
Ante la escalada bélica entre Israel e Irán, y la posibilidad de una intervención directa de Estados Unidos, crecen las especulaciones sobre el uso del Penetrador Masivo de Artillería (MOP), una bomba diseñada específicamente para destruir instalaciones nucleares profundamente enterradas y reforzadas.
El MOP, también conocido como GBU-57, es una bomba guiada por GPS de 13.600 kg, considerada el explosivo convencional más pesado del arsenal estadounidense. A diferencia de otras armas, no está pensada para dispersión generalizada, sino para golpear objetivos específicos y altamente protegidos, como los centros de enriquecimiento nuclear de Irán, reseña The Washington Post.
Una bomba con precisión letal y estructura inteligente
Lo que hace al MOP especialmente temible es su capacidad para penetrar hasta 60 metros bajo tierra antes de detonar, gracias a su estructura de acero y su diseño aerodinámico. Además, cuenta con una espoleta inteligente que puede identificar vacíos estructurales —como salas o niveles subterráneos— y detonar en el punto más vulnerable del objetivo.
“La bomba está diseñada para instalaciones que las municiones comunes no pueden destruir”, explicó Trevor Ball, exespecialista en desactivación de explosivos del Ejército estadounidense.
Aunque no existen registros públicos de su uso en combate, la Fuerza Aérea ha confirmado mejoras tecnológicas recientes, incluyendo la solución de problemas de integración con su principal plataforma de lanzamiento: el bombardero furtivo B-2 Spirit.
Actualmente, solo el B-2 —de los cuales existen 19 operativos— puede transportar el MOP. Este avión furtivo, aunque subsónico, tiene la capacidad de repostar en vuelo y cubrir distancias intercontinentales, lo que lo hace ideal para misiones desde territorio estadounidense hasta Irán.
Durante la guerra de Kosovo, los B-2 completaron vuelos de ida y vuelta desde Missouri a Europa. Y en 2017, volaron 34 horas para bombardear campamentos del Estado Islámico en Libia.
Estas capacidades lo convierten en la opción más viable en un escenario donde Washington decidiera desactivar la amenaza nuclear iraní con precisión quirúrgica.
Un blanco prioritario en caso de conflicto
Las instalaciones subterráneas iraníes de enriquecimiento nuclear, como las de Fordow o Natanz, están altamente fortificadas, enterradas bajo montañas y diseñadas para resistir ataques aéreos convencionales. Por eso, en un hipotético enfrentamiento abierto, el MOP representaría la única opción realista para inutilizarlas.
Si bien Israel ha llevado a cabo ataques aéreos en Gaza, Líbano e incluso Irán, sus aviones de combate no pueden transportar el MOP, lo que refuerza el papel exclusivo de Estados Unidos si se opta por atacar el programa nuclear iraní desde el aire.