
Las orgías organizadas por el rapero Sean "Diddy" Combs, actualmente juzgado en Nueva York, fueron descritas este lunes en la sala del tribunal con dos versiones opuestas: para la fiscalía, los participantes fueron víctimas de secuestros continuados y abusos, mientras que para la defensa eran personas motivadas por “amor, celos, infidelidad y dinero”.
En uno de los juicios más mediáticos del año en Nueva York, ambas partes desplegaron sus argumentos. La fiscalía presentó a Combs como un empresario sádico y sexualmente depredador, mientras que la defensa lo retrató como un carismático hombre de negocios que cometió algunos excesos a lo largo de su carrera.
El jurado deberá escuchar a las víctimas para decidir entre estas dos versiones del artista, considerado un ícono de la cultura negra estadounidense y símbolo de ascenso social desde los márgenes.
Combs enfrenta cinco cargos graves: uno de conspiración para extorsión, dos de tráfico sexual mediante fuerza, fraude o coerción, y dos más por transporte con fines de prostitución.
Cassie Ventura contra Combs
La denunciante principal es la cantante Cassie Ventura, quien acusa a Combs de forzarla a participar en encuentros sexuales masivos, consumir drogas como alcohol, MDMA y éxtasis, y hacerlo bajo amenaza de arruinar su carrera si se negaba.
"La mitad de cada semana Cassie estaba en una oscura habitación de hotel, drogada y despierta durante días y realizando actos sexuales que no deseaba hacer con trabajadores sexuales masculinos", dijo la fiscal Ashley Johnson durante su alegato, en el que también detalló que Combs pagó 100.000 dólares en efectivo para conseguir el video de una agresión a Ventura.
El juicio se centrará en el testimonio de Ventura y otra víctima identificada como Jane, además de fotografías de lesiones atribuidas a Combs.
La defensa calificó el caso como uno motivado por “amor, celos, infidelidades, dinero y relaciones sexuales consentidas”. "Combs es un hombre complicado, pero este no es un caso complicado", afirmó su abogada Teny Geragos, pidiendo al jurado ignorar la cobertura mediática.
Geragos también reconoció la existencia de violencia doméstica, pero sostuvo que "la violencia doméstica no es tráfico sexual" y que todas las relaciones sexuales fueron “consentidas”.