El Banco Mundial aumentó este martes su previsión de crecimiento global hasta 2,1% en 2023, cuatro décimas más que sus anteriores estimaciones, mientras que redujo en tres décimas sus perspectivas de crecimiento para 2024, hasta 2,4%.
El organismo advirtió, sin embargo, de la vulnerabilidad de las economías en desarrollo por los efectos de las subidas de tipos para combatir la inflación.
En su nuevo informe de perspectivas globales, el banco de desarrollo dejó claro que la resiliencia que mostraron la mayoría de países a lo largo de 2022, cuando la economía global creció 3,1% pese a la crisis energética y la guerra en Ucrania, se desvanecerá.
«Me temo que este es otro informe sombrío porque esperamos que la desaceleración aguda y sincronizada del año pasado continúe durante este año», apuntó en una llamada con medios el economista jefe del banco, Indermit Gill, quien destacó que el pobre crecimiento será sincronizado porque dos de cada tres economías tendrán este año una tasa de crecimiento menor que la del año pasado.
Para 2024, el organismo proyecta que la economía global volverá a coger algo de ritmo y crecerá 2,4%, tres décimas menos de lo previsto anteriormente. Además, espera que los efectos sobre el crecimiento de las subida de tipos alcanzarán su pico este año, aunque la inestabilidad bancaria continuará lastrando el crédito.
Sobre América Latina y el Caribe, las proyecciones del Banco Mundial señalan que la región crecerá apenas 1,5% durante este año, dos décimas más que lo antes estimado, aunque el grupo destaca que en lo que va de 2023 la confianza de los consumidores se ha ido despejando y los precios de las materias primas se han recuperado en parte.
Entre las principales economías de la región destaca México, que crecerá 2,5% este año (aunque se desacelerará hasta 1,9% en 2024), y Brasil, que mantendrá unas cifras muy modestas los dos años (1,2% en 2023 y 1,4% en 2024).
Sufrirán una contracción, sin embargo, Argentina (de 2%), lastrada por la grave sequía que ha afectado su producción agrícola, y Chile, que se contraerá 0,8%. Ambas economías se recuperarán en 2024 y registrarán un crecimiento de 2,3% y de 1,8%, respectivamente.
El informe pone especial énfasis en la situación extremadamente vulnerable de los países de rentas bajas, donde las condiciones fiscales han empeorado durante la última década.
Entre los principales problemas de estas economías está el aumento de la deuda pública, el riesgo cada vez más elevado de una suspensión de pagos y los efectos devastadores de la crisis climática.
Además, el organismo analiza las consecuencias de la política monetaria restrictiva de Estados Unidos en las economías emergentes, y concluye que está asociada a efectos negativos y podría incluso contribuir a que surja una crisis financiera en algunos países.
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