En una calle del centro de Medellín, casi que escondido entre los comercios de la zona, está el Salón Málaga, un establecimiento convertido en objeto de culto por su tradición de más de medio siglo dedicado a la difusión del tango y el bolero.
Considerado el bar más famoso de Medellín, ciudad donde murió Carlos Gardel en 1935, el Málaga es patrimonio histórico y cultural de la urbe y visita obligada de los amantes de esos dos ritmos.
La “música antigua de colección” es su bandera, como lo explica su propietario, Gustavo Arteaga, que desde 1957 está al frente del local, a donde no deja de acudir un solo día.
“En el Salón Málaga la especialidad es la música antigua. Entre esa música antigua están el tango y el bolero”, afirma mientras muestra orgulloso su discoteca compuesta por más de 7.000 acetatos.
Por su rica y variada colección, en 1968 la CBS le otorgó un Disco de Oro, otro de sus tesoros.
Los lunes, agrega, es el día del tango y no se pone otra música, mientras que los jueves la programación está dedicada a los boleros antiguos para un público fiel que además de escuchar a los clásicos bebe un auténtico café colombiano y danza entre las mesas.
Las paredes del establecimiento son un viaje al pasado, comenzando por una fotografía de cuerpo entero y tamaño natural de Gardel que da la bienvenida al visitante.
Imágenes en blanco y negro de artistas de siempre como Celia Cruz; el tenor Enrico Caruso; la soprano brasileña Bidú Sayão, que en los años 30 y 40 del siglo pasado era una de las estrellas de la Metropolitan Opera de Nueva York, y de orquestas de diferentes países, dan al lugar un toque nostálgico.
El balcón desde el que el propietario maneja el local es un pequeño museo en el que se pueden ver diferentes tipos de vitrolas, gramófonos, radios y radiolas de la primera mitad del siglo XX, así como viejas cámaras fotográficas, relojes, máquinas de escribir y traganíqueles.
Entre tantos objetos, muestra con cariño una réplica del famoso perrito de la RCA Victor, la primera gran casa discográfica del mundo.
Uno de los días de mayor público es el sábado, cuando hacen presentaciones de tango en vivo con cantantes y bailarines, a los cuales acude también gente joven y turistas.
El Salón Málaga, junto con el salón de té Astor, fundado en 1930 por el inmigrante suizo Enrique Baer, forma parte de la historia del centro de Medellín que la Alcaldía se ha propuesto recuperar con un programa de revitalización urbana que incluye la construcción de más vías peatonales y la restauración de lugares tradicionales.