Vecinos de los municipios El Hatillo, Baruta y Libertador protestaron ayer desde las 10:00 am frente a la sede de la empresa Hidrocapital, a propósito de la celebración del Día Mundial del Agua, para denunciar las constantes interrupciones del suministro que desde el año 2014 están sometidos a un plan de racionamiento indefinido.
La manifestación recorrió las calles desde la plaza Alfredo Sadel, en la avenida principal de la Mercedes, hasta la avenida Casanova, donde está ubicada la oficina principal de la hidrológica. Los representantes de la empresa se negaron a atenderlos y les impidieron el acceso a las instalaciones.
Carlos Julio Rojas, coordinador del Frente en Defensa del Norte de Caracas y habitante de Candelaria, explicó que en la parroquia Antímano y otras zonas del municipio Libertador el agua llega una vez por semana con cortes de suministro que superan los 15 días.
Indicó que para los vecinos de El Junquito y Baruta la situación es más grave, con interrupciones que se prolongan hasta por 45 días. “El presidente de Hidrocapital, Eddison Torrealba, se burla del pueblo al ejecutar masivos corte de agua sin avisarle a la ciudadanía, y nosotros tenemos que adivinar cuándo podemos bañarnos, lavar ropa o cocinar con normalidad. Es un caos para las familias”, indicó.
La fallas en el mantenimiento y la actualización de las líneas de distribución que bombean hacia los cinco municipios de la Gran Caracas ha afectado la calidad del agua en sectores populares como Catia, donde llega amarillenta y con residuos. Las dificultades para tener acceso contrastan con las fugas que se observan en las calles de la ciudad. “Entre Quebrada Honda y El Recreo hay un bote masivo al que no se le ha hecho una supervisión”, denunció.
En un documento que entregaron en una de las taquillas de la filial de Hidroven, los vecinos exigieron la evaluación del agua y una respuesta de la directiva. “Lo único que pudimos hacer fue entregarlo en una de las ventanillas, porque nos cerraron la puerta en la cara”, señaló.
Norberto Bausson, ex vicepresidente de Hidrocapital, explicó que los cortes injustificados en el suministro responden a un deterioro generalizado de todo el sistema de tratamiento y distribución. Los indicadores internacionales que evalúan cobertura, continuidad y calidad del servicio evidencian, a su juicio, que Venezuela está en una situación crítica. “No hay capacidad de surtir a la región capital. Es una situación de calamidad pública”, dijo.
Bausson señaló que existe un deterioro de las tuberías que trasportan el agua hacia las cinco plantas de tratamiento que además no han sido revitalizadas. Expresó que los subsistemas de bombeo que impulsan el líquido desde las plantas de tratamiento hacia la ciudad disminuyeron su capacidad para satisfacer la demanda de acuerdo al crecimiento poblacional: “En los últimos 20 años disminuimos de 17.000 litros por segundo a 14.000 litros por segundo”.
La migración de personal, el déficit presupuestario para la inversión en tecnología y la falta de mantenimiento son otros factores que desmejoran el servicio.
Indicó que el número de cuadrillas asignadas para la reparación de las tuberías es insuficiente. “Con dificultad hay 40 cuando en otros tiempos hubo hasta 400”, afirmó.
El ex funcionario denunció la opacidad informativa que mantiene Hidrocapital en lo concerniente a las plantas de tratamiento, de las que se desconocen sus condiciones actuales: “Estamos a merced de un agua no apta para el consumo humano. El acceso al agua es un derecho constitucional”, puntualizó.
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