Evil Dead Rise de Lee Cronin es una revisión a la saga Evil Dead desde sus lugares más oscuros, repugnantes y grotescos. Pero también, tiene la inteligencia suficiente para convertirse en un argumento independiente que no depende de la franquicia imaginada por Sam Raimi. El resultado es un recorrido a través de la oscuridad de lo monstruoso, que cambia de escenario con una hábil ejecución en el uso de espacios como forma de terror.
Si algo sorprende de Evil Dead Rise de Lee Cronin, es lo mucho que se asemeja y a la vez no, a la franquicia Evil Dead de Sam Raimi, a la cual homenajea pero no imita. De la misma forma que la saga de los ochenta y noventa, todo comienza en un bosque envejecido, destrozado por el horror y que es el testigo silencioso de algo terrorífico. No obstante, esta vez el miedo no habita entre los árboles o la tierra tinta de sangre, sino que avanza hacia lugares más singulares, extraños y al final, propicios para extender lo tenebroso hacia espacios desconocidos.
De modo que la cámara de Lee, ahora recorre las calles de Los Ángeles, reconvertida para la ocasión en una singular colección de luces y sombras de tintes de neón. El argumento la muestra a través de Beth (Lily Sullivan), una guitarrista que atraviesa un momento complicado en su vida, por lo que decide reunirse con su hermana Ellie (Alyssa Sutherland). Sin embargo, el mal llegará muy pronto y la reunión familiar se convertirá en un enfrentamiento contra lo maligno en estado puro. De la misma manera que sus predecesoras, Evil Dead Rise atraviesa caminos directos para narrar cómo el vehículo de la condena llega a las manos de sus víctimas.
Un tipo con tapas de piel humana, emerge de la tierra en un terremoto. La cámara enfoca su solapa conocida por los seguidores de la saga y utiliza de nuevo el recurso conocido. La escena se parece en más de un detalle a la que da inicio a Evil Dead (2013) de Fede Álvarez, pero se aleja lo suficiente de ella para encontrar su propio centro de los horrores. El libro con las invocaciones que traerán de vuelta a lo inexplicable brilla, se hace una imagen única. En menos de diez minutos, Lee contextualiza el mundo perverso y perturbador de horrores que narrará hasta el último detalle. Después, le permite crecer, extender sus ramificaciones a lo largo del argumento como infección terrorífica.
Una nueva mirada a un horror angustioso
Una de las grandes virtudes de Evil Dead Rise, es comprender que el nuevo escenario que debe transitar la historia, tiene sus propias reglas. Si las anteriores entregas jugaron con la nocturnidad, los grandes espacios vacíos y la naturaleza como un enemigo implacable, esta vez se trata de un departamento a punto de desplomarse. La oscuridad, ramificada y convertida en una presencia con voluntad propia, observa. Lo hace a través de las esquinas cubiertas de telarañas, las grietas y los pedazos de argamasa hinchados de humedad que caen al suelo.
Por casi veinte minutos, Lee dedica secuencias enteras a mostrar cómo el mal, siniestro, silencioso e implacable, se enlaza con la caótica vida de Beth, con el desconsuelo de Sally y los hijos de esta. “Hay algo aquí, puedo sentirlo, casi verlo”, murmura esta última, mientras camina por entre las sombras, perseguida, casi en medio de un estrato invisible, por lo que el libro condenado trajo de vuelta al mundo. “¿No lo ves? ¿No puedes percibir cómo los ojos sin párpados observan?”.
El director y también guionista, utiliza la percepción errática, falible y aterrorizada de las víctimas para crear un escenario dentro de otro. No obstante, una vez que el ente demoníaco invocado por las páginas abiertas toma corporeidad, quedará poco o ningún espacio para mayores interpretaciones o reflexiones. De hecho, la película podría dividirse en dos partes específicas. Por un lado, la que prepara el lugar para la acometida violenta de los monstruos que aguardan. La segunda, la desolación absoluta de la pérdida de toda humanidad. Finalmente, ambas ideas se unen en un escenario total de horrores que sorprende por su efectividad e inteligencia.
Un homenaje que guarda las distancias
Evil Dead Rise es una obra inteligente que aunque rinde tributo a las películas de la cual procede e inevitablemente referencia, tiene una sustancia propia que asombra por su solidez. Pero por supuesto, este es el capítulo más reciente de una saga conocida por su sordidez y sentido del Gore. Y Lee no lo olvida. Para el segundo tramo, la sangre derramada se desliza por todas partes, mientras el monstruo que toma y devora desde la oscuridad a sus víctimas observa.
La noche exquisita de los horrores comienza y Evil Dead Rise lo recuerda con un homenaje al cine b de los ochenta, que para la ocasión toma un nuevo sentido y eficacia. La mayor fortaleza de la película.
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