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La intemperancia del régimen

"La intemperancia, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, significa falta de templanza, incontinencia, desmesura, desenfreno, descontrol, exceso, destemplanza y destemple". Todos esos adjetivos, en uno solo, se observan a diario en el enseñoreado comportamiento y actitud de Nicolás Maduro y su entorno gubernamental y del partido PSUV del que es presidente, […]
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Maduro sobre el Esequibo
Foto: AFP
"La intemperancia, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, significa falta de templanza, incontinencia, desmesura, desenfreno, descontrol, exceso, destemplanza y destemple".
Todos esos adjetivos, en uno solo, se observan a diario en el enseñoreado comportamiento y actitud de Nicolás Maduro y su entorno gubernamental y del partido PSUV del que es presidente, lo cual evidentemente nos muestra su talante poco o nada democrático.
Su intemperancia presidencial, que ya se había observado en el gobierno de Hugo Chávez, ahora es más latente por las características propias de su naturaleza y formación, a la vista de propios y extraños, que así lo comentan en sus tertulias.
En el ejercicio del poder, ahora cuestionado por el inefable resultado de las elecciones presidenciales del 28 de julio del pasado año 2024, Maduro se ha atribuido todas las facultades, solo conocidas en una dictadura, desconociendo gravemente la letra de la Constitución Nacional, lo que en consecuencia denota una percepción de omnipotencia como una de sus características.
Todo ello implica, que estamos en presencia aún más, de una persona que en su diario acontecer no escatima la ponderación para descalificar a sus rivales de la oposición, periodistas y a cuanto enemigo político le apetezca.
Estamos, pues, en presencia de quien encabeza no un gobierno, sino un ejército de miembros revolucionarios mal llamados socialistas bolivarianos, huérfanos del disentimiento que solo ejecutan sus órdenes y aplauden hasta su manera de toser, insólita versión de una “libertad” que, en este caso, claramente “no avanza”, desde hace 26 años.
No basta que se encubran bajo la bandera de la paz, que no flamea por ningún lado, por cuanto su peligrosidad sigue siendo latente y así lo observa un pueblo cansado de seguir siendo engañado y subyugado a diestra y más por la siniestra, clamándole a Dios porque le ponga fin a este horrible holocausto.
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Instagram: @aguilera4246

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