El Louvre de Abu Dabi, nacido entre el mar y el desierto, tiene el objetivo de esculpir el futuro cultural de Medio Oriente y situar a Emiratos en el mapa museístico internacional.
Los visitantes pueden, desde el 11 de noviembre, hacer un recorrido por la historia del arte. El Louvre de las ‘mil y una noches’ presenta una colección de 600 obras, la mitad de su propiedad y el resto cedidas por 13 museos de Francia. Entre los tesoros, una estatua del rey egipcio Ramsés II (1279-1213 a. C.), la Cabeza de Buda (534-550 d. C.), páginas del Corán Azul (880 d. D), un autorretrato de Vincent van Gogh (1887 d.C.) o la fuente de luz Ai Weiwei (2016).
“Hace muchos años que pensamos en construir un museo universal entre los Emiratos Árabes Unidos y Francia. Diez años después de que empezamos el proyecto, lo estamos presentando”, señaló Mohamed al Mubarak, presidente de la Autoridad de Turismo y Cultura de Abu Dabi.
Diseñado por el arquitecto francés Jean Nouvel, su estructura se inspira en la tradición y la cultura en las cuales se conjugan el color blanco, las formas geométricas y la estrechez de las calles de los zocos con la sombra de un oasis de palmeras que pretende reproducir la cúpula de 180 metros y 7.500 toneladas, bajo la cual se extienden la mayoría de las galerías. La cúpula crea una “sensación de felicidad y protección”, dijo Nouvel.