablo, al negociar ministerios y ciertas empresas gubernamentales como la Televisión Española, potenció a Unidas Podemos (partido que se benefició de la ayuda del gobierno venezolano) y encima también encajó en el gobierno a ERC un partido independentista catalán. Por si todo esto no fuese poco, también negoció con Bildu un partido extremista del País Vasco donde se escudan exterroristas de Eta.
Todas estas cosas, y zalamerías hacia la izquierda marxista y antimonárquica me han hecho acordarme del viaje donde llevaron al mismísimo rey de España, don Felipe VI, a Cuba para lamerle las botas a Raúl Castro.
También, Pedro Sánchez, demostrando o ser un ignorante en materia económica o falto de buenos asesores en esta materia nunca tuvo empacho en lanzar al voleo algunas tesis contradictorias:
Una de ellas, ha sido fomentar la digitalización pero al mismo tiempo, una de las medidas fundamentales para esto, ha sido la de intentar introducir una tasa Google contra las operaciones digitales (publicidad, intermediación y venta de datos), realizadas a través de grandes plataformas como Google, Amazon, y Facebook. Por cierto, que Irlanda con una tasa bajísima de impuesto consiguió que la Google se radicara allí.
Otra de las medidas incoherentes o contradictorias esbozadas por este gobernante, es alcanzar una mayor productividad en las empresas españolas, premiando la improductividad. En efecto. al mismo tiempo que Sánchez dice querer estimular la productividad, también nos anuncia que va a subsidiar a aquellas empresas menos productivas que han avizorado su salida del ruedo ibérico. De esta manera recomienda sin un ápice de vergüenza subsidiar los modelos improductivos y, además, incrementar los impuestos a las empresas más productivas. En lugar de impulsar que ganen peso los sectores más productivos y que lo pierdan los menos productivos, se aspira especialmente lo opuesto: que se queden los improductivos y se marchen los productivos.
Al parecer se ha ido también agotando la paciencia de la Unión Europea y sus fondos para financiar los proyectos de Sánchez. Y ahora Alemania y otros países plantean que España debe ajustarse el cinturón y ceñirse a la austeridad, una palabra anatema en los socialistas.
Otro que subió enormemente su votación fue el partido Vox, al cual están asociando con una “ultraderecha”. Al parecer la doctrina de VOX es la de un proyecto que se resume en la defensa de España, de la familia, y de la vida. Reducir el tamaño del Estado, garantizar la igualdad entre los españoles y expulsar al gobierno de la vida privada de los ciudadanos. Me parece que esto no es fascismo, ni falangismo ni otra cosa parecida. Porque desde ahora ha empezado una ruidosa campaña contra VOX por parte de sectores que el electorado ha excluido como el Unidas Podemos y el ERP del señor Gabriel Rufián.
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