La conclusión a la que llegó Paula Díaz, actriz y locutora de 22 años, luego de haber sido asaltada y casi asesinada en el estacionamiento del centro comercial San Ignacio (CSI), es que está viva porque se rindió, porque no opuso resistencia.
Poly, como le dicen sus allegados, salió de su ensayo en La Escuela del Humor, en el Centro Perú de Chacao, un poco más temprano el 25 de julio de este año. Había sido víctima, dos días antes, del robo de su caucho de repuesto de su vehículo, por lo que debía hacer la diligencia de reponerlo.
No tenía efectivo, así que estacionó su carro en el estacionamiento del CSI. Canceló con tarjeta, y se dirigió a su vehículo.
Paula advirtió que no había ningún guardia de seguridad en el sótano dos. Solo observó un hombre de cara cuadrada y cabello corto, vestido con una chemise amarillo crema con franjas rojas en el pecho y unos jeans frente a un carro, inmóvil.
“Estás loca”, pensó la actriz para sus adentros. Se sacudió la paranoia de la mente.
Las cámaras de seguridad del centro comercial, a las que pudo acceder luego de largas y amargas conversaciones con los vigilantes del San Ignacio, revelaron que la quietud del sujeto era planificada.
El hombre se escabulló, y cuando la actriz estaba ya en su carro apunto de arrancar, la abordó.
“Cállate, maldita, perra”, murmuró el sujeto mientras colocó sus manos alrededor del cuello de Paula. La empezó a asfixiar. El forcejeo duró unos cuantos segundos. Intentó gritar, pero su voz quedó ahogada.
Dejó de luchar, su visión se oscureció, y pensó: “¿Esta es la forma en que me voy a morir?”. Pensó que así lucía la eternidad, como un manto negro que cubre sus ojos. “Ya estoy muerta”.
Al despertar estaba sola en su vehículo, con la cara morada y pequeños puntos rojos en el rostro. El atacante solo se llevó unos pocos bienes. Dejó el celular La doctora del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) indicó, luego del examen, que heridas de ese tipo solo las había visto en cadáveres.
Los familiares y su pareja concuerdan, que el atacante cree que la asesinó. Aún no sabe por qué fue víctima de ese intento de homicidio.
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