Frente al metro de Las Adjuntas, el sábado a las 5:00 am, una mujer de 52 años de edad esperaba una unidad de transporte público para ir a su trabajo, una cadena de farmacias ubicada en las torres de El Silencio. Sin embargo, el destino de Mirna del Carmen León fue alterado por un disparo en el abdomen que le causó, posteriormente, la muerte. De ese hecho se tienen dos versiones, explicaron Adela Falcón, prima de la víctima, y Jorge Pérez, su actual pareja.
La primera versión fue relatada por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana que se encontraban en el comando La Gran Parada, adyacente al lugar de lo ocurrido. De acuerdo con sus familiares, los guardias les notificaron que la mujer había recibido el tiro debido a que intentaron robarla. No obstante, la segunda versión, que obtuvieron por los vecinos de la zona, señala que unos motorizados disparaban sin motivo aparente y uno de esos disparos alcanzó a León.
Después de lo ocurrido los mismos habitantes del sector la trasladaron al Centro de Diagnóstico Integral de Las Adjuntas, donde la remitieron al hospital Miguel Pérez Carreño y la trasladaron en una ambulancia. Allí, aún estando consciente, León pudo suministrarles sus datos telefónicos a quienes la auxiliaron con la finalidad de que se comunicaran con sus parientes. Laingresaron a quirófano, pero murió por un paro respiratorio el mismo día a las 9:00 am porque no resistió la operación. El proyectil, indicó Adela Falcón, le reventó la aorta.
“Es triste porque fue una mujer trabajadora y dada con sus hijos. Lo que ocurrió es un reflejo de la educación que viene de la casa”, manifestó Falcón, quien agregó: “Nos desgraciaron la vida”. Los allegados afirmaron que ella nunca salía a la calle con su teléfono celular ni con muchos objetos en la cartera debido a la inseguridad.
León dejó dos hijas de 31 y 19 años de edad. Era la quinta de 6 hermanos y laboraba en la farmacia de las torres de El Silencio desde hace 25 años como asistente de farmacia.