SUCESOS

Detuvieron a miembros del Frente 10 de las FARC en un hotel de Apure: 2 son funcionarios de la PNB

por Avatar Luis De Jesús | @Luisdejesus_

Funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar detuvieron en Apure a 6 presuntos integrantes del Frente 10 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC-. Entre ellos, 2 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana. Así lo informó el periodista Eligio Rojas Twitter.

La aprehensión de los ciudadanos ocurrió en el hotel Flamenco, ubicado en la localidad de La Victoria, en el municipio Páez de esa entidad, fronteriza con Colombia. Los funcionarios policiales quedaron identificados como Carlos Rafael Gallardo Rondón y José Esequiel Acosta Porras, alias Saqueo.

Los otros detenidos son las mujeres Iraima Andreina Acosta Moncada, alias Guadalupe, y Daisy Alexandra Camacho Uribe, alias Milagros. Y los hombres José Luis Rodríguez Barrera, natural de Barinas, Wilmer Alberto García Moncada, alias J o JJ. Todos, de acuerdo con Rojas, estaban bajo el mando de un sujeto apodado Williams.

Rodríguez Barrera se habría desempeñado como taxista de alias Williams.

En la información difundida se señala que los detenidos forman parte de un supuesto frente décimo de las disidencias de los Tancol. Se trata de un término que ha acuñado el gobierno de Nicolás Maduro para referirse a los grupos irregulares en el país.

“Ni guerrilla ni paracos”

La primera vez que Maduro mencionó a esa organización fue el 30 de septiembre del año pasado durante una transmisión por Venezolana de Televisión. Ese día, el oficialista participó en un acto por el 16° aniversario del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

“Parte de la estrategia de la oligarquía colombiana es infiltrar nuestro país de grupos terroristas armados narcotraficantes de Colombia, los mejor conocidos como Tancol. No son ni guerrilla ni pseudo guerrilla ni paracos, son los Tancol: terroristas armados narcotraficantes de Colombia”, trató de explicar en ese momento.

“Son grupos de hasta 100 personas, entrenados y financiados en Colombia. Se meten por la frontera para diezmar la seguridad interna, para atacar al pueblo, para traficar la cocaína colombiana, para preparar ataques a objetivos militares, policiales, políticos. Por eso hemos venido preparando un plan para, una vez identificados, seguir en nuestro empeño en sacarlos del territorio nacional”, agregó.