El Sindicato de Guionistas de Hollywood (WGA) espera que el comienzo de las negociaciones entre el gremio de directores de Estados Unidos y la Alianza de Productores de Cine y Televisión -previstas para este miércoles- presione a los grandes estudios y les ayude a alcanzar sus demandas contractuales.
«Creo que si los miembros del Sindicato de Directores se unen a los paros, los estudios no van a tener otra opción que volver a negociar con nosotros hasta alcanzar un acuerdo más justo», expresó este martes a EFE la escritora Talia Rothenberg (Rebelde) desde el piquete convocado en la sede de Netflix en Los Ángeles.
Desde el WGA, en huelga desde hace justo una semana, exigen un aumento en los pagos mínimos; un incremento en los incentivos que las plataformas de streaming les pagan por volver a emitir sus producciones, y una mayor regulación de las creaciones fruto de la inteligencia artificial.
A esta situación se suma ahora la del Sindicato de Directores (DGA), quienes incoarán las conversaciones de su propio contrato con la AMPTP y lucharán «cueste lo cueste» por un acuerdo justo, según manifestó su directora, Lesli Linka Glatter, en declaraciones para el medio especializado Variety este miércoles.
Sus peticiones coinciden con la encarnizada batalla de los guionistas: aumentos salariales acordes a la inflación, solidez y sostenibilidad en los planes de pensiones y de salud, así como subidas significativas de esos incentivos conocidos en la industria como «residuals».
«Es difícil decir que quiero que los directores vayan a huelga porque espero que logren un contrato justo, pero tengo un presentimiento de que, si no lo logran, también van a salir a luchar con nosotros y esta ciudad se va a dar cuenta de lo poderoso que es nuestro trabajo», comentó a EFE la guionista Brittany Miller.
Por su parte, la escritora Haley Harris (Sweet Tooth y Briarpatch, entre otros títulos) concordó con la visión de Miller y aseguró que lo «único» que piden los escritores en huelga es «ser tratados como personas y no como máquinas reemplazables».
«Estamos mostrando lo importantes que somos para la industria del entretenimiento y vamos a seguir aquí hasta que las compañías se den cuenta», añadió Harris.
Los piquetes protagonizados por los escritores en Los Ángeles y Nueva York se han mantenido con fuerza y ánimos durante la primera semana e incluso han atraído a profesionales de otros sectores que consideran loable su causa.
«Creo que los estudios deben compensar a los escritores mejor de lo que lo han hecho. Yo estoy aquí para apoyarles; en vez de ir a hacer un tour a Paramount, elegí unirme a la huelga», contó a EFE Mark Misretta, un escritor aficionado que viajó desde Florida (Miami, EE UU) solo para mostrar su solidaridad con los creadores.
La última huelga de guionistas por la que atravesó la industria se produjo en 2007 y tuvo una duración de casi cien días, lo que supuso unas pérdida de 2.100 millones de dólares y el despido de 37.000 profesionales.
Hasta el momento, programas de entrevista nocturnos como The Late Show o Saturday Night Live dejaron de emitir nuevos capítulos y series tan reconocidas como Severance, Stranger Things o Abbott Elementary pusieron en pausa su desarrollo a causa de la huelga.
Los siguientes en negociar su convenio colectivo con los estudios serán los miembros del Sindicato de Actores de Cine de Estados Unidos (SAG-AFTRA), otra rama capital en el negocio de Hollywood que desde el 7 de junio tratará de mejorar sus condiciones laborales.
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