Los senadores estadounidenses Marco Rubio y Rick Scott, representantes de Florida, lamentaron que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, haya invitado a Nicolás Maduro, y a Miguel Díaz-Canel, en una carta cuyo contenido fue difundido este jueves.
En su misiva, los legisladores expresaron su «decepción» por las recientes acciones y declaraciones de López Obrador, que, a su juicio, «son incompatibles con los valores democráticos».
«Tenemos entendido que usted busca servir como mediador entre los líderes de diversos países de América Latina quienes representan diversos puntos de vista y creencias. No esperaríamos menos del líder de un país democrático tan trascendente como México», apuntaron los senadores.
No obstante, agregaron, «esperamos que su decisión de recibir al narcodictador Nicolás Maduro y al títere de la dictadura cubana Miguel Díaz-Canel no sea indicativo de un alejamiento de los principios de su país en el respeto por la democracia y la libertad».
Rubio, que es de origen cubano, y Scott recordaron que como senadores de Florida representan a una gran cantidad de mexicanos, venezolanos y cubano-estadounidenses que residen en este estado.
En ese sentido, aseguraron que la decisión de López Obrador de recibir a Maduro y a Díaz-Canel durante las celebraciones por el Día de la Independencia de México «ha disgustado a muchos miembros de estas comunidades» en Florida.
Acto seguido, arremetieron contra «el régimen» de Cuba, que «impide que los cubanos elijan a sus líderes democráticamente, sean dueños de propiedades privadas, expresen sus puntos de vista libremente, accedan al internet y participen en empresas privadas».
Asimismo, recordaron las protestas de julio en la isla y criticaron a López Obrador por «otorgarle legitimidad a este régimen antidemocrático», lo que, para ellos «es una falta de respeto a la lucha del pueblo cubano por su libertad y también opaca el simbolismo histórico del Grito de Dolores».
Decepción por recibir a Maduro
Sobre Venezuela, Rubio y Scott también manifestaron su «decepción» de que el mandatario de México haya recibido a Maduro y haya «derogado» los compromisos internacionales de su país para abordar el crimen organizado transnacional.
Remarcaron que México es signatario de la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional de 2000, que estipula que los países signatarios cooperarán en materia de extradición de delincuentes.
Y subrayaron que el gobierno de EE UU acusó en marzo de 2020 a Maduro de «participar en una conspiración de narcoterrorismo».
Por ese motivo, consideraron que Maduro debería haber sido extraditado a EE UU desde el mismo momento en que pisó suelo mexicano, ya que, afirmaron, «México ha sido supremamente receptivo en la extradición de otros criminales involucrados en estos delitos. El narcodictador Nicolás Maduro no debía ser la excepción».
Maduro y Díaz-Canel visitaron a mediados de septiembre México, donde participaron en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), auspiciada por López Obrador.
La asistencia de Maduro se mantuvo en duda y sin confirmación oficial hasta su llegada a Ciudad de México. Fue recibido por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y ambos mantuvieron de inmediato una primera reunión bilateral.
Por su parte, además de acudir a la cumbre de Celac, Díaz-Canel pronunció un discurso en el desfile militar de la conmemoración de la Independencia de México, en el que defendió la revolución cubana y criticó duramente a Estados Unidos por el embargo a Cuba.