Estimados lectores, en el día de hoy, les escribo con gran entusiasmo y esperanza para compartirles una carta pública que he enviado al presidente Biden, en la cual abordo una solicitud de apoyo urgente para la creación de un fondo destinado a proteger los activos de los venezolanos. En medio de la compleja situación que atravesamos en Venezuela, resulta imperativo garantizar la salvaguardia de los bienes y riquezas que legítimamente pertenecen al pueblo venezolano. Acompáñenme en esta importante iniciativa, la cual busca resguardar nuestros recursos y asegurar un futuro próspero para nuestro país.
Estimado Joe Biden
Presidente de Estados Unidos
Su despacho.-
Ante todo, reciba un cordial saludo. Quiero felicitarlo por su gestión en favor de apoyar y extender el TPS para los venezolanos, así como por su iniciativa del programa humanitario de asistencia. Ambas medidas han mejorado sustancialmente y aliviado el proceso migratorio al que hemos sido sometidos los venezolanos como consecuencia de la dictadura del régimen de Maduro. Son más de 7 millones de venezolanos desplazados los que se han visto afectados por este régimen.
En nuestro intento por escapar de Maduro, los venezolanos hemos enfrentado una serie de experiencias terribles, muchas de las cuales son ampliamente conocidas. Un ejemplo de ello es el caso de los migrantes que huyen hacia el norte, hacia Estados Unidos o Canadá, y atraviesan el peligroso territorio del Darién. Lamentablemente, muchos de nuestros compatriotas han perdido la vida en ese viaje a través de la selva. Esta trágica realidad también se vive entre aquellos que han huido hacia el sur por la Panamericana, en un intento de llegar a países como Chile o Argentina. En su camino, son víctimas de accidentes en las carreteras, ya que caminan a pie llevando a sus hijos en brazos, y hay casos lamentables de atropellos por vehículos. En definitiva, escapar de la tiranía de Maduro se ha convertido en una situación sin precedentes en la historia de Venezuela. Nunca nos habíamos enfrentado a algo así, y todo esto ha sido provocado por el régimen de Maduro.
El régimen de Maduro ha generado el desplazamiento masivo de millones de venezolanos como resultado de una serie de acciones criminales ejecutadas por sus organismos de seguridad. Estas acciones abarcan desde expropiaciones y saqueos de propiedades, arrestos arbitrarios, torturas, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, entre otros atroces crímenes. Es alarmante el impacto y la gravedad de esta situación que ha obligado a tantos compatriotas a abandonar su hogar en busca de seguridad y oportunidades
Es cierto que Maduro haya dado instrucciones directas para llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales de opositores, existen pruebas contundentes en forma de videos. Un caso emblemático es el crimen cometido contra Oscar Pérez y su grupo, quienes fueron ejecutados después de haberse rendido. Maduro admitió públicamente en un discurso televisado que él fue quien dio la orden. Personalmente, tuve la oportunidad de conocer a Oscar Pérez, ya que él era miembro de la logia masónica Santiago Mariño número 208. Después de que se hiciera público este vínculo, varios masones que lo conocíamos fuimos perseguidos y algunos incluso fueron arrestados, torturados o desaparecidos. Otros se encuentran en el exilio, buscando desesperadamente salvar sus vidas. Esta situación es sumamente alarmante y demanda una atención urgente. Lamentablemente, es el triste denominador común de cientos de víctimas que hoy se encuentran entre los millones de venezolanos en el exilio.
El régimen de Maduro es presuntamente responsable de miles de desapariciones forzosas. Señor presidente Biden, han surgido denuncias que involucran a sus grupos policiales como responsables de estas desapariciones. Estas denuncias provienen de diversos sectores de la población venezolana. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha recopilado miles de casos documentados. Personalmente, he presentado dos denuncias de desapariciones forzosas ante la Corte Penal Internacional (CPI). Además, he denunciado la persecución sistemática de grupos en Venezuela. El conjunto de crímenes perpetrados por el régimen de Maduro es espeluznante en vista de los hechos. Esta es la principal razón por la cual millones de venezolanos están huyendo de su país en busca de seguridad y protección.
En Venezuela, el temor a expresarse en contra del régimen es palpable. La gente evita denunciar ante los organismos del Estado, ya que corren el riesgo de ser perseguidos y acusados de traición a la patria u otros delitos fabricados por un sistema judicial injusto y manipulado.
Es importante destacar que en Venezuela existen cientos de presos políticos, quienes han sufrido torturas inimaginables. Resulta indecoroso incluso mencionar las atrocidades a las que son sometidos. El trato inhumano al que son expuestos es alarmante y horroroso. Recientemente, un colega politólogo falleció debido a las secuelas de las torturas que sufrió mientras estuvo detenido.
Su nombre es Vasco Da Costa, quien fue sometido a torturas en la cárcel militar de Santa Ana, ubicada en el estado Táchira. Como consecuencia de estas torturas, este politólogo y activista opositor desarrolló un carcinoma en el ojo izquierdo, que junto a otras dolencias le llevaron a la muerte. Esto es un ejemplo claro de la brutalidad del régimen de Maduro.
Estas violaciones de los derechos humanos son indignantes y deben ser condenadas enérgicamente. Es necesario que la comunidad internacional tome medidas para poner fin a esta situación y proteger a los ciudadanos venezolanos que están sufriendo las consecuencias del régimen de Maduro.
Actualmente, el régimen de Maduro está siendo investigado por la Corte Penal Internacional, lo cual evidencia la gravedad de las denuncias en su contra y la necesidad de mantener el sistema de sanciones.
Entiendo y es comprensible que las democracias más avanzadas del mundo, incluida la de Estados Unidos, después de haber depositado su confianza y apoyo en los factores de la oposición venezolana, se sientan decepcionadas por los resultados actuales. Es evidente el debilitamiento de los partidos democráticos, la caída del gobierno interino liderado por Guaidó y las negociaciones de algunos sectores de la oposición con el régimen de Maduro. Sin embargo, es importante no perder de vista que no todo está perdido y que el régimen de Maduro no tiene un control total sobre la situación.
También es relevante destacar el trabajo que hace el equipo de la Cancillería de Maduro, quienes junto a aliados tradicionales como el gobierno del presidente Lula de Brasil, el presidente Petro de Colombia y el presidente López Obrador de México, y con el respaldo de la Cancillería del gobierno de Sánchez en España, encabezada por el señor Borrell, han intentado mejorar la imagen de Maduro. No obstante, es crucial recordar que estos esfuerzos no pueden ocultar los abusos y violaciones de los derechos humanos cometidos por el régimen.
En este sentido, pese que el régimen de Maduro ha logrado ciertas victorias políticas, esto no cambia la realidad de que representa una amenaza para la seguridad de las democracias en el continente.
Actualmente, la oposición venezolana se encuentra en un proceso de renovación, lo que implica la emergencia de un nuevo liderazgo que reemplace a los partidos actuales. Por este motivo considero necesario separar ambos enfoques y priorizar la situación de los derechos humanos en Venezuela por encima de las consideraciones electorales. Por esta razón, esperamos que su administración, señor presidente Biden, mantenga el sistema de sanciones contra los violadores de derechos humanos en el régimen de Maduro.
Todos deseamos una solución pacífica para la situación en Venezuela, pero la pregunta es cuánto lo desea Maduro. Es innegable que se trata de un régimen militar que tiene el control de las fuerzas armadas en todo el territorio venezolano. Respaldado por militares como Padrino López, se han adueñado del país y lo han tratado como su propio almacén.
Maduro y sus militares cuentan con el apoyo militar de Rusia. Poseen una flota de aviones Su-30 MKh, cientos de tanques T-72, cientos de vehículos blindados rusos y misiles, además de logística satelital. Están bien equipados con material bélico, lo que les brinda suficiente confianza para mantenerse en el poder. Maduro confía en poder levantar las sanciones económicas para vender petróleo y seguir saqueando las arcas del Estado. También utiliza esos recursos para financiar a sus aliados políticos en Brasil y Colombia, así como para llevar a cabo cualquier forma de sabotaje contra las democracias en el continente. Esa es la realidad del régimen de Maduro.
Dado que controlan el país, todos los poderes públicos, incluido el sistema electoral, al régimen de Maduro solo le queda desbloquear los activos y el dinero en el extranjero. Se estima que han robado a la nación más de 300.000 millones de dólares, según los exministros chavistas Jorge Giordani y Héctor Navarro. Por lo tanto, es crucial que sigamos solicitando al gobierno de Estados Unidos que mantenga el sistema de sanciones. Incluso sería beneficioso crear un fondo para proteger los activos en el extranjero de Venezuela.
Se trata, señor presidente, de garantizar que los bienes, el dinero y las riquezas de los venezolanos, que constitucionalmente solo deberían ser administrados por un gobierno elegido democráticamente, estén protegidos mientras no tengamos dicho gobierno. Lo mejor es que nadie tenga acceso a los bienes de Venezuela y que estos sean resguardados por las leyes.
Sé que sería inédito establecer un mecanismo legal para proteger los activos de otro país en suelo estadounidense, pero debemos tener en cuenta que somos millones de venezolanos en el exilio que no tenemos los medios para protegerlos. Lo más adecuado sería implementar un fondo global que pueda salvaguardar la mayor cantidad posible de activos del Estado venezolano, antes de que Maduro los venda y los robe, tal como ha sucedido con la mayoría de las refinerías, buques y propiedades venezolanas, que han sido vendidas a terceros sin rendir cuentas ni saber qué se ha hecho con el dinero.
Estimado presidente Biden, el propósito de esta carta es instarlo a mantener las sanciones contra aquellos señalados de cometer crímenes de lesa humanidad y a respaldar la creación de un fondo destinado a proteger los activos de los venezolanos. Es fundamental que este fondo sea administrado exclusivamente por un gobierno electo de manera democrática y representativa de todos los ciudadanos venezolanos.
Finalmente, señor presidente Biden, quisiera expresarle en nombre de millones de venezolanos nuestro más profundo agradecimiento a su administración y al pueblo estadounidense por la cálida recepción, apoyo y refugio brindado a cientos de miles de refugiados y exiliados venezolanos. Confiamos en que nuestro pueblo venezolano será un digno ejemplo de resiliencia y superación.
Me despido atentamente,
José Esteban Oria
- Autor del libro Maduro: el dictador de Venezuela. Crímenes de lesa humanidad
- Exilado venezolano en Atlanta, Ga
- Presidente de la Federación Venezolana de Politólogos
- Exfuncionario de la Asamblea Nacional (2015)
- Exdiputado a la Asamblea Legislativa del Estado Miranda
- Exjefe de Gobierno Electrónico de la Alcaldía Mayor
Twitter: @estebanoria
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