El periodista y político venezolano Vladimir Villegas calificó al gobierno de Nicolás Maduro como el peor de los que ha vivido.
En una entrevista para el diario El Venezolano, el exembajador y excanciller del gobierno de Chávez, ofreció severas críticas a la gestión de Maduro, de quien dijo que «como gerente realmente ha sido un rotundo fracaso«.
Y a pesar de haber acompañado a Hugo Chávez durante su gestión, Villegas asegura ser opositor del gobierno actual, aunque también tiene sus críticas hacia las diferentes representaciones de oposición del país.
Sobre estos puntos conversó con el periodista Ramón Navarro en la siguiente entrevista.
Eres periodista, y hay en ti un recorrido en la arena política con énfasis en la polémica ¿A cuál de las dos conductas le eres más fiel?
R- Soy fiel a las dos. Son parte de mi esencia, periodismo y política, dos raíces de un mismo árbol, y estoy conectado con ambas. Es inevitable.
¿Cuál crees que han sido tus logros en la política, como embajador, vicecanciller y diputado?
Empezaría por el tema de parlamentario porque fui parlamentario electo 1993, por la Causa R, y trabajé mucho por el tema de los Derechos Humanos, aprendí a dominar ese tema, y no me he separado. Tuve en la Comisión de Asuntos Sociales, en la de Asuntos Vecinales, y todo eso terminó en la Constituyente. Formé parte de la comisión que redactó el capítulo de Derechos Humanos, y fui vicepresidente de esa comisión en la Constituyente. Esa experiencia me sirvió para ser aportes allí. Mi logro fundamental fue conocer las necesidades de nuestra población en materia de Derechos Humanos, que hoy siguen vigentes, incluso, con más necesidades que antes. En cuanto a la función diplomática en México estuve muy poco tiempo, y en el caso de Brasil, vimos cómo se incrementaron las relaciones comerciales, los encuentros binacionales, promovimos eventos, y resolvimos asuntos con el paro, por ejemplo, tramitamos para que llegaran los alimentos a Venezuela. Diría que fue una experiencia que me permitió aprender de la diplomacia haciéndola. Antes había estado en la diplomacia parlamentaria porque fue parte del Parlamento Latinoamericano. El balance fue satisfactorio.
¿Qué fue lo que más te gustó y lo que menos te gustó de Vladimir a la 1?
R- Lo que más me gustó fue que hice un programa con mucha presencia de lo popular, se conectó con los sectores populares, con una vasta audiencia, diversa, que se convirtió en un referente informativo y de opinión los mediodías. Fue el gran éxito del Vladimir a la 1, logró posicionarse como uno de los programas políticos más importantes del país. Lo lamentable son las personas a las cuales uno siempre se enfrenta, en medio de las circunstancias políticas nacional, la censura, las presiones, y esa es la parte desagradable del trabajo.
¿Cuál es el peor gobierno que ha habido en la historia de Venezuela?
R- De los que he vivido, tengo que decir que es este. Hemos visto cómo se ha empobrecido la población, mucha corrupción, falta de controles, mucha represión, mucha intolerancia, mucha censura. Hemos visto cómo se ha devaluado la moneda, el salario, el aumento de la crisis hospitalaria. Maduro puede ser un dirigente político exitoso en el logro de sus objetivos de mantenerse en el poder, y de vencer a su enemigos internos y externos, pero como gerente realmente ha sido un rotundo fracaso.
Te separaste del chavismo en el año 2007 cuando te opusiste a una reforma que buscada perpetuar a Chávez en el poder, sin embargo, 15 años después el chavismo continúa gobernando. ¿Por qué todas las predicciones de la salida del gobierno de Maduro no se han concretado?
R- Yo diría que por la maldición del “vete ya”, y eso, producto de una oposición que ha terminado encajando en el estilo del gobierno, como los boxeadores que son fajadores y se encuentran con un fajador. La oposición ha sido torpe en la estrategia tanto frente a Chávez como a Nicolás Maduro. Sobre todo, en estos tiempos, la impaciencia cuesta caro, cómo depender de agenda externas cuesta caro, cómo depender de actores externos cuesta caro. La oposición ha sido muy hábil en eso de cometer graves errores, y los ha pagado muy caro. La oposición venezolana se parece mucho a la ultraizquierda de los años 60, 70 y 80, creía que el poder estaba a la vuelta de la esquina y lo que faltaba era tomar las armas y derrocar al gobierno. El tiempo ha demostrado que la única solución posible es la ruta electoral.
Tú has comentado sobre los laboratorios de guerra sucia del chavismo y los extremismos opositores, ¿Cómo preservar cierta conducta política neutral que te aleje de las etiquetas de colaboracionista del gobierno y de la oposición?
R- Eso es difícil, porque al final las etiquetas van a existir siempre. Siempre habrá alguien que te quiera etiquetar. El problema es cuando no estás claro del rol que estás jugando. En mi caso, siempre he estado claro de la posición política que tengo, nunca he acompañado aventuras, nunca he estado de acuerdo con políticas de violencia, no he promovido la intervención extranjera, nunca he promovido golpes de estados, no he estado de acuerdo con políticas que impliquen la toma del poder por vías no democráticas, y eso para mí ha sido una marca.
Por supuesto que el extremismo hace daño, te estigmatiza, te tildan de colaboracionista, y resulta, por ejemplo, que el mayor colaboracionista de este tiempo ha sido el abstencionismo. ¿Quién ha colaborado para que Maduro se quede en el poder todo este tiempo? La gente que no sale a votar, y la gente que llama a no votar. Esos son los primeros, quienes dicen que no hay condiciones y terminaron siendo los principales aliados electorales del madurismo. Y sostengo, Venezuela necesita una oposición que no sea ni extremista ni entreguista. Es decir, que no se baje los pantalones frente a Maduro, pero que tampoco crea que lo va a vencer por la vía de la violencia, porque el gobierno tieneel monopolio de la violencia. El gobierno le teme más a una oposición organizada y dispuesta a participar electoralmente que a una oposición alborotada por sueños de “vete ya”, y consignas mesiánicas.
¿Cuál es el mejor de los mundos posibles de Avanzada Progresista?
R- No lo sé porque no tengo relaciones con ese partido desde hace muchos años. Ese partido pasó por un proceso de división, y Henry Falcón forma parte de un movimiento que se llama Futuro, y se quedó otra gente con las siglas de Avanzada Progresista, donde también tengo amigos. Creo que el tema no es de partidos. En Venezuela hay muchos partidos que se parecen entre sí. Que todos eso micropartidos se pongan de acuerdo, y sean capaces de ceder en sus enanismos políticos para colaborar en la formación de una gran coalición que permita promover un cambio democrático en Venezuela.
En el 2020 cuando saliste de Globovisión se lo atribuiste a Maduro, en esta ocasión, ¿a cuáles sensaciones se lo atribuyes? Más allá de las tensiones que manifestaste en tu despedida.
R- A un escenario de presiones que ya no estaba dispuesto a aceptar, de condicionamientos, y ocurrió un episodio que me marcó en ese sentido, y me llevó a tomar esa decisión. Fue una decisión urgente, y que la venía postergando. Se presentó un acontecimiento que fue el disparador. Fue una entrevista que le hice a Ernesto Paraqueima (Alcalde de El Tigre, Estado Anzoátegui) que generó molestia en alguien muy importante del poder en Venezuela. Le reclamaron a los dueños del medio, y estos me reclamaron a mí. Y les dije; hasta aquí trabajamos, porque no puedo estar dependiendo de las puntadas que pueda tener algún integrante del poder. No estaba dispuesto a eso. Siento que liberé al canal de la pesadilla de tenerme allí, poniéndolos en riesgo.
Dices que llegaste a un techo en cuanto a lo que le estás ofreciendo a la audiencia. ¿Ese techo está promovido por la falta de libertad de informar?
R- Ciertamente. Cuando no tienes libertad de escoger a los invitados, este sí puedo, este no puedo, eso termina convirtiéndose en una tragedia hacer una pauta. Y empiezas a repetir invitados, y es lo peor que nos puede pasar. Prefiero una audiencia reducida y darle una mejor calidad.
Dijiste también que la audiencia se merece algo mejor ¿Cómo qué? ¿Cuál sería el modelo de programa de opinión que necesita la audiencia?
R- Un modelo de programa diverso, donde estén todas las voces, donde podamos tener todas las entrevistas que querramos hacer. Es lo que se merece la audiencia. Que puedas brindar un amplio menú de opciones en un país tan diverso como el venezolano. Cuando tienes que limitarte al plato seco, al postre o la sopa, está mal. El menú periodístico debe ser diverso, por eso mi programa se llama Vladimir a la carta.
¿Cómo vas a hacer para recuperar los espacios de libertad informativa?
R- Manteniendo este espacio, tratar de fortalecerlo. Vuelvo a Contrapunto (web informativa), a hacer entrevistas, tengo el programa de Unión Radio, y ahora tengo un programa muy polémico que es con Pedro Carvajalino, que se llama Par de Calvos, que a alguna gente no le gusta, pero que se está moviendo bien. Ahora, no me cierro a que venga otra opción, en algún medio televisivo nacional o internacional. Ya veremos.
¿Qué tipo de temas abordarás en tus plataformas que no pudiste concretar en Globovisión?
R- Por ejemplo, algunos invitados, que están en el exilio.
¿Hay opciones de asumir un cargo en el gobierno de Maduro?
R- Para nada. El suicidio no está en mi agenda.
¿Cómo aprecias la salud del periodismo en Venezuela?
R- No voy a decir que está en terapia intensiva. Está convaleciente, le falta la vitamina de la libertad de expresión, que la tiene en niveles muy escasos en su organismo. Les falta el acceso a las fuentes, a las coberturas de las más diversas actividades que hay en el país, sin que tenga esto riesgos. Es, sobre todo, la libertad de informar, la libertad de procurar la información y transmitirla.
¿Cómo ves en perspectiva el gobierno interino de Guaidó?
R– ¿Qué es eso? Yo lo he dicho, es un gobierno intrauterino porque nunca terminó de nacer. En Venezuela tú preguntas en la calle quién es el presidente y todo el mundo sabe que es Nicolás Maduro. Que te guste o no, es otra cosa. Quien tiene el ejercicio del poder en Venezuela es Nicolás Maduro. El caso de que a Guaidó lo reconozcan algunos países es cada vez menos. Imagínate países que lo reconocen como Estados Unidos, y se reúnen con Maduro, y ellos se enteran de último, como el marido engañado. Fue un mal intento de acelerar el cambio político en Venezuela que se tradujo en la consolidación de Maduro en el poder. Ese es el saldo de ese gobierno intrauterino. Y perspectivas, no les veo ninguna.
¿Sigues creyendo que la salida de Maduro es por la vía electoral?
R-La salida electoral y la unidad opositora. Un frente amplio lo más amplio posible para derrotar al gobierno. Es lo que veo.
¿Por qué la oposición no es sólida, y sigue extraordinariamente fragmentada? ¿A qué obedece eso?
R- Al haber subestimado a Maduro. Creer que hay una oposición pura que no puede contar con quienes venimos del chavismo. Todo aquel factor del chavismo que ha estado descontento al ver una oposición sectaria y excluyente, prepotente, no la mira como alternativa. La oposición necesita una reingeniería, su liderazgo necesita autocrítica, aceptar que hay otras maneras de ver al mundo, otros pensamientos, que son críticos, que también quieren cambio en Venezuela, pero que no necesariamente coinciden con el modelo que ellos tienen en la cabeza.
¿Cuál o cuáles son los dirigentes opositores que despuntan en este momento, con liderazgo sensato, con opciones?
R- Son muchos los llamados, y será uno solo el elegido o elegida.
Dé nombres de los candidatos que se enfrentarán a Maduro
R- Son muchos, y si te los digo creerán que es una preferencia. Hay quienes quieren que sea Lorenzo Mendoza, pero también puede ser el Conde del Guácharo, incluso Rafael Lacava.
Un carnaval político
R- Es que hay mucho descontento con la actividad de los políticos y eso es lo que produce, que la gente mire otras alternativas distintas a la política. Cuando se produce ese descontento, cuando hay una decepción con la actividad política, como ha habido en Venezuela, la gente busca otras alternativas. Aquí podría surgir uno de la antipolítica, y la transición puede venir de la mano de un chavista o un exchavista. Puede venir una mujer, o puede ser un empresario. Puede ser un personaje como el gobernador del estado Barinas (Sergio Garrido).
¿Ha pasado por tu mente abandonar a Venezuela, emigrar?
Para nada. Me quedo aquí en Venezuela. Entro y salgo. No tengo planes de establecerme fuera de Venezuela. Aquí siempre habrá alguien que me dé una empanada, que me brinde un almuerzo, que me regale un emparedado. Aquí están mis afectos, mi familia. No tengo nada que buscar afuera. Si las circunstancias políticas, por razones de persecución, que en algún momento obligan a que me vaya del país, será contra mi voluntad. Pero que yo esté pensando en eso como han dicho algunos imbéciles por ahí, no tiene sentido. Mi voluntad es quedarme en Venezuela y dar mi aporte para que el país cambie democráticamente.
Hay más de 5 millones de venezolanos fuera del país, contra su voluntad.
R- Eso es verdad, y los respeto a todos porque se fueron, porque tenían razones para irse. También hay una población que está en Venezuela haciendo lo suyo, trabajando, reinventándose, luchando contras las adversidades, produciendo, haciendo cambios en sus vidas, y promoviendo que haya cambios democráticos. Hay una población aquí que es tan importante como la que está afuera.
Lo importante es que estos dos ríos humanos se encuentren y ayuden a que las cosas cambien en el país.