La deportista Beatriz Flamini, de 50 años, salió este viernes de una cueva en la provincia de Granada, España, donde se aisló voluntariamente por 500 días a 70 metros de profundidad.
En el momento en que la atleta entró a la cueva, donde permaneció sin contacto con el exterior, Rusia no había invadido Ucrania y el mundo seguía sumergido en la pandemia.
La experiencia de Flamini, que podría tratarse de un récord mundial, es parte de un experimento científico que ha sido seguido de cerca por un equipo de producción documental.
«Sigo atrapada en el 21 de noviembre de 2021. No sé nada del mundo», dijo al salir de la cueva donde ha pasado sus días haciendo ejercicio, dibujando y tejiendo gorros de lana. Además, ha leído 60 libros y tomado 1.000 litros de agua.
En la iniciativa participaron equipos de psicología experimental y fisiología del comportamiento de la Universidad de Granada y especialistas en neuropsicología clínica de la Universidad de Almería y de Kronohealth.
«He estado en silencio durante un año y medio, sin hablar con nadie más que conmigo misma», contó la atleta mientras los periodistas le pedían más detalles.
«Pierdo el equilibrio, por eso estoy siendo sostenida. Si me permiten, iré a tomar una ducha… llevo un año y medio sin tocar el agua. Los veré dentro de un rato. ¿Les parece bien?».
Las imágenes de TVE la mostraban saliendo de la cueva sonriente antes de abrazar a su equipo. Poco después, dijo que su experiencia ha sido «excelente» e «insuperable».
Flamini ha contado que a los dos meses perdió la noción del tiempo y que pensó que había estado en la cueva entre 160 y 170 días. «Hubo un momento en que tuve que dejar de contar los días».
Uno de los momentos más duros llegó cuando se produjo una invasión de moscas en el interior de la cueva que la cubrieron por completo.
La atleta de deportes extremos también describió «alucinaciones auditivas». «Estás en silencio y el cerebro se lo inventa», explicó.
Los expertos han buscado investigar con este experimento el impacto del aislamiento social y la desorientación extrema en la percepción del tiempo.
Till Roenneberg, cronobiólogo e investigador del sueño en la Ludwig-Maximilians-University en Múnich, Alemania, asegura que el hecho de que el experimento implique a una sola persona no lo convierte necesariamente en no científico.
«Lo más importante es que el estudio incluya un número limitado de preguntas de investigación claras; de lo contrario, el protocolo se complicará y no obtendremos respuestas», dice Roenneberg.
Según el investigador, muchos experimentos a largo plazo exponen a los individuos a condiciones definidas y constantes para obtener cierta información, «aunque un diseño aún más valioso sería seguir a 20 personas a lo largo del tiempo para poder hacer un análisis estadístico».
El equipo que acompaña a Flamini asegura que la atleta ha batido el récord mundial de mayor permanencia en una cueva.
Sin embargo, Guinness World Records no ha confirmado si existe un récord de permanencia voluntaria en un sitio de ese tipo.
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