Guerra contra Irán

En la ecuación de las posibilidades vs probabilidades de una guerra nuclear, siempre habrá la posibilidad, pero sus probabilidades son muy bajas debido a la amenaza de la destrucción mutua (ADM), e Irán sabe que no cuenta con estas capacidades de “deterrance”. El ataque de Estados Unidos la semana pasada contra las instalaciones nucleares de […]
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En la ecuación de las posibilidades vs probabilidades de una guerra nuclear, siempre habrá la posibilidad, pero sus probabilidades son muy bajas debido a la amenaza de la destrucción mutua (ADM), e Irán sabe que no cuenta con estas capacidades de “deterrance”. El ataque de Estados Unidos la semana pasada contra las instalaciones nucleares de Irán, concebido para frenar su programa atómico, pudiera prevenir un ataque iraní, se erige como un catalizador de consecuencias políticas y económicas impredecibles. Aludiendo a la teoría del caos y el "aleteo de la mariposa", Esta operación ha sumido a la región, ya inestable, en un conflicto de proporciones incalculables, con repercusiones a nivel mundial global.

La amenaza más inminente es una escalada bélica de dimensiones incalculables. Irán ha prometido una respuesta "devastadora", lo que podría desatar una guerra directa entre la República Islámica, Israel y Estados Unidos, lo cual implica no solo ataques de represalia iraníes contra intereses estadounidenses y sus aliados en la región, sino también una reacción del denominado "Eje de la Resistencia", conformado alrededor de Teherán, por Hezbolá (Libano), Hamás (Palestina), el Movimiento Houthi (Yemen)y diversas milicias en Siria, Irak y Palestina.

Un punto crítico, si es que, para el momento de salir este artículo, Irán no ha procedido al bloqueo o cierre del Estrecho de Ormuz, una arteria vital por donde transita una quinta parte del petróleo mundial. Este bloqueo estrangularía el suministro energético global, desatando una crisis sin precedentes.

Más allá del campo de batalla, y a pesar de la impecable ejecución militar que un ataque de esta envergadura—demostró que hoy las guerras no son de caballería, infantería y ocupación; sino son guerras electrónicas de alta tecnología, caracterizadas por las capacidades de planificación y ejecución del Estado Mayor. En caso de Estados Unidos, bajo el mando del general de cuatro estrellas de la USAF, Dan Caine, al haber pulverizado cualquier posibilidad de revivir el acuerdo nuclear iraní (JCPOA) o de negociar uno nuevo, dejando a la diplomacia y el futuro del multilateralismo en ruinas. La confianza en el derecho internacional ha quedado severamente en entredicho. El papel del Consejo de Seguridad cuya función, es el mantenimiento de la paz, ha sido totalmente puesto de lado y su relevancia erosionada. El multilateralismo ha quedado para un mero "discurso académico", cediéndole el paso a la unilateralidad, lo cual podría fracturar las alianzas claves entre Estados Unidos y sus socios europeos. Irónicamente, el ataque también podría fortalecer a la línea dura del régimen iraní, uniendo a la población contra el “Gran Satán”, un enemigo externo; y a muy largo plazo, incentivar a Irán en persistir en el desarrollo de armas nucleares como elemento disuasorio.

La onda sísmica de las bombas GBU-57 Massive Ordnance Penetrator (MOP), también conocidas como "bombas antibúnker" o "bunker-buster", lanzadas desde los aviones B-2 Spirit (bombarderos furtivos), además de los daños ocasionados a las centrales nucleares de: Fordo; Natanz e Isfahán; Lo más probable, se expenderá sobre la economía global como el "aleteo de la mariposa". Las repercusiones económicas posiblemente serán igualmente dramáticas, comenzando por un alza sin precedentes en los precios del petróleo. Un conflicto en el Golfo Pérsico, especialmente con el cierre de Ormuz, podría llevar el barril por encima de los 130 dólares, alimentando una inflación global ya elevada y amenazando con una recesión económica mundial. En este contexto, ante una inminente respuesta iraní, acorde con los preceptos del código del rey Hammurabi de Babilonia, alrededor del año 1754 a.C., con la Ley del Talión “ojo por ojo” y “diente por diente”, esta doctrina establece la proporcionalidad de la respuesta o castigo; es lo mismo, la pena debe ser similar al daño causado.

A partir de esta semana, es de esperarse que los mercados financieros reaccionarán con pánico, experimentando caídas bruscas y una volatilidad extrema, los inversionistas buscaran refugio en activos más seguros como el oro y el comercio internacional se verá gravemente afectado por interrupciones en el transporte marítimo y las cadenas de suministro; Mientras que para la economía americana, los costos militares de una operación y un posible conflicto prolongado serán inmensos, desviando recursos vitales ya estirados por la guerra en Ucrania. 

Lo más probable. la economía iraní seguramente debilitada por las sanciones, colapsará bajo el peso de la destrucción de infraestructura y nuevas y más severas restricciones económicas. El ataque a las instalaciones nucleares de Irán, aunque percibido como una solución rápida, ha destapado una caja de Pandora de conflictos regionales, inestabilidad global y caos económico, cuyas consecuencias a largo plazo son impredecibles y potencialmente catastróficas; así como empujar a su población a una crisis aún más profunda, donde quizás el objetivo final será el derrocamiento interno de la teocracia de los Ayatolas.  No obstante, si llegara a estallar una tercera guerra mundial, no habría que preocuparse por la "cuarta guerra mundial", la cual seguramente se librará con palos y piedras.

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