Oswaldo Vigas fue un artista ordenado, meticuloso, organizado y un tanto compulsivo al momento de conservar materiales relacionados con su obra. Corrían los años 40 cuando comenzó a tener el hábito de guardar bocetos, artículos de prensa, fotos, textos y bosquejos. Nunca se detuvo y, en ese afán, contó con la ayuda de su hermana mayor, Victoria Vigas, para preservar esos materiales sin ceder ante el desorden.
Luego, su esposa Janine asumió la tarea. Sabía que eso le serviría en el futuro. No se equivocaba: en noviembre de 2022 la Fundación Oswaldo Vigas (FOV) anunció finalmente el Catálogue Raisonné en el que clasificaron 3.079 obras del artista. Este año, como parte de la celebración del centenario del nacimiento del pintor, la institución destaca el arduo trabajo realizado en el catálogo online, en el que comenzaron a trabajar hace diez años, el más grande y detallado que existe hasta ahora sobre un artista de Venezuela.
A Oswaldo Vigas no había forma de expresión que se le resistiera. Pasó por la pintura, la tapicería, la escultura, el grabado y la cerámica. Voraz, siempre buscaba una nueva forma de expresarse, cuenta su hijo, el guionista y director de cine Lorenzo Vigas. Su padre, señala, dedicó 70 años de su vida a las artes. Pintaba durante la noche y socializaba de día con quienes visitaban su taller. El artista francés Marcel Marcea o el compositor polaco Krzysztof Penderecki fueron algunas de las tantas visitas destacadas que se asomaron por su casa de Los Dos Caminos.
«Era un ser social. Necesitaba estar rodeado de gente, de amigos. El día era el contacto social y al caer la noche se metía en su taller y no salía sino hasta la madrugada. Uno no se da cuenta cuando es niño de lo que tiene en casa. No me daba cuenta de la fortuna que tenía, lo que yo quería era jugar fútbol. Ahora es que soy consciente de la fortuna que tuve al crecer con los padres que tengo», confiesa el cineasta.
Familia de lienzos
Vigas pintó tanto durante toda su vida que en el Catálogue Raisonné, totalmente gratuito y disponible de forma online, se incluyen principalmente sus pinturas realizadas al óleo, guache, acrílico y técnicas mixtas. Este año se incluirán sus piezas de tapicería, de las cuales ya se han recopilado 35. Luego se tiene la intención de catalogar sus esculturas para finalmente añadir las piezas en cerámica. Es una labor titánica y compleja que hacen desde la FOV de manera autosuficiente y para la que solo contaron con la asesoría del curador Axel Stein, señala el cineasta. En un encuentro con las prensa, el guionista insiste en hacer un llamado a aquellos coleccionistas que tengan obras de su padre para que sean parte del catálogo.
«Hay obras que llegan y nos sorprende y estamos felices de descubrirlas, también hay otras que resultan falsas, pero con este catálogo se le puede dar tranquilidad al coleccionista. No creo que falten muchas por descubrir, tal vez 15 o 20% de sus obras continúan regadas por allí. Lo importante es hacer un llamado a los coleccionistas. Al incluir su obra, la pieza pasa a ser accesible a investigadores. Así se da un aporte a la compresión de todo el cuerpo de obras de Vigas. Al momento de incluirlas en el catálogo, además, las piezas adquieren un valor especial; adquieren autenticidad y validez», explica.
En palabras de la investigadora de arte Sagrario Berti, ninguna colección privada en Venezuela ha realizado un trabajo tan preciso como el que la FOV ha hecho con el catálogo. Al clasificar las piezas de Vigas, el registro permite historiografiar su trabajo. En el catálogo, del que no habrá formato impreso, se incluyen todos los detalles de las obras: el material, las dimensiones, el nombre, el año…
«La FOV hace un llamado para que los coleccionistas incluyan las obras que tengan por medio de un formulario disponible en la página del catálogo. Una vez enviado el formulario, la fundación se pondrá en contacto para llegar a un acuerdo. Esto enriquece la colección, le da coherencia a las obras que tiene el coleccionista y, sobre todo, la obra se hace visible en otro contexto además de convertirse en referencia fundamental para los investigadores», explica la experta. Este registro, asegura, incrementa el acervo patrimonial del maestro Vigas y establece relaciones filiales entre las obras.
Como fundación, además, tanto Vigas como Berti, así como la curadora Tahia Rivero expresaron su interés por conservar las obras además de catalogarlas. Aquellos coleccionistas que deseen restaurar los cuadros podrán hacerlo por medio de la institución, que cuenta con un departamento para esto. Este está dirigido por el restaurador Rafael Rodríguez, quien fue asistente de Vigas.
Vigas llega a Asia y a México
Como parte de la celebración del centenario del nacimiento de Oswaldo Vigas (4 de agosto de 1923 – 22 de abril de 2014) su trabajo se exhibirá en grandes exposiciones. El pasado 30 de abril se inauguró la muestra Oswaldo Vigas: exhibición en dos actos acumulativos bajo la curaduría de Ricardo Báez en la Galería GBG Arts. A esta muestra se le sumarán dos exposiciones internacionales que evidenciarán el impacto del pintor en las artes plásticas no solo en Venezuela sino también en el mundo.
La primera de ellas se realizará el mes de octubre en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México. Será, en palabras de Lorenzo Vigas, una muestra única y muy importante: «Seerá la primera vez que su obra se compare con la obra de otros grandes modernistas latinoamericanos». Rufino Tamayo, Wilfredo Lam y Joaquín Torres García serán algunos de los artistas que se incluirán junto con la obra del venezolano.
«Las obras de esos maestros latinoamericanos rodearán la de Oswaldo Vigas, que estará en el centro. La gente va a poder entender qué relación guardaban estos artistas con él desde el punto de vista plástico y personal, porque eran amigos. Se mostrará qué relaciones había», comenta Vigas.
Seguidamente, una de las galerías más importantes de Asia, Kwai Fung Hin Art Gallery presentará una exposición en Hong Kong. «Su obra llegará a Asia, a una de las galerías más importantes y no podemos estar más alegres con eso», comenta Vigas. La muestra se inaugurará en diciembre.
En el caso de Venezuela, además de la actual exposición en la GBG Arts, se realizará una gran muestra a inicios del 2024. El Centro Cultural BOD también le dedicará una exhibición con la curaduría de Elida Salazar, quien trabajó en esa sala por muchos años con Rita Salvestrini.
La emoción del pintor en un nuevo logo
Con el anuncio de los avances en el catálogo y las exposiciones, la FOV también aprovechó para presentar, oficialmente, la nueva identidad visual de la institución a cargo de Ricardo Báez. Para crear el nuevo logo el diseñador estuvo trabajando durante ocho meses con el estudio Blende en Uruguay, un proceso interesante, pero complejo.
«Para nosotros fue muy importante leer a Vigas, todo lo que ha escrito, para rediseñar el logo», comenta. En la presentación de la nueva imagen, Báez muestra una frase escrita por el pintor que lo inspiró y guió durante el proceso: «No he sido nunca ni rigurosamente abstracto ni rigurosamente figurativo. Lo que he tratado de ser siempre es rigurosamente Oswaldo Vigas». Con esa frase, destaca, se pudieron hacer una idea de cómo era la personalidad del maestro, un artista que siempre buscó lo genuino, lo propio y la expresión personal.
No fue una labor sencilla. Querían que la nueva imagen de la fundación representara la personalidad del artista. Durante sus 70 años de trabajo, Vigas se movió entre el abstraccionismo y lo figurativo. ¿Cómo representar eso a través del diseño? Fue una de las interrogantes que tuvieron que resolver. Querían, además, un diseño que fuera sintético y emblemático. Al final, para la tipografía realizaron un estudio de trazo de algunas de las pinturas del maestro. Luego incluyeron rasgos más sólidos e institucionales para representar la fundación. A eso le sumaron una figura presente en uno de los murales de la Universidad Central de Venezuela (UCV) que recoge parte de las intenciones más radicales de la obra.
Con nueva imagen, varias exposiciones a futuro y un catálogo que se sigue nutriendo cada día más, Lorenzo Vigas confiesa que se siente un poco raro al saber que cualquier persona en el mundo puede conocer quién fue su padre por medio del catálogo. Explica: «Por una parte está mi padre como figura pública, como artista y sus obras. Pero por otra parte está el recuerdo emocional que tengo yo con él, que es más privado. Me causa una sensación ambigua saber que sus obras forman parte de un registro universal y que todas las personas pueden verlas».
Su proximidad emocional con Oswaldo Vigas es un detalle que no está presente en el catálogo. Sin embargo, sí lo aborda de manera emotiva en el documental El vendedor de orquídeas (2016). El proyecto tuvo su proyección mundial en el Programa Especial de la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de Venecia. «El vínculo emocional que tengo con él que lo traté de expresar en esa cinta. Allí se ve más sobre el ser humano que era él, sus miedos, sus inseguridades, su pasión», comenta.
La cinta se proyectará en Venezuela el mes de octubre en el Trasnocho Cultural. Ese mes, además, llegará a las del complejo cultural de Paseo Las Mercedes y a Cines Unidos su última obra, La Caja. La cinta se estrenó en el Festival Internacional de Venecia en septiembre de 2021. Se presentó como candidata por Venezuela a la edición 95 de los Premios Oscar a la Mejor Película Internacional, una elección no exenta de polémica. Finalmente, llegará al país luego de que fueron resueltos los problemas de aire acondicionado en las salas del Trasnocho Cultural.
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