Desde hace tiempo, Chris Andrade quería retomar el stand up. Así lo había expresado en varios episodios de Escuela de nada (EDN), podcast que comparte con Leo Rojas y Nacho Redondo. Sus seguidores lo animaban a hacerlo. «¿Cuándo vemos un show tuyo solo?», le preguntaban luego de los shows en vivo que hacía con EDN. Aunque tenía muchas ganas de intentarlo, no se atrevía porque necesitaba priorizar su salud mental. Sentirse bien.
Cuando comenzó el podcast, hace cuatro años y medio, Andrade –quien siempre ha sido muy abierto con su vida personal– estaba pasando por una depresión producto de una experiencia migratoria fallida en Argentina, que luego lo llevó a México. Allí encontró en EDN, además de su trabajo soñado, una forma de hacer catarsis. Ahora, tras años de trabajo y de haberse ganado el cariño de una audiencia que construyó desde cero, comenzó su primera gira de stand up en solitario: Chris Andrade en vivo, que lo ha llevado por Madrid, Barcelona, Buenos Aires, Santiago de Chile, Lima, Bogotá, CDMX, Maracaibo y con la que visitará Lechería, Barquisimeto y Caracas, donde cerrará con el show de comedia más grande del país, asegura, en la Concha Acústica de Bello Monte.
«En este regreso hay mucha emoción y estrés positivo, así lo llamo yo. Ya he girado anteriormente con EDN pero la tarea en equipo se divide, ahora la responsabilidad de que el show salga bien es solo mía, en especial el de Caracas porque es el último y será el más grande también. Siento una gran responsabilidad. En el género del stand up en Venezuela hay muchísimos exponentes, mejores y con más tiempo que yo, pero me tocó la tarea de hacer el más grande y estoy bastante emocionado», dice el comediante caraqueño, de 34 años de edad.
No siente nervios por la dimensión del show en Caracas, pues con Escuela de nada se ha presentado ante aproximadamente 4000 personas. Al comediante le preocupa que todo lo que tiene planeado resulte tal como lo imagina. «Lo que pasa en la tarima es mío, ya esa es mi cancha, pero que todo salga bien y que la planeación del show se lleve a cabo tal cual está en mi cabeza es un componente extra que genera presión. Eso también es positivo porque es lo que hace que la emoción se multiplique, al igual que la adrenalina o ese sentimiento de querer que todo salga bien y sea algo épico», afirma Andrade sobre la última parada de la gira en Venezuela, producida por Cusica, que –asegura– será especial, con sorpresas e invitados.
La dimensión del show de Caracas no fue intencional. De hecho, el comediante disfruta más los shows íntimos, de 80 o 90 personas. Sin embargo, este stand up es una respuesta a la demanda de un público que quiere verlo en vivo desde hace mucho tiempo. La oportunidad para los fanáticos de EDN en el país de ver lo más cercano a un show en vivo del podcast, que no puede presentarse en el país. «Hay gente que quiere verme haciendo comedia y hacerlo lo más grande posible creo que se convirtió también en una meta. No pensamos en hacerlo así, sino en la demanda y en que todo salga bien. Eso es lo primordial», dice Chris sobre la presentación de Caracas, en la que incluirán elementos teatrales y muchos recursos audiovisuales para darle dinamismo. «Será el resultado final de una rutina totalmente formada, porque siempre va mutando. Es como un ente vivo».
Este no será el primer show del comediante en Caracas. El año pasado tuvo la oportunidad de presentarse en dos ocasiones con dos shows distintos: 1845, con el que hizo tres fechas sold out en el Anfiteatro de El Hatillo, y Chris y sus amigos, un show más íntimo que hizo en Pizpa. «Estos dos shows fueron mi forma de volver a hacer algo que ya había hecho. Yo tengo una carrera fuera de EDN tras las cámaras, era ser guionista y me presentaba mucho en la Quinta Bar, por ejemplo. Entonces, esto es retomarlo, volverse a enamorar de un formato que a mí me gusta muchísimo. Yo soy muy fan de la comedia, pero a niveles que la gente no lo esperaría. Veo comedia todos los días. El stand up es una forma de hacer arte y que había dejado de lado por un montón de cosas e inseguridades mía y ahora esto es como ese segundo empujón que no quiero dejar porque algo positivo de este trabajo, dentro de muchas aristas positivas que tiene y muchas negativas, es que esto solo depende de mí, esto solo depende de mi cabeza. Es algo que quisiera retomar y hacer por siempre”.
De no haber tenido toda la experiencia previa con los shows junto a EDN, Chris no se habría animado a girar solo. «Así como los pilotos entrenan con horas de vuelo, los comediantes también lo hacemos. Entonces, el haber girado varias veces con ellos, con Leo y con Nacho, y haber hecho Espaditas, el show que tengo con Nacho, hizo que ahora tenga más familiaridad con la tarima», asegura el comediante, quien añade que, además de servir de entrenamiento, estas presentaciones también lo ayudaron a encontrar su estilo sobre el escenario. «El concepto de encontrar tu voz en comedia, cuál es tu voz en la tarima; no cómo hablas sino quién eres y cómo actúas. Yo encontré eso con EDN, tanto en el podcast como en la tarima».
Reconoce que sin la presencia de EDN en su vida solo se hubiera atrevido a participar en un par de open mic en CDMX hasta, eventualmente, retomar el stand up; sin embargo, considera que para él sería un logro menos plausible en comparación con todo lo que ha hecho con el apoyo del podcast. «Soy muy afortunado porque eso me ha dado un empuje que muchos comediantes no tienen y que me hace sentir privilegiado”.
La suma de influencias
Chris no olvida sus comienzos. Recuerda el día que empezó a trabajar en comedia y quiénes lo acompañaron en el camino. Lo ayuda a mantenerse centrado en lo que hace y en lo que quiere para el futuro de su carrera.
En 2014, hace casi una década, Andrade comenzó a trabajar como guionista en Plop Contenido. Allí conoció a otros comediantes que, cómo él, empezaban a hacerse un nombre en la comedia, como Nanutria o Gabo Ruiz, que se convirtieron en grandes amigos. También pudo conocer a comediantes que admiraba, como El Profesor Briceño o Emilio Lovera. «Cuando empecé a trabajar de guionista me codeé con muchos comediantes. Todos ellos influyeron en mi forma de hacer comedia. Conocí al Profesor Briceño, que es uno de los comediantes que más admiro».
En ese entonces, Chris Andrade también cursaba la carrera Estudios Internacionales en la Universidad Central de Venezuela. El comediante intentó, durante un semestre, trabajar y estudiar al mismo tiempo, pero por las protestas antigubernamentales en Caracas no fue posible. «Había mucho paro en la universidad, entonces tenías que andar corriendo detrás de los profesores para que te dijeran qué iba a pasar y yo no tenía tiempo. Tenía que estar en la oficina».
Preocupado, Andrade recurrió a su jefe para plantearle su situación. Su miedo era perder el trabajo que tanto le gustaba. «Me dijo ‘retira el semestre por ahora, después lo vuelves a inscribir, vas a tus clases y regresas sin problemas’. Una vez que lo retiré, pues, bueno, olvídalo…», dice entre risas el comediante, que a partir de ese momento se dedicó a tiempo completo a lo que más le gustaba. «Aprendí muchísimo y siento que eso se convirtió en mi universidad».
Siempre le gustó el stand up y todo lo relacionado con la comedia. Por eso, cuando comenzó a probar material, quería demostrar que sabía escribir chistes. No quería imitar a nadie. «Era muy robótico en mi forma de pensar. Era guionista de comedia, no hacía stand up como ahora. Antes era yo demostrándole a la gente que sabía escribir chistes. Y puedes escribir muchos chistes, porque de ahí vengo yo, del guion, pero hacerlo es diferente. Hay comediantes a los que les va muy bien, pero nada más están imitando a alguien, no tienen una estructura».
El tiempo y la experiencia, dice Chris, le permitieron madurar y evolucionar en su forma de hacer comedia. «A ese Chris de esa época lo recuerdo con mucho cariño, porque aunque había cierta ingenuidad, también era muy cínico. Ahora respeto mucho más a todos los comediantes y respeto mucho más a toda la gente que intenta hacer arte. Entiendo un poco más cómo me comporto y ya no siento necesidad de impresionar a nadie. Me gusta mostrarme como soy. En tarima hablo de cosas muy personales, muy íntimas, pero también hablo de cosas súper banales o tontas; entonces sí siento que hay una evolución evidente en lo personal y eso se refleja en mi forma de hacer humor».
De esa época recuerda con cariño cuando recibió su primer pago. Para él, además de hacerlo sentir que había cumplido un sueño, lo hizo enfocarse y lo motivó a esforzarse más. «Cuando me dieron mi primer salario por trabajar en comedia, pensé: ‘Ya lo logré, ya cumplí’. Todo lo que vino después ha sido consecuencia de seguir y de entender que quiero más de eso, quiero más de lo que viene relacionado con trabajar haciendo chistes, porque tuve otros trabajos. Fui obrero por un día, ya lo he contado en el podcast y da mucha risa (…) No daba pie con bola en la universidad, trabajé de otras vainas que la gente no tiene ni idea y cuando tuve ese primer salario fue cuando dije ‘Necesito enfocarme en esto’», asegura Chris, quien agrega que esa experiencia le ayudó a desarrollar un compromiso por su trabajo que antes no tenía. «De ahí viene dada una constancia y un énfasis por el trabajo que yo no tenía y que descubrí con mi primer sueldo. Hay gente a la que no le gusta lo que hago o EDN y está bien, pero nadie puede decir que yo no trabajo o que no lo doy todo. Eso nadie te lo puede quitar. Es algo muy valioso y siento que aplica para cualquier persona. Nadie puede decir que no trabajaste o que no le echaste ‘ganas’».
Considera que su forma de hacer humor no es más que la suma de todas las decisiones e influencias presentes en su vida. Comediantes, amigos y familiares. “Es súper interesante porque algo pasa después de los 30 años y es que ves algo y dices: ‘Ah, claro, eso tuvo influencia en mí’. Lo ves con una óptica diferente. Estoy muy agradecido también con toda la gente que me ayudó y que me influenció de cierta forma y con la gente que me dio referencias de cómo no hacer las cosas”.
Aunque Chris Andrade no se considera un referente de la comedia venezolana, sí le gustaría serlo. “Sé que muchos me tienen a mí, porque me lo han dicho, como una especie de referente, así como yo tuve millones también (…) Es raro decir esto a mi edad, pero siento que hay muchos comediantes que veo ahorita que, de cierta forma, vieron algo de mí y lo tomaron. Este show (Chris Andrade en vivo) es como dejar de cierta forma un legado, de ver cómo puedo ayudar a los que vienen después de mí, porque yo tuve eso, tuve quien me ayudara”, dice el comediante, quien considera que actualmente hay una movida de stand up especial en el país. “Venezuela tiene mucho talento de exportación con la música urbana y con los comediantes. He tenido la suerte de ver comediantes de Latinoamérica y los venezolanos somos de los mejores, de eso no tengo la menor duda. La verdad, hay una movida muy cool y quise impulsarla a mi manera ¿Cómo es a mi manera? Bueno, hay gente que va a pagar para verme a mí, pero también verán a un grupo de talentos que también están haciéndolo demasiado cool. Siento que ese fue mi granito”.
Sobre los comediantes venezolanos en otros países, Andrade considera que están haciendo un gran trabajo y abriendo puertas para todos. Aunque reconoce que entre comediantes hay mucho ego, reconoce que los admira a todos. «Siento que todos, en sus diferentes regiones o lugares, están haciendo algo muy cool. A nosotros, por ejemplo, nos escuchan muchos venezolanos, pero ya estamos empezando a entrar en otros mercados, cada vez hay más gente de otros lugares. Eso es muy cool y lo apreciamos mucho. Yo no soy muy nacionalista ni patriótico, pero sí tengo mi corazoncito que quiere que cuando la gente piense en comediantes venezolanos los asocie con calidad. Eso nos ayuda a todos. Yo sí trato de dejar la mezquindad a un lado y de darle, como dicen los puertorriqueños, dársela a quien lo merece porque todos trabajan muy duro, unos más chistosos que otros, como en todo».
Un espacio que le dio todo
Chris es fiel creyente de que para hacer algo es necesario estar mentalmente saludable. Recuerda que cuando llegó a México, tras una experiencia migratoria fallida en Argentina, intentó retomar el stand up. No pudo porque estaba deprimido. “Si tu cabeza no está en el lugar adecuado es más difícil. Hay gente que tiene la capacidad de poder a pesar de eso. Yo necesito que mi cabeza esté lo mejor posible”. Sin embargo, al poco tiempo de llegar comenzó EDN y, contrario a lo pensaba, todo resultó. No fue fácil, pero halló en el podcast una forma de canalizar sus emociones.
Con el tiempo, el comediante comenzó a ser más abierto con su vida personal, la depresión que vivió y experiencia en terapia. No fue intencional, considera que fue producto del ambiente de intimidad que había en cada grabación. “Nosotros tres grabamos solos, máximo pueden estar seis personas en el estudio. Entonces, hay veces que te sientes en una total libertad de decir lo que quieres”, confiesa Andrade, quien reconoce que, en ocasiones, por el nivel de exposición algunas personas sobrepasan los límites y, cuando se los encuentran, hacen comentarios inapropiados; pero no cambiaría su forma de ser. “Nosotros tenemos chistes internos que si un extraño me los dice es raro. La inmensa mayoría de la gente es muy cool, el 99,9% diría yo, pero hay personas que se exceden un poco. Creo que no cambiaría mi forma de ser porque sé que he ayudado a mucha gente y que, principalmente, me ha ayudado a mí. Eso es lo que la gente no toma en cuenta a veces. Cuando yo he contado algo muy personal eso también me ha ayudado a sentirme mejor porque es un peso menos o porque cuando alguien me dice que se identifica conmigo, yo digo ‘Ah, mira no estoy solo. No soy un loco’. Esa es la parte más romántica de todo lo que ha pasado en los últimos años y lo aprecio mucho porque yo estoy muy en contacto con mis emociones, yo soy muy llorón”.
Para Chris los comentarios fuera de lugar pierden importancia cuando alguien le dice que se sintió identificado con alguna experiencia que contó en el podcast. “Es algo muy cool que alguien te cuente una historia personal o que vea en nosotros (Leo, Nacho y él) a unos hermanos mayores. Eso es una realidad, Escuela de nada se convirtió en el hermano mayor para mucha gente que, de repente, se fue de Venezuela o son chamitos. Nunca nos propusimos que eso pasara”.
Más allá de un espacio en el que pudo hacer catarsis, Chris también encontró en EDN su trabajo soñado y un gran equipo sin el que el éxito del podcast jamás hubiese sido posible. “La palabra que más me llega a la mente es agradecimiento porque sé que esto no funcionaría si no tuviese dos compañeros para los que Escuela de nada también es muy especial. No funcionaría si no tuviésemos un buen equipo. No funcionaría si no tuviésemos gente que nos ve. Muchas veces en mi mente esa palabra se atraviesa porque es mi forma de decir que sé que tengo un talento especial que sé canalizar a través de esto y que me encanta ese momento; así como la gente disfruta ver el podcast, yo disfruto grabarlo. Entonces, creo que son muchos factores. Siento que hay muchas palabras que lo rodean: agradecimiento, privilegio, constancia, trabajo. Hay una anécdota que recuerdo del momento en que dejé de trabajar para dedicarme sólo a Escuela de nada. Hubo un momento en el que empecé a ganar en el podcast lo mismo que ganaba en una agencia de publicidad, yo prefería dejar la agencia en vez de tener los dos sueldos. Todas las personas que han emigrado saben que tener dos ingresos es lo mejor, pero en ese momento dije ‘necesito dedicarme al podcast nada más’. Creo que fue una muy buena apuesta».
Recuerda el primer show de Escuela de nada en Madrid, porque era su primera vez en la ciudad. En ese viaje tuvo un momento de autorealización. «Luego del show, cuando iba camino a mi hotel, miré el cielo y pensé «¿Cómo llegué aquí? Fue el momento de realización de muchos años de trabajo, porque no es sólo de cuando empezó Escuela de nada, es la suma todo, desde el primer chiste que escribí. Esa caminata al hotel fue eterna, pero yo la quise hacer para ver la ciudad de noche, porque era mi primera vez en Europa. Fue un momento que aprecio mucho y que atesoro. No es el momento más enriquecedor profesionalmente, pero ese momento en particular fue de realización personal de la mano de todo lo que me llevó hasta ahí ¿Qué me llevó hasta ahí? Mi trabajo en el podcast. Es un momento que recuerdo con mucho cariño».
Las metas, tanto del podcast como del comediante, siempre han sido realistas. “Nosotros no decíamos: ‘Yo sueño con que un día metamos 4000 personas en un show en Chile’, nuestros sueños eran más tangibles: ‘Vamos a echarle bolas pa’ comprar unas cámaras’. Para nosotros siempre fue paso a paso. Yo nunca he tenido metas irreales en mi vida y no sé si es que no sueño tan en grande, pero, por ejemplo, mi sueño desde chiquito es tener mi propia casa y no estoy hablando de una casa en Nueva York, sino de que sea mía. Cosas puntuales”, dice Andrade, quien considera que esa forma de pensar los ayudó a llegar a donde están.
Sabe que el tiempo que tiene un comediante para sacar provecho de su comedia es corto. “Lo más cercano que queremos hacer es la gira en Estados Unidos. No hemos ido nunca juntos. Ahora, estamos en ese proceso y, bueno, también vienen otras sorpresas. Creo que tenemos metas muy cool los tres juntos y otras personales. Yo quiero que Escuela nada se convierta en una especie de titán, que arrope otros podcast y otros proyectos y que cada quien tenga el suyo personal. Yo sueño con eso también”.
El comediante sabe que, en algún momento, Escuela de nada terminará. No se siente incómodo con la idea de que el proyecto termine. Es consciente de que es el proceso natural de la vida y quiere prepararse para eso. “Es algo que puede pasar. Es un proyecto al que le tenemos mucho amor, pero también hay que prepararse para el final. Todo tiene su final, lo que hay que evitar hacer es terminar en términos que no sean los más correctos y que sean injustos para la gente que nos sigue. Aunque tenemos que estar pendientes de que todo tiene un final, siento que a Escuela de nada le queda mucho por hacer. Somos el podcast más grande de Venezuela y estamos dentro de los mejores Latinoamérica y yo quiero que estemos entre los mejores del mundo”.
En el futuro Chris Andrade no se ve haciendo otra cosa que no sea stand up. También le gustaría hacer más podcast y visitar más ciudades de Venezuela con sus shows. “Es algo que me va a acompañar por siempre. No sé si será un proyecto paralelo a lo que esté haciendo en ese momento, porque también me encanta hacer podcast, es otra realidad. Disfruto mucho sentarme a conversar con alguien y no sé si haré eso por siempre y el stand up en paralelo. Ambos son pilares fundamentales de mi carrera y quisiera que estuvieran presentes en mi vida por siempre”, finaliza.
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