Un musical de grandes dimensiones, espectáculos de danza, conciertos, ferias del libro y un venidero festival internacional de teatro son un reflejo del impulso que ha tomado el arte en Venezuela debido a la mejora económica y a la reducción de los casos de covid-19, que han permitido el regreso de multitudinarios eventos culturales y de entretenimiento.
Miles de ciudadanos han sido testigos de este impulso, al asistir a presentaciones como la del aclamado musical de Los miserables, basado en la obra homónima del novelista francés Víctor Hugo, en el Teatro Teresa Carreño. En las últimas semanas ha destacado en la programación cultural de un país que trata de dejar atrás una larga crisis económica y la época más dura de la pandemia.
Además, la nación está a dos meses de celebrar la segunda edición del Festival Internacional de Teatro Progresista, que contará con la participación de 20 agrupaciones de 15 países (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, Congo, España, Italia, México, Perú, Portugal, Uruguay y Rusia).
Es por esta razón que la viceministra de Cultura Karen Millán no tiene «la menor duda en afirmar que el teatro», entre otras artes, «está viviendo un impulso en Venezuela», tras haber visto «superada la pandemia», y el festival, en el que participarán 1.900 artistas nacionales y 149 extranjeros, y al que se espera asistan más de 250.000 espectadores, «es una buena expresión de eso».
«Desde el gobierno bolivariano, hemos venido impulsando el Festival Internacional de Teatro Progresista. (…) Es un gran espacio para la construcción de derechos culturales», dijo a EFE.
Un período de «depresión»
A juicio de Millán, al arte lo puede afectar «cualquier factor que esté sucediendo», por estar «inmerso en el contexto de su propia comunidad» y, «sin duda, el fenómeno que más afectación ha causado ha sido la pandemia».
La pandemia fue la estocada final a un sector que ya atravesaba un largo período de «depresión» por la crisis económica y la migración, según dijo a EFE Claudia Salazar, productora ejecutiva de Los miserables, un montaje que lleva el sello de Cameron Mackintosh, responsable de los derechos y ejecución de este musical en el mundo.
Si bien el camino que ha recorrido el arte y el entretenimiento en Venezuela ha sido, a su juicio, una «montaña rusa», con algunos buenos momentos en los que hay «muchas producciones de teatro y grandes espectáculos», la «etapa de depresión ha sido muchísimo más larga».
«Todo es reflejo de la situación del país», aseguró Salazar, quien, con 15 años como productora, dirige Clas Producciones, responsable del montaje de obras como La novicia rebelde, Godspell, Casi normal, Piaf y Hamlet, además de Los miserables.
«Estamos volviendo a crecer un poquito»
Explicó que, debido a la crisis económica, marcada por una alta inflación que entre 2017 y 2021 pasó a ser hiperinflación, suponía un «riesgo gigante» producir, incluso eventos pequeños, sobre todo porque luego se dependía de la venta de entradas, en un contexto en el que la mayoría de la población destinaba la mayor parte de sus ingresos a alimentos y medicinas.
Ahora «estamos volviendo a crecer un poquito», aseguró, un proceso en el que el teatro «está destacando».
En buena medida, considera que la mejora del poder adquisitivo de una parte de la población ayuda a que los productores tengan aspiraciones más ambiciosas, ya que, ante esto, se espera que la gente «invierta más en asistir» a este tipo de eventos, como el de Los miserables, cuyas entradas cuestan entre 40 y 120 dólares.
Otras artes
Además de teatro, el país ha realizado, recientemente, «conciertos, exhibiciones artísticas, talleres» y una feria del libro en varios estados, señaló la viceministra de Cultura.
En noviembre, Venezuela celebró la decimoctava edición de la Feria Internacional del Libro (Filven), dedicada a África, a la que asistieron 80 invitados de varios países y participaron 77 sellos editoriales, de los cuales 20 fueron internacionales, según el gobierno, que espera tener a Colombia como nación invitada de honor en la que realizará este año.
Asimismo, el país ha «sido noticia por el tema musical» y los récords que ha alcanzado, entre ellos la orquesta más grande del mundo, a finales de 2021, así como la mayor agrupación folclórica venezolana y la rueda de salsa casino más grande, el año pasado.
También «hay una amplia cartelera de artistas internacionales que están viniendo permanentemente al país en las diversas artes (…) Hay una gran oferta cultural en Venezuela», afirmó Millán.
Por tanto, considera que Venezuela puede «llegar a ser» un importante centro artístico en el mundo, pues tiene «todo lo que se requiere para serlo», fundamentalmente la «infraestructura y el talento».
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