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Cristóbal Colón y la basura

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Hay algo que en inglés se denomina «bullshit«.

En términos técnicos la «bullshit«, que traduzco aquí como «basura», puede definirse como «comunicaciones que resultan de poca o ninguna relación con la verdad, la evidencia o el conocimiento semántico, lógico, sistémico o empírico establecido».

Dicho término, aunque muy duro, no tiene nada que ver con insultar u ofender a alguien. El insulto es una acción que emprende un emisor contra un receptor con la intención clara y manifiesta de ofenderlo. La basura en cambio, es un calificativo que se asocia a contenido de calidad nula. En pocas palabras, la basura hablada, o escrita, es algo que si bien puede tener implicaciones asociadas con el neocortex cerebral de quien la recibe, no contiene ni significado ni contenido. Con relación al binomio basura y pensamiento crítico, ya he escrito con anterioridad (julio de 2020) para El Nacional en este artículo.

En esta oportunidad quiero abordar, desde la perspectiva de basura, una frase que se repite en ciertos círculos, la más de las veces en modo “chiste” pero siempre con el propósito de coadyuvar (ayudar o apoyar) a un argumento. La frase en cuestión es: «Colón salió de Palos sin saber adónde iba, cuando llegó no sabía dónde estaba y cuando regresó no pudo decir dónde había estado; y fue tres veces».

Aclarando que, en honor a la historia y a la verdad, los viajes de Cristóbal Colón a América no fueron tres sino cuatro, la frase es de carácter popular y se refiere a sus viajes. Yo no he podido dar todavía con su procedencia exacta pero cierto es que tampoco me he esmerado mucho. Vamos a su breve análisis.

La primera parte de la frase, «Colón salió de Palos sin saber adónde iba», se basa en el hecho de que Colón originalmente tenía la intención de encontrar una nueva ruta de comercio con las Indias y, de paso, encontrar a la Catay y a la Cipango mencionadas por Marco Polo (1254-1324) navegando hacia el oeste y lo cual presupone, necesariamente, que la tierra la consideraba como redonda. El término «las Indias» se popularizó hacia la segunda mitad el siglo XV (el siglo que va de 1401 a 1500), ello en virtud de que marinos y comerciantes europeos se abocaron a la exploración de las regiones que emergen luego de bordear el cabo de Buena Esperanza, al sur de África, con fines mercantiles centrados en particular en las especias, materiales de joyería y maderas finas de esas regiones.

El caso es que la toma de Constantinopla por los otomanos, el 29 de mayo de 1453, puso fin al Imperio bizantino. Y al caer Constantinopla, el comercio y el enlace cultural entre Europa y Asia se vio interrumpido, dando inicio a la escasez de muchos productos, entonces demandados y, por tanto, necesarios. Ese hecho es el que da origen a la búsqueda de nuevas rutas comerciales, impulsando y ocasionando así el descubrimiento de América.

La segunda parte de la frase, «cuando llegó no sabía dónde estaba», se refiere al hecho de que Colón creía que había llegado a las Indias pero, tal y como sabemos, en realidad había llegado a América.

Finalmente, la tercera parte de la frase, «y cuando regresó no pudo decir dónde había estado», se basa en el hecho de que Colón nunca entendió completamente la escala de su descubrimiento y, por lo tanto, no pudo proporcionar una descripción precisa de las tierras que había visitado.

Por supuesto que los argumentos contenidos en las tres partes de la frase de marras, son discutibles, particularmente los ubicados en su primera y segunda parte.

Un elemento importante a tener en cuenta desde la perspectiva de la basura es que el proyecto de Cristóbal Colón requería “platica”, es decir, financiamiento. De hecho y según la Sociedad Geográfica Española, el primer viaje requirió 2 millones de maravedíes de los cuales la corona española aportó 7/8 y el bueno (o malo) de Cristóbal Colón el restante 1/8.

Por allí he encontrado una bibliografía que me permite traducir el valor de esos maravedíes para el año de 2011: a 16 euros por maravedí, el primer viaje de Colón tuvo un costo de 32 millones de euros de 2011 o también, 44 millones de dólares norteamericanos de 2011. ¿Y creen ustedes, amigos lectores, que los reyes católicos le van a dar financiamiento a Cristóbal Colón sin saber para donde iba este? Imaginen a Colón conversando con los reyes católicos españoles: Sus serenas majestades, como bien sabéis soy un “don nadie”, pero necesito 44 millones de dólares para ir a no sé dónde, ¿me los daréis?

También y desde el mismo enfoque de la basura, uno puede reestructurar la frase de manera dramática para que, de ese modo, surja alguna inconsistencia al aplicarla. Veamos como luce la frase de marras “dramatizada”.

Aquí va el primer intento. «El viaje de Colón es una metáfora de la vida misma: partimos sin saber nuestro destino, llegamos a lugares desconocidos y al final, nunca podemos estar seguros de dónde hemos estado, pero debemos seguir navegando en las aguas de la vida». Dramática, ¿no?

A continuación el segundo intento. «Colón encarna la verdadera esencia de la exploración: no se trata de saber a dónde vamos, sino de tener la valentía de salir en busca de lo desconocido y descubrirnos a nosotros mismos en el camino».

Entonces, ¿Es cierto que partimos sin saber nuestro destino?, ¿es cierto que no nos interesa a dónde vamos sino el mero hecho de explorar?

Para ver emerger el sinsentido –léase la basura– uno puede aplicar la “sabiduría” implícita en ambas frases, mutatis mutandis, a los balseros cubanos y preguntarse: ¿Saben los cubanos de dónde vienen y a dónde van cuando arriesgan sus vidas en una balsa?, ¿son acaso los balseros cubanos los verdaderos herederos del espíritu de exploración y aventura de Cristóbal Colón?

De paso y según El Nacional, en los seis meses corridos hasta abril de 2023, han sido interceptados más de 6.200 cubanos en aguas de la Florida. Un “corolario” procedente de la segunda frase así dramatizada, sería que Cuba se está quedando vacía a causa del espíritu aventurero y explorador de los cubanos.

Tanto la frase de marras, como las dos dramatizadas, caen dentro de las etapas que, según John Chafee, anteceden al pensamiento crítico: jardín del edén (Etapa 1) y todo es válido (Etapa 2).

En el próximo artículo abordaré (en el sentido marinero) la frase de marras desde la perspectiva del pensamiento crítico. Y mientras tanto, en la internet, es posible “navegar” y encontrar los llamados «bullshit generator» o generadores de basura. En castellano hay por lo menos uno. Les dejo aquí el vínculo por si es el caso y le quieren echar un ojito.

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