Harrison Ford recibió hoy una inesperada Palma de Oro de honor en el Festival de Cannes, galardón que le otorgaron antes del inicio de la primera proyección oficial de Indiana Jones y el dial del destino (Indiana Jones and the Dial of Destiny), película tan entretenida como interesante y que adapta con inteligencia los 80 años de edad del actor.
«Estoy profundamente emocionado por esta distinción», expresó Ford, quien no esperaba recibir esta Palma de Oro, pues el festival no lo anunció.
El breve acto ocurrió justo antes de ver como Ford se pone de nuevo el sombrero de Indiana Jones. En el filme homónimo está acompañado por la británica Phoebe Waller-Bridge, que interpreta a su ahijada; Mads Mikkelsen, Boyd Holbrook y el joven francés Ethann Isidore, que de alguna manera hereda el papel de Tapón (Short round) en El templo maldito (The Temple of Doom).
La nueva cinta de Harrison Ford
El largometraje de aventura lo dirige James Mangold. Y no defraudará a los seguidores de la saga porque hay apariciones de algunos emblemáticos personajes de entregas anteriores. Además, porque es mucho mejor que El reino de la calavera de cristal (The Kingdom of the Crystal Skull) la última aventura de Indiana, hace 15 años.
Esta nueva historia se sitúa en Nueva York en 1969. Y muestra a un Indiana Jones a punto de jubilarse como profesor de arqueología y quien sufre por la separación de Marion (Karen Allen), con quien se casó al final de la entrega anterior.
Pero llega Helen Shaw, hija del viejo amigo Basil (Toby Jones) y su ahijada, que es arqueóloga y traficante de objetos preciosos. Su aparición hace que Indiana se meta en una aventura que lo llevará por todo el mundo, como es habitual en la saga.
La última aventura de Jones
Lo mejor de la cinta, que se estrenará en todo el mundo a finales de junio, es que Harrison Ford tiene 80 años de edad e Indiana quizás unos pocos menos, pero muchos como para ver que tiene la energía y la fuerzas de las películas anteriores.
Tampoco perdió nada de su carisma ni inteligencia, y se sigue moviendo como nadie en situaciones complicadas, con extraños y extravagantes amigos que lo ayudan en cualquier rincón del mundo, así como ocurre en esta historia con Antonio Banderas, que interpreta a un pescador y buceador griego.
Es su personalidad -explotada en el guion de una película llena de guiños para los fanáticos de la saga- respeta los elementos más reconocibles de Indiana Jones. Pero le imprime un nuevo carácter con el uso de más efectos especiales, incluido el rostro digitalmente rejuvenecido de Ford y Mikkelsen para una secuencia clave de la película.
Aunque le falta un poco el alma de las tres primeras entregas, sirve como excelente ejercicio de nostalgia para las generaciones que crecieron viendo las películas de Indiana Jones. Estas son: En busca del arca perdida (The Raiders of the Lost Ark, 1981), En el templo maldito (The Temple of Doom, 1984) y La última cruzada (The Last Crusade, 1989).
Los productores y el actor aseguraron desde el primer momento que este es el final del personaje. Si lo cumplen o no está por ver, pues en Hollywood son especialistas en exprimir hasta la última gota sus personajes y sagas más rentables.
Han Solo e Indiana Jones
Y Ford es uno de los actores más populares del cine, gracias principalmente a dos papeles: el de Han Solo y el de Indiana Jones. Muerto el primero, solo quedaba la esperanza de verlo de nuevo con el sombrero, el látigo y la cazadora de cuero, el uniforme del arqueólogo.
La oportunidad tardó 15 años en llegar. Y lo hace bajo la dirección de James Mangold -próximo realizador de la entrega de Star Wars, que contará el origen de los Jedi- en lugar de Steven Spielberg, que se queda como productor ejecutivo de la criatura que él desarrolló hace más de 40 años sobre la idea de George Lucas.
Una idea que se demostró un éxito desde aquella primera aventura relacionada con el arca perdida, que tuvo un presupuesto de 18 millones de dólares y recaudó 389 millones, según los datos de la web especializada Box Office Mojo.
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