Nicolás Maduro ordenó este viernes entregar a la Policía Nacional Bolivariana (PNB) todo lo confiscado a personas presuntamente vinculadas con el narcotráfico y la corrupción. Decisión enmarcada en una oleada de detenciones de funcionarios y allanamientos de propiedades por presunto enriquecimiento ilícito.
Maduro informó que en las últimas semanas las fuerzas de seguridad confiscaron más de 500 vehículos costosos, relacionados con tramas de corrupción (descubiertas recientemente en instituciones del Estado).
«Con la operación anticorrupción, nosotros hemos confiscado, de acuerdo a la ley, más de 500 vehículos de alta gama, comprados con dinero de la corrupción. Y he ordenado que, una vez que se obtenga la posesión de esos vehículos, se les entreguen a la Policía Nacional Bolivariana para los cuadrantes de paz, para que vayan a garantizar la seguridad ciudadana», dijo.
«Todo lo que le confisquemos al narcotráfico y la corrupción, (que) vaya a la Policía Nacional», reiteró. Y luego solicitó a la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, que organice pronto un acto de entrega de esos automóviles.
Justicia sin complicidad para involucrados en corrupción
Este jueves, Maduro afirmó que no habrá «convivencia ni complicidad» con funcionarios que están siendo procesados judicialmente por sus presuntos vínculos con tramas de corrupción que involucran a la estatal petrolera Pdvsa y a otras instituciones del Estado.
En el más reciente reporte, el número de detenidos por su presunta vinculación en tramas de corrupción aumentó a 58. Esto según información del fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab.
Saab señaló el 10 de abril que esas son acciones emprendidas para sancionar a mafias como parte de la operación anticorrupción que denunció el gobierno en marzo. Esta, de hecho, se cobró la renuncia del ministro de Petróleo, Tareck el Aissami. Además, el levantamiento de la inmunidad al diputado oficialista Hugbel Roa.