
Los líderes de la protesta popular sudanesa contra el régimen militar rechazaron este miércoles la propuesta de diálogo de los militares en el poder, después de que el resultado de la represión del movimiento fue revisado al alza, hasta los 101 muertos.
El Consejo Militar ordenó el lunes la dispersión por la fuerza de las manifestaciones concentradas frente al cuartel general del Ejército en la capital, Jartum.
La operación, calificada de "masacre" por los manifestantes, causó la muerte de 101 personas, en lugar de los 60 inicialmente reportados, según un comité de médicos favorable a la protesta.
Del total de muertos, 61 fueron contados en los hospitales y 40 hallados en las aguas del Nilo, según estos médicos cercanos al movimiento de protesta. La represión también ocasionó heridas a 326 personas, añadieron las fuentes. Las Fuerzas de Apoyo Rápido, un grupo paramilitar vinculado al Ejército, fueron desplegadas en todo el país.
Ante el temor de que la situación empeore, la ONU decidió relocalizar temporalmente a parte de su personal en Sudán. Reino Unido también retiró a los trabajadores "no esenciales" de su embajada en Jartum y desaconsejó a los británicos viajar al país.
"El pueblo sudanés no está abierto a negociaciones" proclamó Amjad Farid, portavoz de la Asociación de profesionales sudaneses que lidera el movimiento de protesta. "El pueblo sudanés no está abierto a este consejo de transición militar que asesina a gente y necesitamos justicia y rendimiento de cuentas antes de que se pueda hablar de ningún proceso político" dijo a la AFP.
Este miércoles, testigos dijeron la AFP que oyeron disparos en la capital. Las calles de Jartum estaban casi desiertas, con tiendas cerradas y apenas vehículos, a pesar de que se celebra la fiesta de Aíd al Fitr, que marca el fin del Ramadán.
Desde el lunes, el internet móvil no está disponible. Las redes sociales han sido clave en las protestas. Los manifestantes estaban concentrados desde el 6 de abril delante del cuartel general del Ejército en Jartum. Tras reclamar la dimisión del presidente Omar Al Bashir, destituido por el Ejército el 11 de abril y sustituido por un Consejo Militar, ahora exigen que el poder sea transferido a los civiles.