
Venezuela ocupa el primer lugar en América Latina en cuanto a esclavitud moderna, superando incluso a Haití, según datos recopilados por organizaciones internacionales. Así lo advirtió Eumelis Moya, coordinadora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello Guayana, durante una entrevista en Radio Fe y Alegría Noticias.
Moya señaló que más de 300.000 personas estarían atrapadas en alguna forma de esclavitud moderna en el país, aunque aclaró que se trata de estimaciones a partir de estudios internacionales porque no existen cifras del Estado venezolano para validar o contrastar esta información.
“Estamos ante un contexto de opacidad que impide conocer la magnitud real del problema. Pero desde el trabajo en terreno vemos que los casos van en aumento”, aseguró.
Ofertas engañosas y fronteras vulnerables: las vías de entrada a la trata
La especialista alertó sobre los mecanismos utilizados por redes criminales para captar víctimas, que suelen iniciar con promesas laborales desproporcionadas. “Hay ofertas que no se corresponden con la realidad: trabajos por pocas horas con pagos en dólares que no justifican el esfuerzo. Eso debe encender las alarmas”, explicó.
Ejemplos comunes son empleos falsos como modelos, anfitrionas o cuidadoras, en los que los tratantes ofrecen cubrir alojamiento y transporte, mientras prometen sueldos elevados. También advirtió sobre personas que aparentan tener una vida exitosa y persuaden a otras a seguir sus pasos, cuando en realidad forman parte de redes de explotación.
Moya indicó que los estados fronterizos de Venezuela, por su ubicación estratégica, son los más afectados por la trata de personas. “Los victimarios se aprovechan de la movilidad que ofrecen estas zonas para trasladar a las personas”, señaló.
Trata con fines de explotación, tráfico de órganos y uniones forzadas
La esclavitud moderna en Venezuela no se limita a la explotación laboral. Moya también explicó que existen múltiples formas de este delito, entre ellas el tráfico de órganos, la servidumbre por deuda, los matrimonios forzados y las uniones tempranas de niñas con adultos.
Alertó sobre la normalización de relaciones entre menores de edad y hombres mayores en comunidades vulnerables. “Muchas veces se prefiere que una adolescente esté con un adulto que le ofrezca comida y techo, aunque se trate de una relación abusiva. Esto no se ve como un delito, sino como una solución”, dijo.
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