Las palabras de Savater tienen una vigencia extraordinaria en estos tiempos, “una vez que un pueblo toma la decisión de cambiar, no existe fuerza que lo pueda parar”. Todos los estudios de opinión pública reflejaron que la mayoría de los venezolanos quieren cambios, realidad que se conectó con una intención de 79,2% y según la lógica esa motivación no estuvo en su mayoría con una visión de refrendar un proyecto político que da muestra de agotamiento en todos sus niveles.
La popularidad del gobierno de Nicolás Maduro continúa bajando, según nuestras últimas encuestas revelan que más de 85,5% de los venezolanos consideran que la situación del país es mala y que una amplia mayoría no tiene confianza en que el gobernante pueda resolver los problemas del país.
Aunque en este momento histórico prevalece la decepción y la molestia con la oposición venezolana, los estudios de opinión nacional hasta la fecha mes de abril 2023 revelan datos cuantitativos significativos para la unidad, 72% de la población considera urgente un cambio político en el país y 23,5% dice que sí acudiría a votar en el evento de las primarias de los factores democráticos de Venezuela. La instalación de la Comisión de Primaria en la oposición venezolana esta creada para escoger un liderazgo unificado y participar en las elecciones de 2023, lo relevante es que le ha devuelto la esperanza a la mayoría de los venezolanos en función del cambio.
No hay campaña sin estrategia, no hay estrategia sin estudio de opinión. La estrategia es el componente fundamental de la organización de una campaña electoral. Esta nueva etapa en la lucha por recobrar la democracia en el país está signada por el propósito de asumir la estrategia electoral como la vía más realista para producir el cambio político en nuestro país.
Es toda una complejidad ganarle al gobierno de Maduro, pero nada es imposible cuando se quiere un cambio existen diversos factores electorales para potenciar ese objetivo: unidad para que ataque la división entre los partidos / aspirantes, una brecha real en la intención de voto sobre Nicolás Maduro que se mueva entre 20% a 25% para evitar tentaciones de fraudes y deslizar toda una campaña diseñada en su construcción en lo psicoemocional para motivar a la mayoría de los votantes a sufragar el día de las elecciones presidenciales: desafío, lograr el voto en avalancha contra la agotada revolución bolivariana.
El 2024 se realizarán las elecciones presidenciales, para muchos opositores es un momento estelar para el futuro político de Venezuela, Nicolás Maduro vive un complejo momento desde que llegó al poder, y es que todas las encuestas lo ubican con una popularidad en nivel de precariedad. Es significativo para este análisis decir que el gobierno no ha tenido otra opción que reconocer la crisis, incluso el presidente Maduro la ve como una oportunidad para dejar atrás la cultura petrolera. Llevan 23 años prometiendo lo mismo. La promesa del país potencia que no termina de fraguar.
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