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Las preocupaciones en Colombia tras el duro discurso del balcón de Gustavo Petro

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En un nuevo discurso desde el balcón de la Casa de Nariño –el 14 de febrero fue el primero– que da hacia el Congreso, el presidente Gustavo Petro volvió a insistir en la necesidad de sacar adelante las reformas sociales y aseguró que podría haber una revolución en el país si estas son coartadas, mensaje que no cayó bien en sectores de oposición, principalmente.

“El pueblo no puede dormirse. No basta con ganar en las urnas, el cambio social implica una lucha permanente y la lucha permanente se da con un pueblo movilizado y al frente de ese pueblo movilizado tiene que estar la juventud, el pueblo trabajador, la clase obrera. El intento de coartar las reformas puede llevar a una revolución”, aseguró el jefe de Estado frente a cientos de personas que llegaron hasta la plaza de Armas luego de las tradicionales marchas que se realizan durante el Día Internacional del Trabajo.

Gustavo Petro, presidente de Colombia, estuvo acompañado por la primera dama Verónica Alcocer | Foto: César Melgarejo / EL TIEMPO

Fue un discurso que duró una hora y media y en el cual el presidente Petro insistió en la importancia de las reformas sociales que su gobierno llevó al Congreso de la República: la de salud, laboral y pensional.

Pero, una vez más, hizo un llamado a la ciudadanía para que se movilice y pidió que no lo dejen solo. Agregó que por falta de movilización no se pueden dejar solas las grandes reformas del cambio “para que sean tramitadas por quienes siempre se han opuesto a ellos”.

Eso, según Petro, sería una pérdida de tiempo, por lo que dijo que espera del pueblo trabajador lucha. “No iremos ni un metro más allá de donde el pueblo no quiera. Tampoco iremos un metro menos de donde el pueblo quiera. Llegaremos hasta donde las decisiones populares quieran. Si quieren ir más allá, llegaremos más allá. Pero se necesita de una clase obrera que quiera gobernar”, comentó Petro.

Personas entrando a la plaza de armas de la Casa de Nariño | Foto: César Melgarejo / EL TIEMPO

E insistió en que el gobierno necesita del poder popular. “Me pregunto si ha llegado la hora de que el pueblo trabajador tome decisiones, ya no que simplemente proteste, sino que se decida a gobernar, un gobierno que tiene que ser de mayorías, de un pueblo movilizado”.

“No nos dejen solos en estos palacios enormes y fríos. No nos dejen solos ante la jauría de los privilegiados. Este es el momento de los cambios y no hay que retroceder”, complementó el mandatario. Lo hizo tras reivindicar el papel de quienes salieron a protestar durante el estallido social, un fenómeno que, según dijo, lo llevó al poder.

Aunque Petro durante la campaña se mostró distante de esas protestas —algunas de ellas marcadas por la violencia y el vandalismo—, hoy se puso de su lado. “Gracias a esa lucha, yo estoy aquí”, dijo.

El presidente pidió al “pueblo, de revolución en marcha, necesitamos al pueblo colombiano”. Y dijo: “No nos dejen solos ante la jauría de los privilegiados”.

Una tesis similar había sido pronunciada antes por la vicepresidenta Francia Márquez, quien estuvo en las marchas de Cali. “No me da miedo decir aquí que viva la ‘primera línea’. A muchos de ellos los asesinaron, les sacaron los ojos, los encarcelaron y el pueblo hoy les dice estamos con ustedes y no los olvidamos”, dijo ella en la capital del Valle. “Pueblo trabajador, los invitó a estar en la primera línea de las transformaciones de Colombia”, dijo Petro en Bogotá.

Y de manera paralela al discurso de Petro, la vicepresidenta Francia Márquez habló en el mismo sentido, pero desde Cali.

“Hoy ustedes (en este 1.º de mayo), el pueblo colombiano les demostró quién manda en este país. Manda el pueblo colombiano, manda el campesinado colombiano, mandan los afrodescendientes, campesinos, manda la juventud, la juventud caleña y que no me da miedo decir aquí que viva la ‘primera línea”, comentó Márquez.

Los duros cuestionamientos

Estos mensajes fueron duramente criticados por la oposición, así como por sectores independientes. Consideran que el mandatario fue radical en un momento en el que deben primar los consensos, algo que pone en riesgo la democracia y la separación de poderes, ya que una advertencia sobre una revolución si no se aprueban las reformas se ha visto como una presión al Congreso, así como a las Cortes ante un eventual examen constitucional.

“En nombre de la ‘revolución’ llevamos más de 60 años en guerra a pesar de todas las apuestas por la paz. Una vez más, el presidente Petro incita a perpetuarla”, dijo, por su parte, el senador David Luna, de Cambio Radical.

En la misma línea opinó el exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, quien le pidió al mandatario que no asuste a los colombianos.

“Respetemos la democracia, el Congreso, las cortes, las leyes. Los que no pensamos como usted queremos mejorar la vida de los más necesitados y construir más igualdad. Simplemente pensamos que sus propuestas les harían daño a los colombianos”, afirmó.

“Ante el nulo apoyo en las calles a sus locuras, Petro declara la salud y las pensiones de los colombianos como objetivo militar”, opinó el expresidente Andrés Pastrana.

Sobre las reformas sociales que actualmente se tramitan en el Congreso, el jefe de Estado aseguró que “si no se aprueba la reforma de la salud y de las pensiones, las entidades prestadoras de salud (EPS) se acaban y los fondos privados de pensiones también”.

Agregó que estas son producto de un sistema fallido, y mantenerlo solo trae catástrofe. “No es cierto que tenemos uno de los mejores sistemas de salud del mundo, qué gran mentira. Al contrario, la revista Lancet dice que somos el 81. Nosotros queremos un eje transformador en la salud: manejo público de los recursos públicos y prevención en todo el país”, explicó y cuestionó la Ley 100, lo que provocó la reacción del expresidente Álvaro Uribe: “La Ley 100 logró un ahorro de los trabajadores de 80.000 millones de dólares que les garantizan pensiones y apoyan la economía nacional”.

Gustavo Petro durante su discurso en el balcón | Foto: César Melgarejo / EL TIEMPO

En cuanto a la reforma laboral, que aún no ha comenzado a ser discutida, aseveró que esta es para que las personas puedan acceder a una pensión de por vida. “Es fundamental para el cambio en Colombia. Lo que propone es: tiempo libre, estabilidad laboral, que el sindicalismo proteja los derechos del pueblo trabajador, pero la reforma necesita de la movilización y lucha del pueblo trabajador”, explicó a las personas que llegaron hasta la plaza de Armas.

El presidente Petro, además, habló sobre la reforma agraria. “El sector de los privilegiados no nos ofrece voluntariamente la tierra”, por lo que dijo que el gobierno tiene que ir por la tierra si no se la ofrecen.

Petro dio el discurso pese a que se viene recuperando de una gripe que lo afectó durante los últimos días. Precisamente tuvo que interrumpir sus palabras en varias oportunidades por problemas con su voz, y tomó agua constantemente.

“Si no se compra tierra, no se puede cumplir con el acuerdo de paz”, remató sobre este tema.

De otro lado, en el inicio de una semana clave en el Congreso, donde se harán los últimos debates del Plan Nacional de Desarrollo, Petro aseveró que los espacios de diálogo están abiertos, pese a que la semana pasada él mismo dio por terminada la coalición, que el semestre pasado actuó como una aplanadora, tras no lograr consensos con los partidos Liberal, Conservador y ‘la U’ para la aprobación de la reforma de la salud.

“No hemos dejado la bandera de la concertación. No estamos alejados del diálogo porque el diálogo es lo único que distingue al ser humano del animal”, comentó, pero hizo una aclaración: “Que no se entienda que nuestro deseo de concertar es la debilidad de nuestro cuerpo, de nuestro pensamiento”.

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