Detienen a 9 personas por estafar a 15 comerciantes e ingenieros | Foto: Cortesía

En Venezuela se construyeron 52 recintos penitenciarios, incluyendo una cárcel para mujeres y 16 anexos femeninos, con una capacidad instalada de 26.238 plazas.

Sin embargo, en la actualidad se cuentan 18 establecimientos que fueron cerrados y/o desalojados, cuyas infraestructuras contaban con una capacidad para albergar aproximadamente a 10.008 personas.

Según datos recabados por el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), para el primer trimestre del año 2024 son al menos 30.000 personas privadas de libertad que sobreviven a un hacinamiento de 184.84%, lo cual se considera en riesgo crítico conforme a los estándares internacionales.

A finales del año 2023 intervinieron un total de siete recintos penitenciarios, y trasladaron a 8.016 privados de libertad a diversas entidades del territorio nacional.

Presos en hacinamiento

“La cifra de hacinamiento es mayor si se evalúan los centros carcelarios de manera individual”, destacó Humberto Prado, director del OVP, quien añadió que esto se debe a que existen disparidades en la distribución de personas privadas de libertad, de acuerdo al número de plazas.

Mientras que unos tienen mayor capacidad y menor población, otros están abarrotados debido a una distribución desigual, agregó.

Presos enterrados dentro de la cárcel

Hay alrededor de 18 centros inhabilitados, los cierran diciendo que los van a reparar y tienen años cerrados. Incluso, podemos señalar uno emblemático, que es la Penitenciaría General de Venezuela, cerrado y con personas que han enterrado dentro de esa cárcel.

Hay investigaciones que deben realizarse, pero las autoridades las mantienen paralizadas porque no se quieren encontrar con lo que ya ellos en una oportunidad encontraron, de una tumba colectiva de más de 16 personas privadas de libertad enterradas en la PGV, se detalla en el informe.

En ese mismo centro se encuentra Francisco Guerrero, que tiene una decisión del Comité contra la Tortura contra Venezuela para que busque su cadáver, afirmó el defensor de derechos humanos.

Traslado de presos

Pero, ¿Qué es lo que realmente está pasando en Venezuela con las personas privadas de libertad? Desde  el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) conversó con presos, familiares y además hizo un monitoreo constante de lo que sucede en los recintos carcelarios.

Pudo constatar que, más allá de los padecimientos diarios por la escasa alimentación y la nula atención médica, entre otras vicisitudes, son miles los presos y sus familiares que agonizan tras ser trasladados lejos de casa.

En el informe “El desvío de la justicia: Traslados de las personas privadas de libertad bajo un enfoque de derechos humanos” se abordan los traslados de las personas privadas de libertad desde un enfoque basado en los derechos humanos, considerando que dichos actos de movilización pueden tener consecuencias directas en el debido proceso, protecciones y garantías judiciales, legalidad, integridad personal e incluso pudieran afectar los vínculos familiares y/o contacto con el mundo exterior.

Presos en la cárcel el Dorado

“⁠Los montos calculados no incluyen ni la pernocta, ni la alimentación ni la paquetería. Por ejemplo, en el Dorado no es solo el viaje, sino que cuando llegan tienen que alquilar una Curiara para atravesar el Río Cuyuní, y esa persona cuando llega, tiene que pernoctar para ir al día siguiente al establecimiento, teniendo, además, que cocinar la comida que le va a llevar a su ser querido”, añadió Prado.

Aunado a esto, las personas que pueden visitar a los presos deben ser familiares directos, principalmente madres y esposas, pero en su mayoría son las madres quienes se encargan de esta fatídica tarea. Además, la situación económica de muchos familiares no les permite realizar estos gastos ni siquiera de forma mensual, por lo que miles de presos son abandonados a su suerte.

Para este informe también se encontraron con que las formas de cómo se hacen los traslados incumplen con las normativas de seguridad, pues existe poco personal y los vehículos usados para los traslados no están en óptimas condiciones, destacó Prado.

⁠”La persona va a la cárcel no para que usted haga lo que le da la gana con la persona, sino para que le dé las herramientas necesarias para su reinserción. Para que en su reclusión aproveche el tiempo para el estudio, deporte, trabajo y cuando salga a la calle, lo haga con una profesión, por ejemplo, como latonero”, explica.

Familiares y abogados sin información de los traslados

Por si fuera poco, según el OVP, cuando se realiza el traslado, el Ministerio de Servicio Penitenciario no suministra información al detenido, a sus familiares, a los abogados defensores y ni siquiera al tribunal que lleva la causa, violentando así la legislación nacional.

«Es un verdadero sufrimiento para los presos estar lejos de sus familiares, incluso se han presentado casos en donde un privado de libertad fallece y los deudos ni siquiera son notificados por el Ministerio de Servicio Penitenciario. Es el familiar quien debe movilizarse y costear todos los gastos, de igual manera que cuando los presos se enferman», resaltó el OVP.

Traslado tardíos, morir en las puertas del hospital

“⁠⁠En cuanto a los traslados médicos, hay que resaltar la cantidad de internos que mueren en los centros hospitalarios simplemente porque son trasladados ya cuando están en la fase final, y no cuando están en una fase donde tienen que tener un tratamiento para salvar la vida de esta persona. Lo llevan para que muera en las puertas del hospital, y no en el establecimiento. Muchas veces mueren dentro del establecimiento y son trasladados ya muertos, como si estuvieran con vida”, indicó Prado.

Informe del Observatorio Venezolano de Prisiones


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